La Asociación Británica de la Industria Farmacéutica (ABPI, por sus siglas en inglés) ha publicado, con la colaboración de la Confederación del NHS (una asociación de autoridades sanitarias creada en el seno del National Health Service), un informe en el que apuesta por promover una mayor colaboración entre la industria farmacéutica y sector público y que aporta unas directrices básicas para este trabajo conjunto.
Dos son los motivos por los que es precisa esta colaboración público-privada: la sostenibilidad y la transformación que precisa el sistema sanitario británico. El documento califica de “significativos” los potenciales beneficios que se derivarían de esta alianza. Entre ellos, mejores resultados para los pacientes, el impulso de la economía británica y un NHS más sostenible. En la otra cara de la moneda están algunas de las barreras que tanto la Administración sanitaria como la industria pueden encontrarse y frenar el desarrollo de su colaboración. Entre ellas, “el liderazgo y la cultura, los recursos disponibles y los niveles de confianza variables” que existen entre ambas partes.
Tanto la Confederación del NHS como la ABPI indican que la publicación de este informe constituye un primer paso necesario para desarrollar esta colaboración, que debería preceder a una reunión entre líderes de la industria farmacéutica y el sistema sanitario durante el transcurso de los próximos meses.
Además, las entidades promotoras del informe señalan que esta guía debería ser el primer impulso para que ambos agentes “sientan que tienen permiso y estímulo” para poder llevar a cabo esta colaboración desde los niveles más altos del sistema sanitario. Asimismo, informan de que paralelamente se están desarrollando otras “herramientas prácticas” para asegurarse de que esta alianza se desarrolla con los menores obstáculos posibles.
El informe recopila estudios de casos prácticos ya acometidos que demuestran los resultados que se pueden obtener con este tipo de uniones. Uno de los ejemplos que se cita en el documento es el éxito alcanzado con el Greater Manchester Pharmaceutical Industry Partnership, un acuerdo que, por ejemplo, condujo a más de una docena de nuevas asociaciones intersectoriales y a un trabajo rápido para abordar desafíos de salud como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Asimismo, gracias a este partenariado se logró un aumento en el número de estudios comerciales, un incremento en el número de participantes en ensayos clínicos y se planteó un nuevo enfoque en el abordaje de los pacientes que padecen enfermedad pulmonar crónica.
“El futuro está en la colaboración; sin ella, ni el NHS ni la industria desarrollarán todo su potencial” explica Niall Dickson, director ejecutivo de la Confederación NHS. A esto añade que, como muestra este informe, “hay muchos ejemplos de buenas prácticas que corroboran que cada uno puede beneficiarse de las habilidades y la experiencia del otro y, lo que es más importante, trabajar unidos con el objetivo de maximizar el beneficio de los pacientes”. Dickson se refiere a esta alianza como algo positivo: “El mensaje aquí es que podemos hacer más y hacerlo a gran escala. La colaboración con la industria y la investigación son críticas para esta misión y sigue existiendo el peligro de que se la considere como ‘algo que sería agradable’, en lugar de ‘algo que tendría que ser obligatorio’”, asegura.
También se pronuncia sobre la posibilidad de esta alianza Mike Thompson, director ejecutivo de la ABPI. “Hemos sido muy honestos en este informe sobre las barreras que la industria y el NHS han enfrentado al tratar de trabajar juntos”, expone. Thompson recuerda además que en esta línea, desde ABPI están “invirtiendo recursos para enfrentar estos desafíos porque los beneficios serían contundentes”. Thompson, que se define a sí mismo como “un gran defensor de la colaboración entre industria y NHS”, concluye explicando que el objetivo final de estas uniones es “ofrecer los mismos beneficios en todo el país para ayudar a mejorar la salud de la población “.
