José Martínez Olmos Portavoz de Sanidad del Grupo Socialista en el Senado | jueves, 21 de febrero de 2019 h |

El año 2018 ha sido un año en el que la sanidad ha continuado ofreciendo servicios de calidad al conjunto de los ciudadanos con un enorme mérito atribuible a los profesionales sanitarios.

La sanidad pública española sigue siendo un servicio enormemente valorado por la ciudadanía y es también un servicio en el que hay depositadas grandes esperanzas de progreso por los numerosos avances que la investigación biomédica nos sigue ofreciendo y por la solidez de la estructura asistencial y de salud pública del Sistema Nacional de Salud.

Es por eso que sigue siendo prioritario el desarrollo de un trabajo de luces largas para hacer posible los cambios que se necesitan para superar los desafíos a los que en la situación actual nos enfrentamos en España. Desafíos que en muchos aspectos son similares a los de otros países de nuestro entorno. Todos somos necesarios en este objetivo.

Concretando en el limitado espacio de este Anuario, quiero resaltar que el desafío de la cronicidad, la calidad y la equidad es, sin duda, el más relevante. Todo ello en un contexto de insuficiencia presupuestaria que obliga a la búsqueda de la eficiencia y en un contexto de cambios tecnológicos que obligan a la adaptación de las organizaciones para ganar competitividad.

En sanidad, esto es más evidente y tiene especial incidencia en el campo de la inteligencia artificial, la Genómica o la medicina personalizada y de precisión. Y, por supuesto, en el campo de la salud pública si consideramos los elementos ligados a los estilos de vida entre los que cabe destacar la obesidad, la contaminación ambiental o el tabaquismo, como asuntos de relevancia especial.

Este año 2018 en el Senado ha sido un año centrado en los trabajos de la Ponencia de estudio sobre la Genómica, porque hemos entendido que merece la pena focalizar una parte de los esfuerzos de cambio de nuestro sistema público de salud en relación al desafío de incorporar al Sistema Nacional de Salud los avances que este nuevo paradigma de la medicina nos ofrece.

Y hemos entendido que merece la pena trabajar con rigor y seriedad en la elaboración de una Estrategia nacional en medicina genómica, personalizada y de precisión para el Sistema Nacional de Salud que posicione a España en la vanguardia de la sanidad, con planes y objetivos a corto, medio y largo plazo para los próximos diez años.

Dicha Estrategia se deberá elaborar en el marco del Pleno Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, con pleno respeto a las competencias de las Comunidades Autónomas y debe contar con un presupuesto específico.

Pues bien, el abordaje de este desafío incorpora las reflexiones y las propuestas de acción necesarias para el conjunto de la sanidad española ya que la necesidad de conseguir una equidad real en el acceso a las nuevas terapias y a las nuevas posibilidades de prevención, tratamiento (y, a veces, curación de enfermedades) no es algo exclusivo de la medicina genómica, personalizada y de precisión. Es una necesidad para el conjunto del sistema.

Es cierto que muchos de los avances que en la lucha frente a las enfermedades que afectan a nuestra sociedad van a venir de la mano de los resultados que la investigación biomédica nos seguirá ofreciendo en forma de nuevos medicamentos o técnicas diagnósticas. En el ámbito de la Genómica es así, pero en otros ámbitos de la medicina también lo es.

Pues bien, se hace necesario un esfuerzo por parte de todos para que el coste de la innovación no lastre la sostenibilidad ni la equidad del sistema sanitario. Las administraciones tienen que seguir reforzando los procesos para la incorporación de las innovaciones con criterios de evidencia científica y de coste-efectividad. Los procedimientos deben ser, por tanto, transparentes, ágiles y basados en evidencias. De igual forma, hay que asegurar que la utilización de la innovación se haga con base en guías de práctica clínica y evaluando resultados en salud.

Es imprescindible ganar espacios para la eficiencia por la capacidad de ampliar el marco de acción de las políticas de salud, aprovechando el tamaño del mercado que supone el territorio de la Unión Europea y aprovechando el hecho de que Europa es el territorio del mundo con mayor protección sanitaria en base a sistemas universales de salud (aún cuando haya diferencias entre unos y otros).

Las empresas del sector, tienen que entender, aceptar y colaborar con las administraciones en las medidas que pretendan evitar los precios abusivos, desde la obligación ética y legal de asegurar transparencia de costes y de beneficios empresariales en todo su mercado global. Los profesionales, deberán seguir comprometidos con la mayor implicación posible en los objetivos de equidad social y eficiencia.

Solo la reorientación de los procesos y las formas de actuar por parte de todos los agentes en la idea de asegurar calidad, equidad y sostenibilidad hará posible un futuro mejor o, al menos, tan satisfactorio como el pasado reciente que en los últimos decenios nos ha regalado a los españoles la Ley General de Sanidad de 1986.


“Merece la pena trabajar con rigor y seriedad en la elaboración de una Estrategia nacional en medicina genómica para el SNS que posicione a España en la vanguardia de la sanidad”