El último año de legislatura es un reto para los grupos parlamentarios y, especialmente, para el Ejecutivo. Los tiempos y los plazos de tramitación de distintas iniciativas parlamentarias impiden abordar proyectos normativos que no han sido aún desarrollados. Algunos de ellos se encuentran en el Plan Normativo de 2023 (lo que indica que estaban en la mente del Gobierno), y otros no, pero eso no implica que no estuvieran entre los asuntos pendientes.
Política farmacéutica
Distintas inversiones han sido ya anunciadas por el Gobierno en estos años, e incluyen equipamiento hospitalario, entorno digital, atención primaria, etc. Muchas ya están contempladas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTE) apartado 18 que se ejecutarán en este año.
A nivel normativo el reto es poner en marcha mecanismos que faciliten cubrir los huecos que no podrán ser abordados por regulación (una ley futura) y mantener el objetivo para los Reales Decretos (Precio y Financiación y Evaluación de Tecnologías Sanitarias) que siguen su curso. La ley que deberá esperar a otra legislatura es la reforma pendiente del medicamento, si bien es cierto que es una ley que se merece el tiempo y la amplitud de una reforma profunda.
Muchas de las cuestiones más urgentes desde la perspectiva de cada sector (profesionales sanitarios y compañías) pueden ser abordadas con imaginación y voluntad. Desde el ministerio de sanidad, la dirección general de cartera común y farmacia del SNS, con César Hernández al frente, tiene una agenda ambiciosa y no da muestras de desacelerar. Como ha afirmado a EG, los huecos que existan a nivel normativos serán atendidos mediante procedimientos o directrices de la propia dirección general. Si este tipo de normas cumple su objetivo es una alternativa al desarrollo normativo.
Sistema sanitario
Los profesionales sanitarios han comenzado 2023 con la resaca de un sueño en el que seguían reivindicando más inversión y mejoras en sus jornadas. Con el horizonte de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, la queja generalizada que ha comenzado en atención primaria ha saltado al medio hospitalario en determinadas CC. AA., la primera en Cataluña. Alimentada por la inminencia de las elecciones del 28M las aguas volverán a calmarse en junio. Pero sigue siendo necesario repensar el modelo asistencial, reforzar la contratación de profesionales médicos y de enfermería, reforzar la puerta de entrada al sistema sanitario (la atención primaria) y abordar las desigualdades territoriales. Se trata de repensar la sanidad, algo que debe realizarse de forma conjunta entre el mayor número de fuerzas políticas, y evitar la disputa política estéril. El periodo menos favorable para conseguir acuerdos es un año con dos citas electorales como 2023, pero el mejor momento para hacerlo será en 2024, tras las elecciones generales probables de diciembre.
Cualquiera que sea el abordaje de los problemas y prioridades sanitarios requiere de una visión de Estado, en las que CC. AA. y Gobierno deberán abandonar el clima actual de enfrentamiento para tratar de construir una sanidad con la vista puesta en los principales retos.
“El periodo menos favorable para el acuerdo político es el preelectoral actual. Pero el mejor momento, si es que es posible, será en 2024, tras las elecciones generales”
Política sanitaria
Con la llegada de un nuevo ministro, la sanidad ha pasado a ser en el Gobierno el departamento más interino de los últimos años. El abordaje de los retos sanitarios requiere de una apuesta por las reformas desde la voluntad de continuidad de sus máximos responsables. Como duda razonable queda qué puede hacer un nuevo ministro en los ocho meses que restan de legislatura. Además, la presidencia española mermará de forma relevante las cuestiones más locales (de país), por deber atender los planes y prioridades sanitarias de la presidencia española del segundo semestre de 2023.
Con escaso detalle, la ya ex ministra Carolina Darias adelantó algunas de las prioridades sanitarias de la presidencia española: VIH, resistencia antibiótica, estrategia farmacéutica y cáncer. Ahora esperamos que se concreten algunos de estos asuntos y que llevan asociados relevantes presupuestos, como los más de 4.000 millones de euros del Plan de Lucha contra el cáncer europeo. José Manuel Miñones, ministro de Sanidad, ha proporcionado buenas sensaciones, pero su tiempo se está acabando nada más llegar.
Farmacia
Y en el terreno de la farmacia comunitaria, las autonomías han cogido el testigo y tras Galicia, que lanzo su Ley de Farmacia antes de la pandemia, Madrid ha actualizado un texto relevante que será inspiración de otras CC. AA., sin duda.
El ministerio se encuentra menos comprometido en política relacionada con la farmacia comunitaria por la evidente descentralización de las competencias en esta materia, pero ha dado muestras de un apoyo a la profesión farmacéutica. En algunos casos, es mejor que no haya novedades porque siempre pueden empeorar las cosas, aunque sea de forma temporal y lleven más de 20 años “provisionalmente”, como el RD5/2000 que sigue lastrando a las boticas de España. “¿Quosque tandem abutere patienta nostra?”, citando a Cicerón.
Lo que la farmacia espera de 2023 no es tan relevante como lo que ha sido el papel que ha tenido la profesión durante la crisis sanitaria ocasionada por la COVID19. Quizás el refuerzo de los distintos ámbitos profesionales, la farmacia comunitaria, la farmacia hospitalaria y la rural (por su propia naturaleza y necesidades) pueden construir un marco común que fortalezca los intereses de cada uno con una visión profesional global. Pero ese es un reto que está en el terreno de la profesión.