C.M.L. Madrid | viernes, 25 de enero de 2019 h |

Más de la mitad de los pacientes que reciben un trasplante de médula ósea ha estado en contacto con el citomegalovirus (CMV), una infección que está presente de forma latente en la mayoría de la población. En los pacientes trasplantados puede suponer un problema grave, causando enfermedad multiorgánica en los receptores de trasplantes de células madre, como neumonía, hepatitis, gastroenteritis, retinitis y encefalitis, etcétera.

Hasta el momento, las opciones terapéuticas han estado limitadas en este campo. Como recuerda el presidente del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular (GETH), Carlos Solano, en los años 90 se desarrollaron algunos medicamentos capaces de controlar esta infección, aunque con un perfil de toxicidad alto. “No han servido para prevenir —como profilaxis— y no evitaban que el virus cogiera fuerza”. Esta estrategia terapéutica, denominada de tratamiento anticipado, consiste en detectar el virus a un nivel bajo para que, cuando llega a un dintel determinado, se administre la medicación, a fin de evitar la elevada toxicidad de la terapia.

En los últimos años han aparecido novedades terapéuticas. Fármacos más activos y menos tóxicos. Si bien “algunos de estos avances no se han comercializado ni se han concretado de momento, ya que los ensayos clínicos fase III están aún por completar”, explica el experto. Dentro de estas novedades hay un tratamiento antiviral que sí ha completado todas las fases y está a punto de ser comercializado. “Letermovir (Prevymis, de MSD) es un fármaco muy activo frente a este virus, de forma muy selectiva, y es muy poco tóxico”, indica Solano.

La buena noticia para estos pacientes, como asegura el presidente del Grupo Español de Trasplantes, es que su comercialización está en ciernes y se espera poder utilizarlo en poco tiempo en pacientes de alto riesgo. Hay que tener en cuenta que estos pacientes representan entre el 60-70 por ciento —pacientes en contacto con el virus o que han recibido un trasplante de un donante que ha estado en contacto con el citomegalovirus—. A juicio de Solano, esta nueva estrategia terapéutica supone un cambio en el abordaje de esta infección, para la que e hasta ahora no existían opciones tan poco tóxicas. “Letermovir, en fase de aprobación, supondrá un cambio en el abordaje de este virus”. De hecho, el Grupo Español de Trasplantes ha sido parte activa a nivel internacional en un gran ensayo clínico que avala la eficacia de este fármaco. “Se trata de un ensayo internacional, con un número muy alto de pacientes y con unos criterios muy estrictos que demostró que mientras se da este medicamento el control de este virus es muy alto y con muy escasa toxicidad”, afirma.

“Sin duda es un avance en el tratamiento de estos pacientes”, recalca Solano. Con su aprobación en España, este medicamento se incorporará a muchos centros como tratamiento estándar, si bien el experto incide en su importancia en pacientes de alto riesgo.

¿Cómo se reactiva el virus?

El presidente del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular explica que una vez que la persona lo adquiere permanece en el organismo para siempre. Sin embargo, en estos pacientes cuando éste brota es cuando se ha aplicado el tratamiento inmunosupresor, por lo que estamos ante la infección más frecuente en el paciente trasplantado.

Para estas personas —comenta Solano— este virus puede coger fuerza porque está controlado por la inmunidad. Los datos anticipan que el CMV se reactivará en hasta dos tercios de los pacientes después del trasplante, y hasta el 10 por ciento de ellos desarrollará una enfermedad mediada por virus de los órganos terminales potencialmente mortal.