En el marco de BioSpain, Farmaindustria ha impulsado una mesa redonda en la que se han debatido los retos pendientes en materia de investigación preclínica. Amelia Martín Uranga, ha directora adjunta de Investigación clínica y Traslacional de Farmaindustria ha indicado que aunque en este encuentro se hablase de los obstáculos, “también hay que poner sobre la mesa las acciones que se pueden emprender para avanzar en esta investigación y lograr que esta llegue cuanto antes a los pacientes”. Siguiendo este hilo, ha querido poner en valor los esfuerzos realizados por todos los agentes en I+D, “siendo esta cada vez más abierta y colaborativa”.

Por su parte, Anabel Sanz, responsable de Tech Transfer de CRG ha explicado que hay cuatro fases en la investigación preclínica (generación de conocimiento, aplicabilidad, prueba de concepto y la regulatoria/clínica); aquí, ha especificado que “las dos primeras etapas se suelen realizar muy bien en los centros de investigación, el problema llega con la prueba de concepto”. Y es que, ha precisado que al llegar este momento, “aunque el equipo esté preparado, se necesitan fondos para realizar la prueba de concepto, lo que dificulta que haya inversores interesados en el proyecto”. Sanz ha añadido que, al hablar de recursos se refiere tanto a “recursos financieros como de equipamiento y humanos, en este caso, con perfiles especializados para seguir desarrollando el proyecto”.

Importancia del trabajo conjunto

Sanz también ha hecho alusión a la necesidad de trabajar conjuntamente; “en la investigación preclínica, los equipos han de trabajar juntos para obtener resultados, y hay que favorecer esa interacción, buscando puentes para unir el conocimiento de todos los expertos y llegar a desarrollar los proyectos a tiempo”.

En esta idea ha coincidido José Manuel Bartolomé, director científico de Janssen en España, refiriéndose a que “en la industria farmacéutica el diálogo tiene mucho que aportar”. Aun así, ha apuntado que además de trabajar todos en la misma línea, “en ciencia es muy importante el diálogo desde los inicios de cada proyecto, porque es esencial tener claro desde el principio el camino a seguir”.

Con un proyecto claro y los recursos necesarios en cada caso, aumentarían considerablemente las posibilidades de superar el ‘valle de la muerte’; este concepto se refiere al momento en el que, por diferentes circunstancias, los proyectos no prosperan.

Tiempos y espacio

Otro concepto al que se ha referido Clara Campás. socia directora y cofundadora de Asabys Partners, ha sido el tiempo. “Los tiempos son imprescindibles: la ciencia y el conocimiento llevan sus tiempos, pero es importante agregar aquí el componente de impacto que esto tiene para los pacientes, ya que ellos no pueden esperar”, ha aseverado.  Además ha señalado que “desde la perspectiva económica el tiempo también apremia, puesto que la competencia está ahí y existen medios que tienen mejor acceso al capital”.

Todo el proceso investigador es para Marisol Quintero, CEO de Highlight Therapeutics, una “cadena”. “Cuando ves todos los eslabones que hace falta ensamblar para llegar al producto final, te das cuenta de que si no actúas desde el principio, va a ser mucho más difícil”, ha advertido. Así, según Quintero, “para poder trasladar medicamentos al siguiente nivel hay que unir la práctica con la clínica”. En esta línea se ha referido a otros países como Estados Unidos de los que dice que “tienen una situación muy diferentes, con médicos que se dedican a la investigación clínica y, en concreto a la investigación básica, lo que hace que se genere conocimiento”.

Amelia Martín Uranga se ha mostrado de acuerdo, identificando que “existe un déficit como país en las conexiones que se establecen para lograr la transferencia en I+D”.

Sanz ha planteado que en el CRG “se ha identificado esta necesidad de sumar, ayudando a los expertos a centrar el foco”. Por ello, ha indicado que han lanzado “un proyecto que viene de un consorcio europeo y trata de ofrecer centros de investigación a doctores en medicina para poder crear este concepto”.

Sin embargo, ha considerado que hay un paso que queda por dar que sería el de “incorporar el talento de las empresas dentro de los centros públicos para hablar de un ecosistema de innovación completo que atraiga la atención de todos los agentes”. Por último, Sanz ha instado a aumentar la “formación en innovación y emprendeduría” ya que aunque no cree que los españoles sean una población poco emprendedora, “se necesita incorporar desde etapas tempranas esta cultura”.

Financiación e innovación

Campás ha reivindicado también “el papel del capital riesgo”. “En las etapas clínicas iniciales, hay que encontrar la forma de diversificar; es bueno que haya diversos findos de capital riesgo, no es positivo ser pocos, sino revolucionar el panorama del capital riesgo en pos de la innovación”.

Andrés Ubierna. Jefe de Departamento de Capitalización de Empresas Tecnológicas, CDTI (España), ha recordado que el objetivo de este organismo es promover la innovación y el desarrollo tecnológico y que ahora están inmersos en “ordenar las ayudas que están disponoibles en el CDTI, creando también iniciativas específicas para ofrecer más oportunidades en este aspecto”. Adentrándose en estas convocatorias, ha destacado algunas como el Programa Invierte, cuyo objetivo es “aunar esfuerzos para sacar adelante la colaboración público privada”.

Relación con los inversores

Pero para mejorar la inversión, varios de los ponentes han comulgado en la necesidad de mejorar la interlocución con los inversores para lograr mejor financiación. Ubierna ha opinado que es necesario tenerlo claro, puesto que “aunque desde los proyectos se pueda hablar con empresas, el que ha de dar el paso es el inversor en sí mismo”.

“Explotar al máximo la ciencia y la tecnología conlleva un capital y hay unos riesgos; para captar a inversores privados, es necesario que por consiguiente la inversión privada sea cada vez más grande”, ha aclarado Campás. También ha instado a tener en cuenta que en estas operaciones, los inversores se fijan mucho en dos cuestiones: “el retorno y el impacto de los proyectos”.

Son muchas las ocasiones en las que se ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar los incentivos para favorecer la innovación. “Al hablar de incentivos, estos también se podrían realizar en negativo, penalizando a los patrimonios más ociosos, aunque en mi caso sea más partidaria de la incentivación positiva”, ha expuesto Campás. En definitiva, el objetivo que ha definido sería “hacer que los inversores se atrevan a aumentar su compromiso” para lograr que cada vez más proyectos salgan adelante.


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