Vittorio Bellotti, especialista en Traumatología en el Instituto Catalán de Traumatología y Medicina del Deporte del Hospital Quirón Dexeus de Barcelona, analiza la relación entre el movimiento y la salud articular en esta entrevista de EL GLOBAL en colaboración con NESTLÉ HEALTH SCIENCE.
Pregunta. ¿Qué implicaciones tiene el movimiento corporal en una vida saludable?
Respuesta. Ante todo, el movimiento es vida. La primera implicación fundamental es que una vida sin movimiento no es una vida completa. Por otra parte, el movimiento en sí mismo ayuda a que la vida se manifieste de la forma más saludable posible.
P. ¿Cuáles son los pilares principales de nuestro movimiento?
R. Los principales pilares de nuestro movimiento son ante todo los huesos, que se articulan entre ellos a través del sistema musculoesquelético mediante las articulaciones, que son las bisagras que conectan dos o más segmentos óseos.
Estas articulaciones reciben la orden del cerebro de moverse gracias a los nervios, que llegan a nivel de los músculos, que son el tercer elemento del sistema musculoesquelético y que, contrayéndose, ordenan a la articulación practicar un movimiento en el espacio.
P. ¿Qué factores principales afectan nuestra movilidad? ¿Como podemos actuar para proteger estos tres pilares de la movilidad?
R. El primer factor es el tiempo, la edad. Evidentemente es un factor que el ser humano no puede controlar, pero que sí puede modificar de la forma más fisiológica posible a lo largo de la vida, mediante el mantenimiento del movimiento.
Otro factor fundamental es el peso corporal. Si estamos en sobrepeso, es evidente que es un factor que determina un aumento del desgaste del sistema musculoesquelético. Este sí es un factor modificable a lo largo del tiempo porque podemos influir sobre nuestro peso corporal.
El tercer elemento que influye sobre los pilares del movimiento son las lesiones, que pueden ser de tipo crónico o de tipo agudo. En este segundo tipo tenemos que enfrentarnos a la tipología de la lesión y optimizar su recuperación o mantenimiento en el tiempo para poder restablecer un movimiento fisiológico
P. ¿Qué aspectos hacen que nuestras articulaciones sean con frecuencia susceptibles de manifestar molestias y dolor?
R. Lo primero de todo es el paso del tiempo otra vez, pero el factor fundamental consiste en el sedentarismo. Una articulación cuanto más se mueve a lo largo de la vida menos susceptible es de padecer lesiones. Cuanto más se mueve, más llevadero hace el paso del tiempo y el desgaste de las articulaciones.
También influyen las lesiones, mayoritariamente de tipo degenerativo. Es normal que haya un desgaste con el tiempo, pero la idea es tener un desgaste controlado y minimizado a lo largo de la vida.
P. ¿Cómo podemos influir a través de la alimentación, nutrición en nuestra movilidad y salud articular?
R. Es evidente que nosotros somos lo que comemos. Por tanto, cuanto más variada sea nuestra dieta y más constituida por alimentos con alto valor nutritivo, cuanto más cercana sea a la dieta mediterránea que corresponde al país en el que vivimos, mayor será el impacto positivo sobre el sistema musculoesquelético.
“Hay momentos en los que será necesario referir una alimentación con aumentado aporte proteico, que puede ser un ajuste de la dieta o una suplementación con preparados de tipo proteico: lesiones de tipo crónico, después de cirugías o en recuperación de lesiones agudas”
Una alimentación variada permitirá tener todos los nutrientes fundamentales y todas las sustancias, como las vitaminas, que necesitan nuestras articulaciones para mantenerse sanas y flexibles en el tiempo.
Evidentemente en dos aspectos será necesario referir una alimentación con aumentado aporte proteico, que puede ser un ajuste de la dieta o una suplementación con preparados de tipo proteico. En fase de lesiones de tipo crónico, después de cirugías o en fase de recuperación de lesiones agudas es muy importante tener y aumentar el aporte proteico, porque las proteínas son los pequeños ladrillos que construyen nuestros músculos y nos permiten mantener nuestro patrimonio muscular cuanto más intacto y recuperarnos más rápidamente de las lesiones.
P. ¿Qué otros consejos darían para mantener y mejorar nuestro bienestar articular? ¿Y para prevenir lesiones en la actividad deportiva y/o desgaste articular acelerado?
R. Para mantener sano el sistema musculoesquelético hay que dejarle hacer a este sistema aquello para lo cual está constituido: el movimiento. Tenemos que recordar que nacimos para movernos y que necesitamos movernos para vivir de la forma más sana y saludable posible.
