L. Díaz Madrid | viernes, 10 de mayo de 2019 h |

El sector farmacéutico cerró la semana con un claro predominio de los movimientos bajistas: de los valores integrantes del Índice Global 10 cerraron en positivo frente a 17 que lo hicieron con pérdidas. Los movimientos más significativos fueron, por el lado alcista la subida de AstraZeneca del 2,1 por ciento, mientras que por el lado bajista Astellas retrocedió un 4,7 por ciento.

El Índice Global cerró la semana con una caída del 0,9 por ciento, comportamiento mejor que el de la media del mercado. En lo que va de año este indicador acumula una subida del 9 por ciento, en línea con la evolución media de las bolsas.

Abbott cerró la semana con un retroceso del 3,2 por ciento, cotizando en 76,2 dólares americanos, moviéndose en la franja superior de su rango de variación del último año. Su perfil en el último año ha sido eminentemente alcista, destacando especialmente su comportamiento en lo que va de año, periodo en el que acumula una subida del 7,5 por ciento; en la comparación interanual su ganancia se acerca al 30 por ciento, situándose entre los valores de la muestra con mejor comportamiento en los últimos 12 meses. Desde mediados de marzo el perfil de Abbott se ha aplanado, mostrando cierto nivel de volatilidad. Los analistas anticipan un comportamiento alcista de este valor en los próximos meses, estimando un precio medio objetivo de 82,9 dólares americanos, un 9 por ciento por encima de su precio actual.

Pfizer fue uno de los valores que cerró la semana en positivo anotándose una ganancia del 0,4 por ciento, cotizando en 40,9 dólares americanos, moviéndose actualmente en una zona intermedia dentro de su rango de variación del último año. Tras marcar su máximo anual en diciembre del pasado año por encima de los 46 dólares americanos, este valor comenzó a ceder posiciones, iniciando un perfil bajista que ha mantenido de forma continuada hasta el momento actual, si bien en las últimas semanas ha recuperado algunas posiciones. De cara a su previsible evolución en bolsa en los próximos meses, los analistas se muestran optimistas sobre su comportamiento, estimando un precio medio objetivo de 45 dólares americanos, un 11 por ciento más alto que su precio de hoy, objetivo que no parece corresponderse con la dinámica que ha venido mostrando Pfizer en los últimos meses.

Bristol Myers (BMY) cerró con un avance del 1,9 por ciento, cotizando en 47,4 dólares americanos, precio muy cercano a su mínimo del año. BMY marcó su máximo anual en octubre del pasado año tras superar los 62 dólares americanos, tras una escalada alcista que le llevó a acumular en 4 meses una plusvalía del 20 por ciento. Tras sufrir una brusca caída que lo llevó a perder en pocas sesiones toda la ganancia acumulada, BMY ha seguido perdiendo posiciones, con menor intensidad pero sin llegar a estabilizar su posición. Los analistas anticipan para este valor un precio medio objetivo de 57,3 dólares americanos, un 20 por ciento superior a su cotización actual, objetivo que no parece guardar relación con el perfil que ha venido dibujando este valor en los últimos meses.

Astellas cerró una de sus peores semanas de los últimos meses cayendo por debajo de los 1.500 yenes tras una senda bajista que inició el pasado mes de marzo y que lo ha llevado a retroceder en los dos últimos meses un 15 por ciento. En el último año la evolución de este valor presenta una primera fase alcista que lo llevó a marcar su máximo del año en octubre de 2018 llegando a superar los 2.000 yenes. Desde entonces, y con algunos altibajos, ha primado el perfil bajista, retrocediendo en este periodo hasta un 25 por ciento, comportamiento notablemente peor que el del promedio del sector. Analizando un periodo temporal más amplio se puede observar como Astellas venía manteniendo un perfil bastante plano hasta que en enero del pasado año inició una línea de crecimiento que lo llevó desde los 1.400 yenes a los 2.000 yenes en su máximo de octubre. De cara a los próximos meses el perfil de este valor actualmente es bajista, sin que por el momento haya conseguido estabilizarse.

Otsuka cedió en estas últimas sesiones un 2,1 por ciento cotizando actualmente en 3.887 yenes, moviéndose en mínimos del año. Su perfil en este periodo ha sido eminentemente bajista, destacando especialmente su comportamiento desde diciembre hasta ahora, pasando de cotizar por encima de los 5.500 yenes a situarse a día de hoy por debajo de los 4.000 yenes, lo que implica una pérdida cercana al 30 por ciento, evolución que compara muy negativamente con la del sector. Analizando un periodo temporal más amplio se puede apreciar la subida mantenida entre 2014 y 2016, llegando a duplicar su capitalización bursátil. En el segundo semestre del pasado año Otsuka volvió a repetir estos máximos, preámbulo de la intensa caída que ha sufrido en los últimos meses.