Optimización e integración terapéutica: farmacoterapia de calidad

Por Ana Barceló, consejera de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana

318

El sistema sanitario público asume numerosas funciones y competencias dirigidas a la mejora de la salud pública y de los pacientes, entre las que destaca la propia gestión cotidiana y la gestión de situaciones consideradas como “emergencias sanitarias”, como es la pandemia por el SARS-CoV-2.

Además, pese a que no transciende habitualmente a la opinión pública, los sistemas sanitarios debemos gestionar y hacer frente, de forma reflexiva, a la incorporación de tecnologías sanitarias que contribuyan a mejorar la salud de la población y de los pacientes, o que mejoren o faciliten los procesos y la labor de los profesionales sanitarios. En los últimos años, observamos cómo nuevos procedimientos, nuevos fármacos, nuevos productos aparecen en gran número y a gran velocidad, la mayor parte de las veces asociados con importantes costes incrementales.

Las mejores prácticas asistenciales, integradas por procedimientos diagnósticos, terapéuticos o quirúrgicos, entre otros, al igual que cualquier tecnología sanitaria que se decida implementar, se basa inicialmente en el conocimiento previo que los profesionales y los sistemas de salud adquieren gracias a la investigación, basada en métodos normalizados, transparentes y reproducibles.

Integrar esta información nos proporciona un análisis previo al uso, identificando los beneficios e incertidumbres de cada técnica, procedimiento o producto, y comparándolo con las alternativas disponibles, con el objeto de delimitar su lugar óptimo en la asistencia para obtener la mejor salud de la población y de los pacientes. Sin embargo, esta información inicial no siempre es completa y está sometida a gran incertidumbre, por lo que es necesario conocer de qué manera se está usando cada tecnología o producto, así como los resultados obtenidos en la práctica real, cotejando el cumplimiento de las expectativas generadas a priori.

Las circunstancias sanitarias, sociales y económicas actuales, así como el creciente, y cada vez más complejo arsenal terapéutico y diagnóstico disponible, y sus mecanismos de acceso y financiación en el Sistema Nacional de Salud han variado sustancialmente. Para el caso de los medicamentos y productos sanitarios, el sistema sanitario público, principal financiador y gestor asistencial, debe abordar cambios en las estructuras y procesos que gobiernan las estrategias corporativas para su uso racional. Todo ello para garantizar el desarrollo y cumplimiento de los preceptos de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, que pretenden el mayor beneficio tanto a pacientes como de la sociedad en conjunto.

Para el caso de los medicamentos y productos sanitarios, el sistema sanitario público debe abordar cambios en las estructuras y procesos que gobiernan las estrategias corporativas para su uso racional

La Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública basa su política sanitaria en principios de equidad, sostenibilidad, coordinación y solidaridad considerando la vulnerabilidad, calidad, excelencia e innovación, entre otros. La política en materia farmacéutica comparte estos principios y pretende un claro componente de reorientación enfocado a la obtención de resultados en salud, a la integración y continuidad farmacoterapéutica y a la eficiencia, tanto de la propia prestación farmacéutica, como de los procesos y actuaciones desarrolladas. Los principios troncales en que se basa nuestra política farmacéutica son:

  • Política farmacéutica orientada a pacientes y ciudadanía.
  • Optimización, que engloba e incluye eficiencia, sostenibilidad, seguridad y orientación a resultados.
  • Coordinación de las estructuras farmacéuticas del sistema sanitario público.

  • Su desarrollo queda plasmado en el Programa de optimización e integración terapéutica, definido como el conjunto de actuaciones y actividades encaminadas a la utilización de medicamentos y productos sanitarios en el ámbito de la Comunitat Valenciana, basado en la identificación y fomento del uso de las alternativas, protocolos y procedimientos de mayor eficiencia y conveniencia para pacientes y sociedad desde el punto de vista de la prestación farmacéutica del sistema sanitario público, y su implementación armonizada y equitativa en su estructura asistencial.

  • Los objetivos del Programa son a) la optimización de la terapéutica, de acuerdo con en la evidencia científica y los resultados en salud, que pretende la mayor eficiencia y mayor seguridad en el uso de medicamentos y productos sanitarios, y b) la integración funcional de los órganos y estructuras del Sistema Sanitario público valenciano, basada en la transversalidad asistencial, la continuidad asistencial, el trabajo en red y colaborativo y la equidad.

  • Para llevar a cabo este reto, es necesario una práctica corresponsable en todos los niveles, gestores y asistenciales, y por parte del conjunto de profesionales. Es un reto establecer una red colaborativa para incrementar la eficiencia de los procesos, un menor consumo de recursos y una mayor equidad, así como la implementación efectiva de las decisiones y el conocimiento y monitorización de la actividad y los resultados

  • Pese a las dificultades gestoras y asistenciales vividas en los últimos dos años y todos los logros y retos conseguidos, el año 2021 ha estado marcado por la puesta en marcha del Programa de Optimización e Integración Terapéutica en la Comunitat Valenciana, y para el año 2022 será un gran reto consolidar este programa en nuestra organización, para que la farmacoterapia y prestación farmacéutica que reciben los ciudadanos alcance los más altos niveles de calidad y que ello contribuya a mejorar la salud de cada una de las personas y de la sociedad.