Por Santiago de Quiroga, Presidente Editor, Wecare-U

A las puertas de la formación del nuevo y primer Gobierno de Coalición de la democracia, el sector vive con la habitual incertidumbre lo que deparará 2020. O quizás con algo más. A las viejas necesidades de los profesionales sanitarios se le van a añadir algunas nuevas, y el año nos dirá si se resuelven algunas de sus casi eternas demandas. Entre estas demandas, recuperar poder adquisitivo, desarrollo de la carrera profesional, la troncalidad, especialidades por crear o la creación de nuevas plazas públicas, entre otras. Mientras tanto, las principales sociedades científicas sacan sus datos epidemiológicos para alertar de las “epidemias” que vienen: cáncer, diabetes, EPOC/Asma, cardiopatías…todas juntas hacen que nuestro sistema sanitario deba acelerar los cambios hacia la gestión de la cronicidad.

The concept of a new year with new ideas. Hand showing light bulb with luminous numbers 2020.

¿Estanos preparados para la cronicidad?

La profunda transformación del sistema sanitario pasa por abandonar viejos modelos centrados en el hospital. La dotación de las camas hospitalarias debe estar disponible para los enfermos que lo necesitan y facilitar que la Atención Primaria (AP) resuelva con recursos la mayoría de las necesidades asistenciales. La AP debe aliviar la presión asistencial que reciben los hospitales, muchas veces por la vía de las urgencias. Esto implica tanto un cambio de modelo asistencial como una mayor inversión en AP. Pero los hospitales requieren de igual atención, porque las necesidades asistenciales, en un entorno de cronicidad galopante, se incrementan en los pacientes mayores. En definitiva, la AP puede desarrollar una medicina de familia y comunitaria, apoyada por la enfermería, que sea clave en el manejo de los pacientes crónicos.

Pero se necesitan alguna herramientas: datos. Sin las herramientas de análisis que permitan a los médicos y médicas tomar sus decisiones, y a los gestores de distintos niveles ver los resultados, será muy difícil propiciar un cambio de modelo asistencial. Y España,y sus sistemas sanitarios, no han entrado aún de lleno en la era digital. La UE deberá tomar parte en el cambio de mentalidad facilitando inversiones que permitan a los Estados miembros entrar en la era del BIG Data y la Inteligencia Artificial. Sólo así podremos hacer medicina basada en la evidencia de los datos y tomar decisiones en tiempo real.

En este papel de la cronicidad, la farmacia comunitaria está llamada a desempeñar un papel relevante como parte esencial e indisoluble de la AP. Para ello necesita un marco legal y el cierre de filas de la profesión. Colegios, Sociedades Científicas, patronales y distribución poseen recursos y personas que pueden demostrar el valor de la farmacia comunitaria, como ya se está haciendo.

Además, las distintas iniciativas abanderadas por Sefac (los farmacéuticos comunitarios) y Semergen, los médicos de familia, muestran que es posible avanzar con planes concretos.

Planes de salud para 2020

A nadie se le escapa que la agenda sanitaria tiene distintos retos que no pueden demorarse más: el plan de cáncer y el plan de salud mental se encuentran entre estas prioridades. Del primero se necesita ya adaptarnos a la genómica y asegurar que en España los pacientes tienen una asistencia oncológica de calidad, lo que requiere el liderazgo del ministerio y la participación activa de las CC.AA. Se viene reclamando en los últimos meses que se ponga sobre la mesa el plan de cáncer, y sólo falta que suceda. Para que no sea “sólo papel” distintas sociedades científicas y líderes alertan sobre la necesidad de poner recursos económicos en este plan. Sin inversiones no habrá resultados, como así lo trasladan distintos líderes sanitarios. Así lo ha entendido también en el Europarlamento: la UE va a profundizar en un plan de cáncer europeo con recursos. Este año deberia hacerlo realidad y parece que será muy ambicioso, a la altura del reto del cáncer.

También se alerta desde la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y de Psiquiatría Biológica (SEPB) que se está incrementando de manera relevante la depresión y el suicidio. Un problema que preocupa tambien en Europa y que no consigue ser controlado. El suicidio es prevenible con los protocolos y los recursos necesarios y debe abordarse de manera inmediata a nivel nacional por su tremendo impacto sociosanitario.

Afrontamos 2020 con la formación de un nuevo Gobierno que deberá consolidar el sistema sanitario y promover los planes necesarios que potencien la salud de los españoles.

La innovación y la relocalización

En un país con el turismo, la automocíón y el transporte como sectores clave para la economía, el sector farmacéutico ofrece exportaciones de su producción, inversión en investigación, empleo cualificado y producción en España. Tanto la presencia industrial como la inversión en investigación deberían ser objeto de un profundo análisis. Las deslocalizaciones deben dar paso a atraer inversiones de nuevo, facilitando este proceso por parte de las multinacionales y del tejido empresarial español. El nuevo Gobierno debería entender el papel clave de las colaboraciones público-privadas en materia de investigación.

Las últimas portadas de GACETA MÉDICA han ofrecido de manera consecutiva la alerta sobre un nuevo coronavirus, el tercero junto al SARS y al MERS en los últimos años. La salud pública debe encontrar su hueco en 2020 y dejar de ser la hermana pobre de la sanidad.

El anuario 2020 nos trae de nuevo las visiones de los principales líderes del sector sanitario. Leer sus visiones será un ejercicio imprescindible para comprender hacia dónde va el sector.