N. S. Madrid | viernes, 12 de julio de 2019 h |

Los datos lo reflejan: la I+D en España no es una prioridad. Y, tradicionalmente, esto ha sido así en nuestro país. Así lo expuso el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la clausura del evento de presentación del informe Propuestas para incrementar la competitividad del sistema español de I+D+I.

El expresidente señaló que fue al llegar al Gobierno en el año 2004 cuando se dio cuenta de esta realidad, ya que al reunirse con representantes de comunidades autónomas comprobó cómo las peticiones que realizaban al Gobierno central tenían poca relación con el fomento de la investigación y el desarrollo.

En este sentido, Rodríguez Zapatero consideró que si en nuestro país no se produce un cambio de modelo y se apuesta por esta materia, será imposible que la economía española avance al ritmo de otros países de la Unión Europea que sí priorizan la inversión en I+D.

Pero el ex presidente remarcó que esta apuesta no puede quedar únicamente en una declaración de intenciones. Explicó que más allá de incluir aumentos para esta partida en los Presupuestos Generales del Estado, lo más importante es ejecutarlos y lograr que el dinero llegue a su destino.

Por ello, apuntó que la mejora de la situación de la I+D debería ser uno de los grandes objetivos a nivel nacional, aunque opinó que el último equipo de Gobierno había dado pasos en este camino señalando la transición energética y la revolución tecnológica como temas destacados de su agenda, por estar ambos relacionados estrechamente con la mejora de la calidad de la I+D en España.

Además, Rodríguez Zapatero indicó que el sector de la biotecnología cuenta con muy buena reputación a nivel nacional y con buenos datos que corroboran su productividad, lo que debería ser un aliciente, a su juicio, para mejorar la inversión en esta área.

Para concluir, el ex presidente remarcó que, además de la financiación, sería importante trabajar en medidas que no dificulten el trabajo de las empresas dedicadas a la investigación, como el aumento de subvenciones directas en lugar de préstamos, o la creación de una política intercomunitaria en la Unión Europea para que todos los países cuenten con las mismas oportunidades.