La experiencia ha demostrado que para evitar el colapso del sistema sanitario y ayudar a la gestión de la Sanidad pública, la labor de las oficinas de farmacia es esencial. La sociedad es plenamente consciente de que la farmacia es una parte fundamental de la sanidad y que su trabajo asistencial es indispensable. Según una encuesta reciente, el 80 por ciento de los españoles reconocen que la pandemia ha reforzado el papel asistencial de los farmacéuticos y pide que las farmacias presten más servicios; el 90 por ciento considera necesaria, también, una mayor integración en la Atención Primaria.

La sanidad pública debe contar con las farmacias para aliviar la carga del sistema y mejorar la salud de la población, delegándoles funciones que están preparadas para asumir. Las Administraciones sanitarias de diversos países, incluido el nuestro, han reconocido su labor, y ya empiezan a darse los primeros pasos para que la integración sea una realidad y juntos empecemos a construir la nueva Sanidad del futuro. Ahora más que nunca, el sector debe permanecer unido para que no se pierda el impulso ganado.

Consideramos que el momento sanitario, histórico, que estamos viviendo requiere que desde la distribución reforcemos nuestro respaldo a las reivindicaciones de las farmacias, que son las nuestras, y, en ello, debemos poner nuestro empeño. Se trata de una demanda justa, no solo para los farmacéuticos, sino para todos los ciudadanos.

“Debemos seguir defendiendo el refuerzo de los stocks que nos permita atender adecuadamente picos de demanda, y colaborar para consolidar los sistemas de detección temprana”

Seguimos trabajando para defender y poner en valor la distribución farmacéutica como garantía de presente y futuro del modelo de farmacia español y para poner de relieve su potencial estratégico, y defendemos la distribución farmacéutica de gama completa frente a otros modelos de distribución menos especializados porque aquella garantiza y controla plenamente la custodia y la seguridad del medicamento desde el laboratorio al consumidor final.

La función de los mayoristas de farmacia es distinta a la de otros tipos de distribución porque proveen a las farmacias de todas las referencias de medicamentos, en condiciones de equidad, seguridad y calidad y, por tanto, garantizan el acceso a los tratamientos de salud de todos los ciudadanos. Debemos seguir reclamando, por ello, una licencia específica que reconozca y proteja la actividad que realizan los mayoristas farmacéuticos de gama completa para proteger, también así, el acceso universal a los medicamentos.

La legislación debe recoger el derecho de los mayoristas a ser suministrados de forma adecuada y continuada por parte de los laboratorios, y debería priorizarse a la distribución especializada en situaciones de escasez, cuando los laboratorios no consigan suministrar al mercado las cantidades necesarias para cubrir las demandas de determinados medicamentos.

Desde nuestra posición debemos seguir defendiendo el refuerzo de los stocks que nos permita atender adecuadamente picos de demanda, y colaborar para consolidar los sistemas de detección temprana impulsados por organizaciones como el Consejo General de Colegios o la Federación de Distribución Farmacéutica, para anticiparnos a posibles situaciones de escasez y evitar el impacto que la falta de previsión pudiera tener en la población.

El profundo compromiso de la distribución farmacéutica con la salud de la población nos lleva a anteponer criterios sanitarios por encima de los puramente económicos, y constituye el mayor seguro para garantizar el suministro a los ciudadanos. Eso nos distingue de otros modelos y nos confiere un valor estratégico en el sistema sanitario.

Aún tenemos mucho trabajo por hacer, pero ya hay señales que nos hacen pensar que vamos avanzando en este camino. Puedo asegurar que desde nuestra posición en la cadena del medicamento seguiremos defendiendo la integración de la farmacia en el Sistema Nacional de Salud, asumiendo nuestra responsabilidad, por convicción y porque así lo requieren, como cooperativa farmacéutica que somos, las funciones que tenemos encomendadas por parte de nuestros socios.