Desde hoy y hasta el 5 de febrero MSD va a celebrar el sexto Congreso Virtual en Vacunas. Bajo el lema “Volvemos por la prevención: celebrando nuevos avances”, durante 19 sesiones se va a abordar el nuevo calendario vacunal, las novedades que incluye y la comparativa con calendarios de otros países de Europa.

Asimismo, se reflexionará acerca de nuevas estrategias vacunales y de la importancia de seguir invirtiendo e incorporando nuevas soluciones en materia de inmunización que proporcionen mayor inmunogenicidad y que den respuesta a necesidades no cubiertas en materia de inmunización; los retos en la vacunación en adultos, la vacunación en personas inmunodeprimidas después de la pandemia, el VPH y su prevención o aspectos como el concepto One Health o el papel de los determinantes sociales como nuevos parámetros para establecer estrategias vacunales, entre otros temas.

España, en un buen puesto de salida

En el marco de la apertura del congreso, Pilar Arrazola, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, afirma que “España cuenta con un calendario de vacunación que no tiene nada que envidiar a los países de nuestro entorno, incluso de EE.UU. Se han incluido las vacunas del meningococo B, VPH y herpes zoster. Y pese a que aquí no son obligatorias las vacunas, las coberturas son altas. Y existe financiación completa para la población. Nos tenemos que congratular, pero aún hay margen de mejora en cuanto a nuevas vacunas (rotavirus en lactantes, por ejemplo)”.

La prevención de infecciones con vacunas es un proceso que dura toda la vida. El avance en este terreno requiere la coordinación de todos los actores: autoridades sanitarias, profesionales sanitarios, ciudadanos y medios de comunicación. “El primer cambio sustancial se produjo en 2019, con el establecimiento del calendario para toda la población infantil. Con la pandemia ha pasado desapercibido, pero con aquella situación hemos vivido la importancia de la vacunación en los adultos”, añade Arrazola.

Concienciar a la población adulta

La Estrategia de Salud Pública de junio de 2022 supuso un salto en retos y en modernidad. Se trata de una hoja de ruta común para todas las Comunidades Autónomas. “Es el marco hacia el que hay que dirigirse. Y tiene varios ejes, con el fin de mirar todos en la misma dirección”, apunta María Fernández Prada, responsable del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Vital Álvarez Buylla de Mieres (Asturias).

Existe una escasa percepción de vulnerabilidad por parte de los adultos que tienen una vida sana. Y, por tanto, se dan pocas oportunidades para actualizar su calendario de vacunación. Ahí está el reto: mejorar las coberturas de riesgo en los adultos. Necesitamos trabajar de manera global No estamos al mismo nivel que en los niños. Aunque realmente con la COVID-19 hemos hecho un ‘click’: se ha producido un cambio en el paradigma del paciente inmunodeprimido. Por primera vez se priorizaba a este grupo y se definía en número esta población. Incluso hubo una autodefinición del propio paciente hacia la necesidad de verse vacunado. Se trata de un reclamo de las vacunas que debemos aprovechar con otras vacunas”, explica Prada.

VPH: la urgencia de vacunar a hombres y mujeres

Una de las enfermedades más perseguidas (la ETS más frecuente) es el Virus del Papiloma Humano (VPH). Tan es así que existe un mandato de la OMS para erradicar el cáncer de cérvix en 2030 y de la Organización Europea contra el Cáncer para terminar con éste y otros producidos por el VPH.

En España la cobertura acumulada, del 2007 a 2020, es de un 4 por ciento. “El reto es inmenso, e incluye a hombres y mujeres. Sin embargo, en la población infantil -en las niñas adolescentes- la vacunación está muy bien asentada. En 2022 fue del 81 por ciento y, a partir de ahora, se ha aprobado la de los niños de 12 años (en 2 dosis con 6 meses de diferencia). Jesús de la Fuente, jefe de sección de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, incide en que “es cosa de todos. La concienciación de la mujer adulta es muy muy importante. En este sentido, desde abril de 2019 tenemos orden de cribar a la población femenina hasta los 65 años. La capacidad preventiva es muy elevada y es capital, porque está demostrado que la protección es muy alta en cualquier edad y sexo. Por tanto, se trata de una cuestión de equidad, no conviene dejar a grupos de población sin vacunas. es más, tenemos la oportunidad de desterrar el cáncer de cérvix y otros producidos por el VPH”, concluye De la Fuente.


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