Unos seis millones de personas en España se ven afectadas por las polinosis, es decir, entre un 20 y un 25 por ciento de la población. Por ello, desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp), han lanzado una serie de pautas a seguir en estas fechas donde el polen puede producir a las personas síntomas leves como la secreción nasal, estornudos, prurito naso-ocular, obstrucción nasal y lagrimeos.

“También le pueden seguir síntomas bronquiales: falta de aire, sibilancias u opresión en el pecho”, explica a EG Juan José Zapata Yébenes, alergólogo y presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (Seaic).

“Es importante usar mascarillas homologadas FFP2 en las épocas de máxima polinización para los alérgicos, ya que disminuye el contacto de los pólenes con las mucosas”

Juan José Zapata Yébenes, alergólogo y presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Seaic

Conocer la estacionalidad del polen al que concretamente se tiene alergia es importante para prevenir su acción contra el organismo. Por ejemplo, el ciprés afecta entre febrero y marzo, mientras que el polen del olivo tiene sus picos más altos entre mayo y junio. Una vez establecida esta estacionalidad podemos consultar la página www.polenes.com de la red de captadores de la Seaic. “A través de esta página podemos ver en tiempo real las concentraciones diarias de dichos pólenes en la región de España donde resida el paciente y anticiparse a la utilización de la medicación recomendada por el alergólogo”, comenta Zapata.

Protección frente al polen

Desde anefp, también se recomienda a las personas con más propensión a padecer alergia que utilicen gafas de sol o mascarillas para proteger sus ojos y las mucosas nasales del polen. “Es importante usar mascarillas homologadas FFP2 en las épocas de máxima polinización para los alérgicos, ya que reduce el contacto de los pólenes con las mucosas, disminuyendo su impacto en los síntomas alérgicos”, explica el alergólogo.

En contraposición a esto, Zapata no recomienda usar otras mascarillas como las quirúrgicas, ya que protegen menos al no ajustarse bien a la cara del paciente y no tener tan alto poder de filtrado. En cuanto a las mascarillas tradicionales, con válvula que se utilizan en la alergia polínica, no están recomendadas por no filtrar los virus del paciente hacia el exterior y ser un riesgo para la población en este momento de la pandemia.

Anefp también recomienda mantener las ventanas de casa y del lugar del trabajo cerradas en los momentos de mayor actividad polínica. Asimismo, aconseja evitar parques, jardines y bosques, además de usar humidificadores y acondicionadores de aire con filtro de polen. “Hay que limpiar los filtros de aires en automóviles y aires acondicionados en estas fechas. Si se ventila, es mejor que sea en las horas medias del día; además, no se debe tener la ropa tendida al aire libre”, comenta Zapata.

Para el alergólogo, es recomendable no permanecer mucho tiempo en el exterior los días de viento (ya que éste hace que las partículas de polen se diseminen con mayor facilidad). En cuanto comiencen los síntomas se pueden usar antihistamínicos, broncodilatadores y colirios antialérgicos.

“Una vez realizado un diagnóstico correcto y específico para cada paciente, lo más efectivo es la inmunoterapia o vacunas alergénicas, que es el único tratamiento que puede cambiar el curso de la enfermedad, hasta el punto de curar una alergia al olivo o a las gramíneas”, recuerda Zapata.

Aumento de la acción lesiva

Desde anefp recuerdan que no todas las personas sufren los síntomas de la alergia con la misma intensidad y, en ocasiones, se puede llegar a confundir con una gripe o un resfriado. Es por eso que han recordado que los síntomas sólo se hacen presentes cuando se está en contacto con el polen, que el picor en los ojos es muy frecuente, que es muy raro que se presente dolor de garganta y que la secreción nasal es acuosa, no densa, a diferencia de un resfriado.

“Actualmente se está produciendo una nueva ola de virus de la gripe coincidiendo con el inicio de la estación polínica, por lo que los síntomas polínicos pueden ser más intensos por encontrar mucha más facilidad para penetrar en la mucosa, que ya está dañada por las infecciones respiratorias”, explica Zapata.

Anefp recuerda que el riesgo de padecer una sintomatología mayor se acrecienta al vivir en una gran ciudad (aunque pueda parecer contradictorio, ya que en el campo hay más flora). Esto se debe a que al efecto del polen hay que sumar la contaminación urbana.

Sobre el polen, se ha demostrado que en las ciudades y las zonas de altas contaminación se muestra más agresivo. Esto se debe a que las plantas crean proteínas de defensa para luchar contra la propia contaminación y las condiciones climáticas extremas.

“La contaminación afecta a la irritación de las mucosas y, por tanto, los síntomas serán más intensos cuando aparezcan los picos polínicos y puede reagudizar tanto los síntomas nasales como bronquiales (asma bronquial), si aparecen en el transcurso de la temporada polínica”, concluye Zapata.


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