Los resultados de diferentes estudios siguen certificando la importancia de las CAR-T en el abordaje de diferentes enfermedades oncohematológicas. Durante la 63ª edición del congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés), se han presentado varios datos al respecto.

Entre ellos, la compañía Kite (perteneciente a Gilead y especializada en estas terapias celulares) ha presentado datos de varios estudios sobre su CAR-T Yescarta (axicabtagén ciloleucel) en diferentes tipos de Linfoma No Hodgkin.

Joaquín Martínez, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario 12 de Octubre, señala que “entre los datos que se han presentado en este congreso destacan los estudios presentados sobre el uso de CAR-T en varias indicaciones, sobre todo en linfoma y en mieloma”.

Supervivencia a largo plazo

En esta edición del congreso se han presentado tres estudios que involucran a Yescarta. Primeramente están los datos de Zuma-1, que evalúa el uso de esta terapia en pacientes adultos con Linfoma B de células grandes refractario. Al observar las cifras de los pacientes tratados, la tasa de supervivencia global (SG) a cinco años fue del 42,6 por ciento; mientras, entre los pacientes que obtuvieron una respuesta completa, la tasa de SG a cinco años asciende al 64,4 por ciento. También cabe resaltar que en los pacientes tratados y vivos a cinco años, el 92 por ciento no recibió ningún tratamiento adicional desde la infusión de CAR-T.

Para Martínez, “los resultados a largo plazo complementan a los que ya había a corto plazo”. Asimismo, el especialista pone el foco en que “hay un grupo de enfermos que han recibido el tratamiento y no han recaído después de más de 24 o incluso 36 meses; esto confirma los datos que había en los estudios con menos seguimiento”. Por otra parte, añade que “los datos también certifican el perfil de toxicidad a largo plazo, ya que en los nuevos estudios no se han encontrado nuevos acontecimientos adversos”.

Otro de los parámetros que se ha estudiado en Zuma-1 es la correlación entre la supervivencia global a largo plazo y la supervivencia libre de eventos (EFS). Este análisis exploratorio podría ser útil para apoyar potencialmente el uso de la EFS a uno y dos años como criterios de valoración subrogados a largo plazo en LBCG refractario o en recaída.

Ventajas frente al tratamiento estándar

También en esta edición de ASH se han presentado datos sobre el estudio Zuma-7, que estudia las ventajas de Yescarta frente al tratamiento estándar, también en Linfoma B de células grandes. En concreto, se estudió esta terapia CAR-T administrada en perfusión única, comparando los resultados respecto al tratamiento estándar en pacientes con LBCG refractario o en recaída; el tratamiento estándar que se administra en la actualidad se compone de varios pasos que culminan en la realización de un trasplante de células de médula ósea. Los datos de este estudio también se han publicado en el New England Journal of Medicine.

A este respecto, Martínez indica que “en este estudio que se compara a enfermos en primera recaída en LBCG estudiando cómo funciona el tratamiento CAR-T frente a aquellos que realizan el proceso hasta trasplante autólogo”. El experto apunta que “al comparar los datos de las dos ramas, se ve que aquellos pacientes del brazo que recibe CAR-T tienen resultados mejores que el grupo de control, a nivel de objetivo primario que es la supervivencia libre de progresión y con una toxicidad similar a la ya descrita”.

Los resultados del estudio reflejan que, con una mediana de seguimiento de dos años, el estudio alcanzó la variable principal de supervivencia libre de eventos (EFS), con 2,5 veces más de pacientes vivos en el brazo del ensayo que recibió la terapia CAR-T, los cuales además no necesitaron tratamiento oncológico adicional ni experimentaron progresión de la enfermedad. También en este estudio el perfil de seguridad se constató como consistente respecto a otros estudios en los que se evaluaba este parámetro.

Con todos estos datos la FDA, agencia regulatoria de Estados Unidos, ha otorgado al tratamiento la solicitud de licencia biológica y ha concedido la revisión prioritaria a esta molécula para la población de pacientes incluida en el estudio. Asimismo, la Agencia Europea del Medicamento ha comenzado a revisar la solicitud de variación de Tipo II, por la cual se ampliaría la indicación del fármaco para su uso en segunda línea en pacientes adultos con linfoma difuso de células B grandes (LBDCG) y linfoma de células B de alto grado (HGBL) en recaída o refractario.

Otros linfomas

Asimismo, en el congreso americano se han presentado los datos del estudio Zuma-5, estudio multicéntrico de un solo brazo y abierto de Fase 2 que evalúa Yescarta en pacientes adultos con linfoma no Hodgkin (LNH) indolente en recaída o refractario después de al menos dos líneas de tratamiento previas. En el momento del corte de datos, un total de 110 pacientes (86 con linfoma folicular y 24 con linfoma de zona marginal) fueron elegibles para el análisis de eficacia.

Los pacientes de linfoma folicular tenían al menos dos años de seguimiento; la tasa de respuesta objetiva fue del 94 por ciento, con una tasa de respuesta completa del 79 por ciento. En cuanto a la mediana estimada de la duración de la respuesta y de la supervivencia libre de progresión, esta fue de 38,6 y 39, 6 meses respectivamente.  Además, la mediana hasta el siguiente tratamiento fue de 39,6 meses. En cuanto a la mediana de supervivencia global, esta no se ha alcanzado, con una tasa estimada de SG del 81 por ciento a los 24 meses.

Por otra parte, en linfoma de zona marginal, la mediana de seguimiento fue de 23,8 meses. La tasa de respuesta objetiva fue del 83 por ciento con una respuesta completa del 63 por ciento; además, el 50 por ciento de los pacientes se mantenían en respuesta en el momento del corte de datos. Respecto a la mediana de duración de la respuesta, de tiempo hasta el siguiente tratamiento y la mediana de SG, estas no han alcanzado los objetivos marcados.

Perspectivas de las CAR-T en linfoma

En palabras de Joaquín Martínez, “sobre Yescarta, hay datos en linfoma del manto y linfoma folicular muy importantes en Fase 2, así como en leucemia linfoblástica aguda”. En esta línea añade que “en el caso del linfoma del manto, estos datos han propiciado su aprobación por parte de la EMA y la FDA, mientras que en linfoma folicular y leucemia linfoblástica aguda, los estudios están muy avanzados”.

Con todos los datos presentados sobre esta CAR-T en ASH, Martínez concluye que “parece que hay un subgrupo de pacientes con linfoma en primera recaída que se benefician mucho de estas terapias, y aunque no son todos, los datos son muy importantes porque se extraen de estudios randomizados en Fase 3”.


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