Por Antonio Pérez Ostos, presidente del Grupo Bidafarma
Muchas veces, queda en el olvido que el principio básico de las cooperativas es el de la solidaridad. Bien porque damos por hecho determinadas obligaciones o bien por la falta de reconocimiento público a nuestra actividad.
Nadie podría plantearse que un medicamento pudiera tener un precio para un paciente del centro de una gran capital y otro para el paciente de una pequeña aldea de la España vaciada. Sería impensable. Pero lo que la sociedad desconoce es que esto es posible gracias a los propios farmacéuticos. Todos tenemos acceso a los medicamentos en condiciones de equidad por unos farmacéuticos valientes, que hace más de 90 años decidieron unirse para fundar la primera cooperativa farmacéutica del país con el objetivo de poder desarrollar una farmacia libre e independiente, propietaria de su propio canal de suministro.
El 2016 supuso un nuevo hito para la distribución farmacéutica, con la creación de Bidafarma tras la unión de 12 cooperativas, con el objetivo de crear una cooperativa fuerte, solvente y competitiva, siempre pensando en la defensa del modelo farmacéutico y garantizar el mejor servicio a todas las farmacias socias. Una cooperativa de mayor tamaño que garantiza a la sociedad de forma solidaria el acceso a la prestación farmacéutica en igualdad de condiciones.
Y en 2021, los farmacéuticos volvieron a mostrar un gesto más de solidaridad ante la sociedad con la distribución de la vacuna contra el coronavirus de forma altruista. Este gesto ha supuesto un antes y un después para la distribución farmacéutica, ya que, por primera vez, los farmacéuticos se han encargado de una labor tan importante como la recepción, custodia y distribución de la vacuna contra el coronavirus en Andalucía, y en menor medida en Extremadura. Un hecho sin precedente, que ha marcado un antes y un después en la distribución farmacéutica, ya que tuvimos que enfrentarnos al enorme desafío logístico que suponía la distribución de las vacunas.
La distribución de vacunas contra la COVID de forma altruista por las cooperativas farmacéuticas es un gesto sin precedentes que supone un antes y un después en el ámbito del sector mayorista de medicamentos
Al igual que los científicos trabajaron en tiempos récords para conseguir la vacuna de la salvación, la distribución farmacéutica, y en nuestro caso concreto en Bidafarma, tuvimos que adaptar nuestras instalaciones y protocolos en tiempos muy reducidos para poder hacer frente al reto logístico al que nos enfrentábamos. Debo recordar, que el preparado de Pfizer ha sido el primer medicamento fabricado hasta entonces que su temperatura de conservación a -80 °C. Para ello, tuvimos que adquirir dos ultracongeladores.
Tras conocer que seriamos los encargados de realizar esta labor, nuestras instalaciones se adaptaron para cumplir las exigencias técnicas y sanitarias requeridas por las autoridades según los requisitos de cada fabricante de vacunas: Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson. La operativa, desarrollada al 100% por Bidafarma, está íntegramente recogida en un procedimiento específico para la gestión de la vacuna que incluye la recepción, almacenamiento, preparación de pedidos, despacho y transporte a los centros de vacunación asignados. Así como planes de contingencia elaborados para cada una de las fases de la operativa y equipos implicados.
Además, nuestro equipo informático, desarrolló un programa de gestión compartido con la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, que les permite generar los pedidos y sus destinos, y tener un conocimiento en tiempo real de su stock y la trazabilidad de la temperatura de los viales en cualquier momento. Asimismo, todo el proceso está rodeado de altas medidas de seguridad para evitar desvíos, robos o perdidas, ya que la custodia de las vacunas se realiza en una sala especialmente acondicionadas con diferentes medidas de acceso (llave, tarjeta magnética y código de control) y videovigiladas las 24 horas. Desde que comenzamos nuestra labor con la distribución de las vacunas contra el coronavirus, llevamos distribuidas más de 15 millones de dosis con una tasa de error cero, gracias a que somos los expertos en la distribución del medicamento y podemos ofrecer todas las garantías de control farmacéutico.
Toda esta labor se está realizando por el sentido de la responsabilidad social y solidaridad que la cooperativa tiene innata en su ADN. Bidafarma, y por ende, los farmacéuticos siempre hemos estado y estamos comprometidos con nuestra sociedad. Lo hemos demostrado en los momentos de crisis sanitaria, aportando nuestro granito de arena. Pasó con la distribución de la vacuna de la gripe A, durante la pandemia del covid con el reparto de material de protección y con la misma distribución de la vacuna. Pero la solidaridad de nuestras farmacias se extiende más allá, en Bidafarma colaboramos con diferentes asociaciones de pacientes, atendiendo demandas de los ciudadanos ante catástrofes naturales como el volcán de Tenerife o las últimas inundaciones de la costa onubense.
Afianzar los lazos con la sociedad y fortalecer nuestro modelo de farmacia. Demostrar desde la distribución cooperativa que la farmacia aporta soluciones eficaces ante los desafíos contemporáneos, es asegurar el futuro de la profesión.