Manuel J. Vázquez Lima, Urgenciólogo y pte. de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias
El año 2022 debe representar una puerta abierta al final de un largo túnel: el reconocimiento y, por tanto, la creación de la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias en el ámbito civil (ya existe en el ámbito militar en España desde 2015).
Sin duda alguna, la pandemia ha tensionado al máximo las costuras de un sistema sanitario que probablemente requiera un plan integral de mejora. Ciertamente todos los planes de mejora van ligados a recursos económicos y quizás sea el momento de replantear la inversión que realiza nuestro país en base a su PIB, distante en casi un punto de la media europea. También debería ser el año en que comprendiésemos que pandemia es un concepto global y, por tanto, íntimamente ligado a una vacunación de la población mundial que permita una salida de la humanidad de esta crisis sanitaria que tanto sufrimiento está causando.
Desde esa esfera mundial, la OMS en su 72 asamblea -en mayo de 2019-, instaba a todos sus Estados Miembros a desarrollar sistemas de Urgencias y Emergencias y una especialización adecuada de los profesionales como garantía de equidad, igualdad y salud en los sistemas sanitarios, “evitándose así millones de defunciones y discapacidades a largo plazo debidas a traumatismos, infecciones, enfermedades mentales, exacerbaciones agudas de enfermedades no transmisibles y otros trastornos de urgencia”.
Esta premisa -ya anticipada en España por el informe conjunto de los defensores del pueblo del año 2015 “Las urgencias en el Sistema Nacional de Salud: derechos y garantías de los pacientes”-, debería convertirse en una realidad en el año 2022.
Por encima de la incuestionable actividad asistencial, la dedicación absoluta de un colectivo de profesionales y la existencia de un marco de competencias perfectamente definido en toda Europa (Unión Europea de Médicos Especialistas UEMS) existen unas razones fundamentales que deberían obligar al ministerio de Sanidad (única entidad competente en este ámbito) a desarrollar la Especialidad de Urgencias y Emergencias en España:
- En primer lugar; los propios pacientes. Los pacientes merecen en esos instantes vitales -donde `se juegan´ su futuro-, ser atendidos por profesionales con un máximo nivel de competencia, basado en una formación homogénea, estructurada y uniforme, no basada en el voluntarismo de los propios sanitarios. Una atención de primer nivel, en cualquier momento y en cualquier lugar, realizada por profesionales formados específicamente, siguiendo estándares internacionales.
- La segunda razón es la equiparación de estos profesionales con sus homólogos a nivel europeo, permitiendo un libre tránsito de personas y conocimiento.
- Y finalmente el futuro de estos servicios. La implantación de programas formativos supone -y es constatable en otras especialidades-, un salto cualitativo sin parangón en la calidad y seguridad de los propios servicios. Por otra parte, garantiza un contingente de profesionales que han decido vocacionalmente dedicarse a esta preciosa especialidad. De manera indirecta permite también la estructuración clara de las diferentes áreas asistenciales, permitiendo que otras especialidades puedan dedicar sus recursos enteramente a la actividad para la que se han formado no generando conflictos innecesarios que tan solo producen enfrentamientos y permanente insatisfacción en la sanidad.
Los pacientes merecen en esos instantes vitales ser atendidos por profesionales con un máximo nivel de competencia, basado en una formación homogénea, estructurada y uniforme
Es evidente que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) quiere contribuir a una mejor Sanidad futura. La especialidad de Urgencias y Emergencias es parte de la solución, y así lo comparte la propia Organización Médica Colegial, 32 sociedades científicas, numerosas asociaciones de pacientes y diferentes fuerzas sindicales, políticas y sociales.
Vendarse los ojos NO es la solución, se pide a nuestros gobernantes que sean coherentes en sus decisiones. Lejos de promesas incumplidas, esperamos liderazgo, aquel capaz de transformar una visión en una realidad por un bien colectivo.
Los urgenciólogos, tan íntimamente ligados al concepto “tiempo”, creemos -parafraseando a Sir Charles Chaplin-, que el tiempo es el mejor autor. Siempre encuentra el final perfecto.
Y aunque apostamos firmemente por un futuro mejor, no quiero finalizar esta editorial sin recordar a tantos y tantos que lo han dado todo, con un coste elevadísimo, en ocasiones irrecuperable. A todos ellos nuestro infinito agradecimiento.
“Tu seguridad, nuestra especialidad”
EspecialidadUrgenciasYA