La tendencia prevista de la facturación del sector farmacéutico es de un nueve por ciento de crecimiento en 2022 respecto a 2021. Asimismo, se prevé un valor total de inversiones de esta industria de algo de más de 1.000 millones entre 2022 y 2023, y un aumento del cinco por ciento en el número de empleados de sus plantas en este ejercicio. Datos como los anteriores indican, por tanto, no solo una posición consolidada del sector, sino al alza.
Sin embargo, desde esta posición la industria se enfrenta a importantes retos de presente y futuro como son, entre otros, la actual crisis de suministros, el coste elevado de la energía y la mayor fabricación de biológicos a nivel local. Así lo ha destacado Farmaindustria durante la presentación del Estudio de la implantación industrial del sector farmacéutico en España, realizado por la consultora ManageArt. Se trata del primer análisis que fija un mapa detallado de las plantas de producción de medicamentos en España, tanto de fabricación de medicamentos de uso humano como de uso veterinario, APIs y medicamentos biológicos.
Medicamentos biológicos
La industria farmacéutica cuenta en España con un total de 103 plantas de producción de medicamentos de uso humano, de las cuales once de ellas están dedicadas a la producción de medicamentos biológicos. Si se suman las fábricas de producción de principios activos (46) y de uso veterinario (24), el total de plantas farmacéuticas en nuestro país asciende a 173, pertenecientes a 122 grupos empresariales.
A tenor de estas cifras, durante la presentación se ha remarcado “la poca presencia a nivel industrial de plantas biotecnológicas, suponiendo solo el 6 por ciento del total de las plantas existentes”, ha expuesto Jaume Ros, socio director de ManageArt.
En este sentido, es importante recordar que ocho de los diez medicamentos más vendidos actualmente a nivel internacional son de base biotecnológica. Por ello, y aunque España cuenta con una industria farmacéutica competitiva con las tecnologías tradicionales, presenta el reto de conseguir hacerse un hueco en las tecnologías de producción de productos biológicos. No obstante, el propio estudio atisba un posible cambio de tendencia, al indicar que “a pesar de la todavía baja presencia de plantas de productos biológicos en España, grandes corporaciones farmacéuticas están invirtiendo en plantas de producción en España y adquiriendo start-ups”.
Crisis de suministros y ahorro energético
La crisis global de suministros, y el incremento de los costes de materias primas y energía asociado, están suponiendo un aumento de los costes de producción de más del 10 por ciento y, en consecuencia, pérdida de rentabilidad en algunos productos. En este sentido, el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay, ha recordado que la industria farmacéutica “está asumiendo los costes, pero los márgenes están estrechando y se necesita tener un margen de rentabilidad suficiente para poder fabricar medicamentos”.
La crisis de suministros está afectando no solamente a las materias primas básicas de producción (principios activos y excipientes), sino a materiales de empaquetado basados en el cristal y el cartón, en suministros y consumibles de producción, a recambios de máquinas y a elementos.
“El sector presenta una gran dependencia del mercado internacional”, ha apuntado Ros como debilidad de la industria nacional. Por tanto, uno de los retos debe ser fomentar la producción local para controlar la cadena de suministros y proporcionar productos al mercado internacional.
Respecto a la también existente crisis energética, y, en concreto, tanto por su actual elevado coste como posibles restricciones próximas en el suministro, en este acto se ha puesto de manifiesto la importancia de aumentar la “eficiencia energética” de las plantas y apostar por una mayor compra de energía renovable y autoconsumo con la instalación de placas solares.
Culminar el PERTE
Otra de las claves se basta en potenciar la competitividad del sector y favorecer las inversiones en el sector industrial farmacéutico, a través de su inclusión y protagonismo en estrategias matrices como el PERTE de Salud de Vanguardia. Un plan que, cabe recordar, tiene como principal objetivo la transformación del sistema sanitario a través de la I+D+i, la medicina personalizada, la inteligencia artificial, etc., todos ellos ‘santo y seña’ de la industria farmacéutica nacional.
Ligado a ello, aunque en paralelo, desde Farmaindustria se recuerda también como un próximo objetivo “terminar de construir un Plan para la industria farmacéutica para valorar al sector como estratégico”, ha señalado Javier Urzay. Precisamente, en el reciente XXI Encuentro de la Industria Farmacéutica Española celebrado en Santander, la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, corroboró que el Gobierno el Gobierno ya está trabajando en este nuevo plan que, entre otros, “facilitará el desarrollo en campos como la innovación, el acceso la sostenibilidad del sector”, expuso.
La “buena salud”, en datos
Todos los retos se enmarcan dentro de un sector que goza de “buena salud” y que permite que la fabricación de medicamentos sea una “actividad estratégica” para España.
Según plasma este estudio, las plantas de la industria farmacéutica en España producen por un valor superior a los 16.000 millones de euros. El último dato oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja un valor de la producción farmacéutica de 16.246 millones de euros en 2019, un 7,6 por ciento más que en 2018. Además, el informe señala unos crecimientos del 4,9 por cientoen 2021 y un 8,8% en 2022, a partir de una encuesta a directivos del sector.
El otro gran impacto de las plantas del sector está relacionado con la generación de empleo. El informe detalla que las plantas industriales de fabricación de medicamentos en España emplean de forma directa a 36.338 personas, con un crecimiento anual acumulado del 4,2 por ciento desde 2019. Además, sumando los empleos indirectos e inducidos que genera esta industria por su elevado número de proveedores y servicios externalizados, las plantas farmacéuticas contribuyen a un total de 183.506 empleos en España.