El consumidor latinoamericano de complementos alimenticios es “muy exigente”, valora mucho que el producto responda a sus necesidades y pide una promoción “realista y que explique claramente qué proporcionan los suplementos”. Así lo ha manifestado Javier Morán, colaborador y asesor de Anefp en el sector de complementos alimenticios, durante el webinar “Complementos alimenticios en Iberoamérica: preparados para exportar” organizado por la Asociación para el Autocuidado de la Salud.
“El mercado latinoamericano supone una oportunidad natural de expansión para las empresas españolas del sector del autocuidado”, ha indicado Jaume Pey, director general de Anefp. No obstante, Pey advierte del error que supone considerar a América Latina un mercado unitario.
“Latinoamérica es un mercado complejo y hay que conocer bien la realidad de cada país para tener éxito en la comercialización de complementos alimenticios”
Jaume Pey, director general de Anefp
En este sentido, Morán destaca la región como un “mercado emergente para el sector de este tipo de productos””. Brasil y México son los mercados más potentes, según un comunicado de la asociación, aunque destacan por otra parte Chile y Colombia por su rápido crecimiento en los últimos años.
Además, el experto señala que “es un mercado muy complejo”, en el que los consumidores pueden adquirir complementos alimenticios en diferentes canales: gran consumo, comercios tradicionales y farmacias.
No obstante, en 2019 la venta de suplementos alimenticios superó los 2.000 millones de dólares en América Latina.
Complementos alimenticios más consumidos
Las categorías de complementos más consumidas son las vitaminas, los suplementos a base de plantas, los productos para el control de peso y la suplementación deportiva. Así lo ha indicado Morán, quien cita también los productos de suplementación de energía, “muy importantes en un área geográfica en la que todavía hay mucho trabajo manual”.
Este experto precisa que los consumidores de América Latina se preocupan especialmente por prevenir enfermedades y por el bienestar futuro. A pesar de ello, indica que “no siempre hay una correlación clara entre las preocupaciones de los consumidores y el nivel de padecimiento de las diferentes enfermedades”.
Por este motivo, Morán recomienda a las empresas interesadas en comercializar complementos alimenticios en América Latina que “presten mucha atención a las asociaciones que hacen los consumidores respecto a los beneficios de los ingredientes funcionales”.
“Es muy difícil que el consumidor latinoamericano compre un producto que no tiene un anclaje en un ingrediente activo cuyos beneficios no conoce y en el que no confía”
Javier Morán, colaborador y asesor de Anefp
Un consumidor cada vez más conectado y regulado
Morán también reconoce que el consumidor latinoamericano está cada vez más informado “y más conectado”, es muy selectivo, tiene poca fidelidad a las marcas y “sobre todo, quiere prevenir enfermedades”.
“Es un consumidor más bien conservador, poco dispuesto a probar productos innovadores si no se le comunican bien las ventajas y los beneficios de esos productos”
Jaume Pey, director general de Anefp
Este experto señala la importancia del factor precio en el mercado latinoamericano. “Este mercado es muy barato, especialmente en comparación con el de fármacos, por lo que el factor precio adquiere un carácter fundamental”, ha explicado. Además, recomienda ir acompañado de un socio local que conozca las peculiaridades de cada país, “pues de lo contrario, es muy difícil tener éxito allí”.
Por último, Morán ha repasado la legislación de los complementos alimenticios en Latinoamérica. En este sentido, comenta que la mayoría de los países siguen las indicaciones del Codex Alimentarius de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, en los últimos años diferentes países como Argentina, Brasil, México, Chile o Perú han desarrollado su propia legislación respecto a los complementos alimenticios, en muchos casos estableciendo requisitos más estrictos que los del Codex Alimentarius respecto al porcentaje de ingredientes activos y respecto a las declaraciones de salud de estos productos.