Investigadores y compañías farmacéuticas de todo el mundo están volcados en dar con una vacuna eficaz y segura frente a la COVID-19. Sin embargo, existe un reto mayor: poder disponer de las dosis suficientes para que todos los países consigan la ansiada ‘inmunidad’. Para ello, serían necesarias entre 12.000 y 15.000 millones de dosis. Y estas cantidades tendrían que producirse en un tiempo récord.
Pero la capacidad de producción a nivel mundial es escasa. Así lo aseguró hace unas semanas en una carta pública Thomas Cueni, director general de la asociación que aglutina a las principales compañías farmacéuticas de todo el mundo, la Ifpma. “Tenemos esperanzas en encontrar una vacuna, pero los desafíos no deben subestimarse”, aseguró Cueni. El objetivo prioritario, puntualizó, es analizar cómo se puede ampliar la fabricación. “Si solo podemos producir 300 millones de dosis en cada planta, tendremos problemas”. Actualmente, señala Cueni, “los cinco o seis fabricantes grandes de vacunas producen en total menos de la mitad de ese volumen en un año”. Y eso, teniendo en cuenta que deberían dejar de producir otras vacunas también necesarias para otro tipo de enfermedades.
Pero la industria farmacéutica es consciente de este reto. Tal es así que ya son varias las compañías investigadoras de vacunas que están produciendo en la actualidad miles de dosis antes de saber si los ensayos clínicos darán los resultados esperados. Es lo que se llama producción a riesgo. Una de estas compañías es Johnson & Johnson, que se ha comprometido a suministrar más de mil millones de dosis de su vacuna en investigación en todo el mundo a lo largo de 2021, siempre que esta consiga mostrar su eficacia en los ensayos.
Pfizer y la compañía alemana BioNTech han activado ya la fabricación de su candidata (BNT162). Esto debería permitir, según ambas compañías, la producción de millones de dosis de vacunas en 2020, aumentando a cientos de millones en 2021. “Hemos tomado la decisión anticipada de empezar el trabajo clínico y empezar la producción a escala masiva bajo nuestro propio riesgo para asegurarnos de que el producto esté disponible inmediatamente si los ensayos clínicos se demuestran exitosos y nos conceden una autorización de emergencia”, ha indicado el presidente y consejero delegado de Pfizer, Albert Boula.
Pfizer y BioNTech se encuentran en negociaciones para dar acceso a su vacuna candidata si consigue mostrar eficacia y seguridad
Esta previsión en materia de producción le ha permitido comenzar a establecer acuerdos para dar suministro de su vacuna candidata. La compañía han llegado a un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos para venderle 100 millones de dosis por 1.950 millones de dólares (1.684 millones de euros).
El cofundador y consejero delegado de la empresa alemana, Ugur Sahin, ha asegurado que BioNTech está en “discusiones avanzadas” con muchos otros gobiernos. “Nuestro objetivo sigue siendo proporcionar una vacuna contra la COVID-19 segura y efectiva a tanta gente de todo el mundo como sea posible y tan rápido como podamos”, ha agregado el ejecutivo.
Capacidad de producción
El presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, se muestra consciente del gran riesgo que supone esta producción. “Es un gran riesgo, pero es la forma de poder afrontar el mayor reto que tendremos por delante una vez dispongamos de vacunas eficaces, que será tener capacidad de producción a gran escala para poder producir varios miles de millones de dosis en poco tiempo”.

Y el reto no sólo es de la capacidad de las fábricas para producir tantos millones de dosis, también será necesario contar con los viales de cristal suficientes. Una solución, según Cueni, podría ser tener cinco o diez dosis en un solo vial en vez de frascos monodosis. Además, los países con rentas bajas pueden tener problemas de almacenamiento, pues estos fármacos deben conservarse a temperaturas de 80 grados bajo cero.
Lo cierto es que facilitar el acceso a las vacunas que consigan mostrar su eficacia será uno de los retos más importantes a los que se enfrente el sector. “Hay un compromiso de todo el sector a nivel mundial para desarrollar las vacunas a un precio asequible y garantizar un acceso equitativo en todo el mundo”, puntualiza Sellés. Esto supone, dice, “un gran riesgo financiero para las compañías, porque de las más de 150 vacunas que hay actualmente en desarrollo, solo se utilizarán cuatro o cinco en el mejor de los casos”. El resto, explica, “se quedará por el camino y las compañías perderán toda la inversión, y las que lleguen al final con éxito solo recuperarán la inversión que han desarrollado”. Esto pone de manifiesto, puntualiza el presidente de la patronal, “que las compañías están dedicando todos los recursos disponibles para ayudarnos a todos a salir cuanto antes de esta situación sin tener en cuenta el coste económico”.