Es muy sencillo, tenemos que movernos, ¿y cómo?: al menos haciendo un ejercicio ligero de 20 o 30 minutos al día, como caminar. Un simple paseo nos ayuda a mantener todos los sistemas funcionando de la mejor forma y ayuda también al bienestar cardiovascular.
“Está demostrado que cuanto más ejercicio se hace a lo largo de la vida mejor se mantiene la masa muscular“
Con 120 minutos a la semana, dos horas distribuidas, sería el fondo que necesita el cuerpo para vivir de la mejor manera posible.
Sería ideal, adaptando a cada situación y estado de salud, añadir una pequeña parte de ejercicio físico de la movilidad y la elasticidad articular a lo largo del día. Con tan solo diez minutos al día, dedicándonos este tiempo a nosotros mismos para mover los brazos, la columna, el cuello y las piernas, solo sentándonos y levantándonos de una silla, mantenemos la elasticidad.
Y luego, para los más capacitados o que quieran mejorar aún este aspecto, lo recomendable y óptimo es destinar diez minutos al día a ejercicios musculares de fuerza. Está demostrado que cuanto más ejercicio se hace a lo largo de la vida mejor se mantiene la masa muscular.
Así, como el ser humano necesita alimentarse e hidratarse para que la vida se manifieste, el movimiento debería reconocerse como fundamental para la vida.
P. ¿Cuáles son las consultas principales que reciben relacionadas con el bienestar articular en personas entre 50 y 65 años?
R. La franja de edad entre los 50 y 65 años está afectada por problemas de tipo tendinoso, la mayoría de las veces hablamos de tendinopatías degenerativas, o por problemas de desgaste de articulaciones, como desgaste del cartílago articular y rigidez articular.
Estos procesos están relacionados fisiológicamente con el envejecimiento natural de la persona, pero es en esta franja de edad cuando más se empiezan a manifestar. También porque en la vida que vivimos las personas tienen tendencia a ser bastante activas, pero se mueven de forma a veces no equilibrada, en el sentido de que vamos a trabajar, estamos sentados muchas horas, volvemos a casa, cenamos, luego viene el sofá y luego a dormir.
Cumplimos muchas actividades, pero al nivel armónico y global del que hablábamos antes cumplimos muy poco. Cuando nos movemos poco los tendones se adaptan y empiezan a perder elasticidad y por eso son más susceptibles de lesiones.
Por el desgaste de lesiones y cartílago hablamos de procesos multifactoriales, entre genética, predisposición física y de estructura mecánica, porque puede haber una predisposición a generar artrosis por problemas por ejemplo de eje mecánico, como, por ejemplo, las personas que tienen las rodillas arqueadas.
Si a todos estos factores añadimos el sedentarismo empieza el círculo vicioso de la falta de elasticidad articular, y tenemos rigidez, va con el dolor y la persona acaba teniendo dolor y, por tanto, no se mueve. Comienza así un círculo vicioso que se complica porque se añade un aumento de peso. El aumento del peso hace que pesemos más y nos resulta más difícil moverse.
Hay que moverse y alimentarse bien para evitar entrar en el círculo vicioso.
P. ¿Cómo ha repercutido en las consultas la situación que se ha vivido en la pandemia?
R. Uno de los efectos colaterales a nivel social y de la población general ha sido también un aumento de las consultas médicas por la aparición de dolencias, especialmente en columna vertebral y cadera.
Esto es debido a que durante el confinamiento hemos estado en espacios más pequeños. Por un lado, nos hemos movido menos y hemos perdido parte de nuestra elasticidad, y esto genera dolencias. Por otro, ha habido un aumento del teletrabajo y no todos han podido disponer de un lugar adecuado para poder trabajar desde casa y con frecuencia se han observado malas posturas, una no correcta ergonomía en el trabajo.
Han empezado así dolencias en la cadera donde se ha manifestado con más frecuencia el pinzamiento femoroacetabular, especialmente en pacientes jóvenes.
“Hay que volver a la vida lo más normal posible y volver a movernos“
Como cirujano de cadera he observado muchos mas pacientes con dolores a nivel de articulaciones de la cadera también en jóvenes entre los 25 y los 45 años. Algunos hasta han necesitado ser operados.
Con malas posturas repetidas, muchas horas en el sofá trabajando, viendo la tele en la cama o sentándose de forma inadecuada han aumentado estos síndromes dolorosos de pinzamiento a nivel de la cadera y todo lo que es la patología de la columna vertebral, como dolores cervicales, dorsalgias por insuficiencia musculo vertebral y lumbalgias.
Hay que volver a la vida lo más normal posible y volver a movernos.