Cada vez se le da mayor importancia a llevar una alimentación tanto saludable como sostenible también desde las primeras etapas de la vida. La alimentación de los más pequeños es un factor clave para la adquisición de una microbiota intestinal eubiótica y saludable, con ventajas o beneficios para su salud a corto, medio y largo plazo. En este contexto, el 69 por ciento de las familias quiere que sus hijos consuman más alimentos de origen vegetal como parte de una dieta y un estilo de vida saludable.

“En la actualidad, se trata de una cuestión que está adquiriendo gran relevancia, de ahí que estemos viendo un aumento considerable en el número de familias flexitarianas. En concreto, algunas encuestas reflejan ya que alrededor del 40% de las familias se inclina por una alimentación respetuosa con los animales y el medioambiente”, sostiene Rosaura Leis Trabazo, coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago y Profesora titular de Pediatría en la Universidad de Santiago de Compostela.

Las familias flexitarianas son aquellas que basan su alimentación en una dieta con mayor base de alimentos vegetales y que de forma ocasional consumen algunos alimentos de origen animal. Se trata de una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y colesterol, cardioprotectora, alta en nutrientes y fibra, que también se ve beneficiada por los aportes puntuales de ácidos grasos Omega 3 procedentes del pescado y de las algas comestibles (con Omega 3 de origen vegetal) y proteínas de alta calidad y vitamina B12 que provienen de las carnes.

Aunque pueda parecer novedoso, lo cierto es que esta nueva tendencia se corresponde, en gran medida, con nuestras tradiciones alimentarias, las dietas mediterránea y atlántica. Así lo explica Leis: “En nuestra dieta tradicional omnívora, los cereales, las frutas y verduras, las legumbres y los frutos secos representan más de la mitad de las proteínas que ingerimos diariamente. Además, cuando consumimos productos locales, de cercanía y de temporada, la huella de carbono es baja, de tal modo que estudios recientes colocan a la dieta mediterránea y a la atlántica entre las más sostenibles del mundo”.

Alternativas para familias flexitarianas y vegetarianas

Ante la tendencia actual, algunas familias se decantan por ofrecer bebidas vegetales a sus hijos. Sin embargo, tal y como explica Leis Trabazo “cabe destacar que, en primer lugar, las bebidas vegetales no son “leche”, por tanto, su consumo no puede sustituir a los lácteos, ya que su composición nutricional es distinta. Debemos estar bien informados. Aunque las bebidas vegetales sean saludables, deben consumirse en las cantidades indicadas como parte de una dieta variada y diversificada”.

Para dar respuesta a la tendencia de dieta flexitariana “se demandan nuevas fórmulas que aporten soluciones nutricionales que incrementen el contenido vegetal en la dieta, procurando asegurar una nutrición completa y adecuada. Estas soluciones nutricionales pueden ser una alternativa válida para aquellos padres flexitarianos o vegetarianos que quieren que sus hijos lactantes consuman menos alimentos de origen animal, ya que aumentan el contenido vegetal de las fórmulas, a la vez que disminuyen el riesgo nutricional que puede suponer el uso de bebidas vegetales”, subraya Leis.


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