ddesesDesde que el coronavirus comenzara a extenderse en mayor o menor medida por los diferentes países del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un mensaje claro: ‘test, test, test’. Así, apuntaban a la necesidad de realizar test a la población para luchar contra la pandemia.

Hace unos días, el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III iniciaban un estudio de seroprevalencia entre la población española. Según datos de ambas entidades, aunque la participación en este estudio es voluntaria, 30.000 familias españolas recibirán una invitación a participar en el mismo. Estiman que esta invitación llegará a un total aproximado de 90.000 personas y que finalmente contarán con una muestra de alrededor de 60.000 personas.

A las personas que accedan a participar en el estudio se les realizará en primera instancia un test rápido de detección de anticuerpos en sangre por inmunocromatografía. Además, para aumentar la fiabilidad de los resultados, se sugerirá a los participantes la posibilidad de realizar un análisis de sangre para cotejar los resultados del test rápido con una técnica serológica más sofisticada. Con esta información, se podrá conocer qué personas han pasado la Covid-19 y desarrollado anticuerpos frente a la misma.

Pero, los resultados de este estudio, sirven para proyectar una imagen de la cantidad de personas que han pasado la enfermedad en nuestro país. En ningún caso debe ofrecer el concepto erróneo de que aquellas personas que han pasado el virus son inmunes a la enfermedad.

Antoni Trilla, epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) trata de esclarecer algunas de las dudas que pueden surgir alrededor de este estudio.

¿Qué utilidad tiene el estudio de seroprevalencia?

Una de las preguntas que ha suscitado la puesta en marcha de este estudio de seroprevalencia es saber para qué van a servir los datos que se extraigan del mismo. Según Antoni Trilla, “proporcionará una información valiosa para estimar el porcentaje de población que ha desarrollado anticuerpos frente al coronavirus, y por tanto ha pasado esta infección”. A este dato, tal y como apunta el experto, se añadirá una información desglosada que también puede ser útil. “Esta información además estará distribuida por territorios o grupos de edad, lo que nos permitirá ampliar la información que tenemos hasta el momento”, indica.

¿Qué información es necesaria para la desescalada?

A la hora de establecer qué tipo de información es necesaria para plantear las medidas de desconfinamiento, Trilla apunta a varios frentes. “No hay una medida única; es necesario evaluar el cumplimiento de una serie de condiciones de tipo epidemiológico, asistencial, capacidad de respuesta frente a nuevos posibles brotes de la enfermedad o movilidad”. En este sentido, el epidemiólogo alude a incluir en este proceso de desescalada “una dosis extra de prudencia”. Respecto a las características que tiene que tener esta iniciativa, plantea que debe ser “gradual, asimétrica y reversible”.

¿Qué inmunidad se desarrolla tras superar la Covid-19?

Uno de los puntos en el que trabaja la comunidad científica es en conocer la inmunidad que desarrollan los pacientes que superan la Covid-19. “Es un punto crucial”, determina Trilla. “Sabemos que los pacientes que han superado la infección desarrollan anticuerpos; lo que no sabemos aún con certeza es si son protectores (parece que sí), qué nivel de anticuerpos es necesario para estar protegido y especialmente cuanto puede durar esta protección en esta enfermedad”, explica el experto. Estos datos, agrega, “serán también relevante para entender los problemas asociados al desarrollo de la vacuna”.

¿Puede dar el estudio una falsa sensación de seguridad?

Al no conocer con certeza datos como el tiempo que protegen los anticuerpos frente a una reinfección por este nuevo coronavirus, se plantea el problema de si los datos de un estudio de prevalencia podrían crear una falsa sensación de seguridad entre la población. “Es una posibilidad”, precisa Trilla. Además, el epidemiólogo hace referencia a otro factor. “Las primeras estimaciones, aun muy parciales y localizadas en grupos concretos, indican que el porcentaje de la población que ha superado la infección es más bien bajo, quizás oscilaría entre el 5 y el 10 por ciento”, concreta. Con un dato de estas características se concluiría que el porcentaje de personas infectadas es muy bajo, a lo que se suma la falta de evidencia sobre la inmunidad de los que sí se han contagiado hasta el momento.

¿Sería útil la creación de un ‘pasaporte de inmunidad’?

Otra medida planteada por algunos países es la creación de un ‘pasaporte de inmunidad’ para aquellas personas que hayan desarrollado anticuerpos. A este respecto, Trilla plantea que “las últimas recomendaciones de la OMS y otros grupos de trabajo indican que es difícilmente aplicable por razones técnica”. Trilla también considera que “al mismo tiempo, hay preguntas de índole ética, legal y social que han de resolverse”. En cualquier caso, concluye, “sería importante que cualquier iniciativa en este sentido se realice desde las instituciones europeas y bajo una serie de estándares y garantías de calidad”.