Tiempos para compartir y no para competir

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Por Miguel F. Alcalde, director general de Merck en España

Pocas veces he sido tan consciente de cómo puede cambiar el significado que le atribuimos a la palabra “normalidad” y la dimensión de los desafíos a los que somos capaces de enfrentarnos cuando compartimos un mismo propósito como en este último año.

Siempre recordaré el año 2020 como aquel en que se declaró la mayor emergencia sanitaria de nuestra historia reciente, algo que sucedió apenas transcurrido un mes desde que asumí la dirección general de Merck en España. El Covid-19 irrumpió de manera abrupta en nuestras vidas, recordándonos que la salud es el motor de la sociedad. Su llegada llevó a las compañías a reenfocar sus planes, pero al mismo tiempo reafirmó lo que llevamos más de 350 años defendiendo en Merck: el valor de la ciencia y la tecnología para innovar en aras del progreso humano y mejorar la vida de las personas.

Este virus ha mostrado la importancia de contar con sistemas sanitarios adecuadamente dotados y financiados, poniendo sobre la mesa la necesidad de invertir en innovacion y apostar por la colaboración público-privada

Este virus ha mostrado la importancia de contar con sistemas sanitarios adecuadamente dotados y financiados, poniendo sobre la mesa la necesidad de invertir en innovación y la colaboración público-privada para encontrar soluciones más eficientes. Se ha revelado como una rotunda llamada de atención para que quienes formamos parte del sector Salud aprendamos a trabajar más unidos frente a un enemigo común, compartiendo más y compitiendo menos.

Colaboración para la diversificación

En Merck hemos emprendido diferentes colaboraciones en nuestras áreas de Healthcare y Life Science. Desde el inicio de la pandemia hemos diversificado los esfuerzos para estar presentes en todos los frentes que nos permitan aplacar al virus, aportando nuestra experiencia y portfolio a favor de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la Covid-19. Trabajamos de la mano de socios como la Fundación Bill & Melinda Gates para acelerar el desarrollo, la producción y la entrega de soluciones.

Un aspecto clave para frenar la propagación de la pandemia es la identificación de los pacientes positivos. En Merck aportamos materias primas y servicios críticos para la fabricación de más de 35 tipos de test de detección y diagnóstico del coronavirus. Gracias a nuestra colaboración con Mammoth Biosciences, trabajamos para aumentar la capacidad de realizar test y que éstos sean más rápidos y accesibles y fuimos una de las primeras compañías en publicar la secuencia de oligos para el diagnóstico del Covid-19, secuencia que es pública y está a disposición de cualquier investigador.

En cuanto a la prevención como herramienta para contener la pandemia, estamos contribuyendo al desarrollo de casi 50 vacunas, sumando fuerzas con entidades como el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford o el Baylor College of Medicine de Houston. Hemos conseguido acelerar los tiempos y acortar el proceso de producción a gran escala de una vacuna, que se ha visto reducido de un año a solo dos meses, manteniendo los estándares de calidad de siempre.

Búsqueda de tratamientos contra la COVID-19

También hemos orientado una parte importante de nuestra actividad a la investigación de potenciales tratamientos para atenuar el impacto del virus en las personas ya infectadas. En los primeros meses de pandemia, donamos a la OMS 300.000 unidades de uno de nuestros fármacos frente a la esclerosis múltiple para su investigación en el estudio clínico global SOLIDARITY como potencial terapia en el tratamiento del Covid-19; iniciamos el primer ensayo clínico con el inhibidor TLR7 y 8 para los síntomas severos causados por el Covid-19; nos adherimos al consorcio CARE (Corona Accelerated R&D in Europe) para acelerar la investigación relacionada con el Covid-19 y futuras terapias; y firmamos un acuerdo con la organización de investigación sin ánimo de lucro IAVI y el Instituto Serum de la India para el desarrollo de anticuerpos monoclonales neutralizadores del Covid-19.

Al mismo tiempo que hemos impulsado estas líneas de actuación independientes y en colaboración con otras entidades, nuestros niveles de exigencia y compromiso con los pacientes se han mantenido, especialmente con los que tienen enfermedades que provocan un alto desgaste físico y psicológico. Quienes tienen cáncer, conviven con una enfermedad que no permite bajar la guardia, como es la esclerosis múltiple, o luchan contrarreloj para poder convertir en realidad su sueño de tener hijos nos han seguido encontrando a su lado. Me siento muy orgulloso de formar parte de Merck y de la respuesta de las más de 1.000 personas que trabajan en España y lo han hecho posible.