Si Regina Múzquiz tuviese una Denominación de Origen, esperaba que esa fuese la siguiente: “Una persona trabajadora, comprometida siempre con las banderas que me han tocado defender en mi carrera, rigurosa y honesta”. Realmente supo definirse a la perfección en una de las entrevistas que este medio tuvo el placer de realizarle.

Y es que, su cargo como directora general de la Asociación Española de Biosimilares (BioSim) tan solo es el último peldaño de una carrera extensa, que reconoce su gran empeño y profesionalidad. Empezó ejerciendo como inspectora farmacéutica y subdirectora del área Médica del Hospital San Millán-San Pedro en La Rioja. De ahí, se trasladó a Madrid pasando al Ministerio de Sanidad como Subdirectora General de la Secretaría del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Continuó su trayectoria profesional en la Administración Pública con su nombramiento como Directora General de Relaciones Institucionales y Alta Inspección en el Ministerio de Sanidad donde participó muy activamente en el proceso de las transferencias del Insalud a las comunidades autónomas del año 2002.

Pero su gran labor se ha desarrollado en el sector industrial. Fue directora de Relaciones Institucionales en PharmaMar y Sanofi Aventis y desde septiembre de 2016 revitalizó el impulso de los biosimilares como directora general de la patronal sectorial en nuestro país. Su paso por el mundo de las Relaciones Institucionales le enseño la importancia “de un buen vino en torno a una mesa y en una buena conversación”, aunque tal y como confesó a este medio, esto era algo “no muy fácil de entender para los jefes internacionales”.

Ese carácter norteño le hizo ganarse la empatía de todo un sector y situar al biosimilar en la foto de la sanidad en España. Porque, aunque bien es cierto que si algo que la definiese en sus declaraciones públicas era su sinceridad, siempre lo hacía con un talante propio de su condición de bilbaína. Quizás por eso Regina sabía que, si convocase una cata de vinos, necesitaría mucho espacio para poder juntar a todas las personas a las que apreciaba profesional, y personalmente. “Jefes actuales o pasados como Joaquín Rodrigo, Enrique Castellón, Belén Garijo… Mi gerente en el hospital (Enrique Gómez)… Sería una cata bastante multitudinaria”, confesaba. Pero si hay algo de lo que Regina estuviese orgullosa eso era de su hijo. “El biosimilar de mi vida es, sin lugar a duda, mi hijo”, decía.

Permítanme estas líneas también para agradecer a Regina el cariño y la profesionalidad con la que siempre ha tratado a los medios de comunicación, entre los que nos incluimos. Daba igual la hora, el día o incluso lo complicado del tema a tratar. Regina siempre descolgaba el teléfono para ayudarnos a comprender a veces lo incomprensible.

Gracias, Regina, por todo.