Marta Riesgo Madrid | viernes, 01 de septiembre de 2017 h |

Las repercusiones que la salida de la Unión Europea puede provocar en la economía británica es uno de las principales preocupaciones de la mayoría de los sectores del país. Por ello, desde el Gobierno británico trabajan para adoptar planes específicos que puedan generar tranquilidad y, así, poder frenar las posibles desinversiones que puedan derivarse del Brexit. Precisamente, uno de los sectores que puede verse más afectado es el sanitario, que en más de una ocasión ha mostrado su preocupación sobre las consecuencias de la salida de la UE.

Conscientes de ello, el Gobierno británico acaba de anunciar un plan de inversión de 160 millones de libras con el objetivo de apoyar la investigación médica y la atención sanitaria. La primera fase del plan contará con una inversión de 146 millones de libras, destinadas a la innovación en la fabricación y desarrollo de tratamientos innovadores y vacunas, así como a fomentar la I+D en pequeñas y medianas empresas, tal y como lo anunció el secretario de Negocios Greg Clark.

“El sector de las ciencias de la vida es de vital importancia para la economía de Reino Unido y para la salud de los ciudadanos británicos”, aseguró Clark en un comunicado. De hecho, la industria británica fue identificada por la administración en mayo como una de las cinco vitales para la economía del país, pues está formada por más de 5.000 empresas y emplea a casi 235.000 personas.

Por su parte, el secretario de Salud, Jeremy Hunt, también anunció la inversión de 14 millones de libras en fondos para centros de investigación de tecnología médica para mejorar la colaboración entre las compañías y el sistema de salud británico.

Todos estos planes de inversión se recogerán en un acuerdo sectorial que pretende firmar en los próximos meses el Gobierno británico con todos los agentes implicados, con el objetivo de fomentar el crecimiento económico del mismo.

En este sentido, el ejecutivo ha encargado un informe al profesor de la Universidad de Oxford John Bell, en el que se muestren las medidas esenciales para fomentar ese crecimiento. De este modo, en el mismo, se apunta a la necesidad de facilitar el camino a los ensayos clínicos necesarios para la aprobación de fármacos y hacer un mejor uso de los datos de los pacientes recopilados a través del Servicio Nacional de Salud. “Hemos creado una estrategia que aprovecha nuestra sólida base científica para seguir construyendo un ecosistema de ciencias biológicas globalmente único e internacionalmente competitivo”, explicó el autor del informe.