El pasado 19 de julio Pfizer, un tornado causó graves daños en una de las plantas de fabricación de Pfizer en Carolina del Norte (Rocky Mount). Según explicó la compañía en los primeros compases, la mayor parte de los daños se produjeron en el almacén, donde se guardaban materias primas, suministros de envasado y medicamentos acabados a la espera de ser autorizados por el departamento de control de calidad.
La situación provocó que muchos de esos medicamentos se viesen relegados a una lista de pedidos de emergencia. Mientras diferentes hospitales y autoridades sanitarias esperan la reanudación de la producción, la compañía americana acaba de anunciar cuáles son los plazos que maneja. De acuerdo a sus previsiones, Pfizer espera retomar la fabricación en Rocky Mount para el cuarto trimestre de 2023.
“Hay muchos pasos secuenciales y variables para reiniciar las operaciones y Pfizer está haciendo progresos significativos“, explica la compañía. Del mismo modo, afirma que reabrió parte de las instalaciones el siete de agosto, a la vez que añade que los esfuerzos actuales para reanudar la producción siguen “por buen camino”, con varias funciones -como el envasado y laboratorios de calidad- ahora operativas. Para facilitar el almacenamiento de productos, Pfizer también ha cerrado un almacén temporal y ha recibido un certificado de ocupación.
La planta de Pfizer es responsable de la producción de casi el 25 por ciento de todos los inyectables estériles de la empresa, que incluyen anestesia, analgesia, terapéuticos, antiinfecciosos y bloqueantes neuromusculares. A su vez, representa alrededor del 8 por ciento de todos los inyectables estériles utilizados en los hospitales estadounidenses. Además de Rocky Mount, Pfizer explota otros diez centros de fabricación en Estados Unidos.
Actuación de la FDA
Poco después de lo sucedido, la FDA anunció que iba a realizar una evaluación de los medicamentos que podrían verse afectados, así como de la disponibilidad actual de esos productos. Por lo que respectaba a los productos de la planta que escaseaban o podrían escasear, el organismo regulador americano afirmó que había puesto en marcha medidas de mitigación, entre las que se encontraban buscar fuentes adicionales o pedir a otros fabricantes que se prepararan para aumentar la producción, en caso de que fuera necesario.
Con el objetivo de mantener una distribución equitativa y evitar el acaparamiento, la FDA sostuvo que Pfizer había puesto el inventario de muchos de los productos afectados en ‘asignación estricta‘. “Estas medidas de asignación podrían provocar interrupciones localizadas del suministro en función de las relaciones contractuales para los suministros”, explicó la FDA en un comunicado.