La meningitis es una enfermedad poco frecuente pero que puede tener consecuencias muy graves. En su mayoría afecta a niños y adolescentes, aunque puede manifestarse a cualquier edad. Según la Organización Mundial de la Salud afecta a 500.000 personas al año en todo el mundo. Los datos más recientes revelan que un 10 por ciento de los casos acaban en fallecimiento, y que en un 20 por ciento de los pacientes que la superan deja consecuencias graves.
La enfermedad tiene causas diversas, aunque la más frecuente es la infecciosa, de origen vírico o bacteriano. Esta última es provocada por el meningococo, bacteria que suele alojarse en las vías respiratorias altas del huésped. El hecho de portar la bacteria no se traduce en desarrollar la enfermedad, pero cuando la bacteria coloniza al huésped, se desarrolla la meningitis. Esta última es provocada por el meningococo, bacteria que suele alojarse en las vías respiratorias altas del huésped. El hecho de portar la bacteria no se traduce en desarrollar la enfermedad, pero cuando la bacteria coloniza al huésped, se desarrolla la meningitis
Uno de los problemas en torno a esta enfermedad es que hay muy poco conocimiento y concienciación sobre la misma. Para mejorar este aspecto, Gaceta Médica y Ser Padres impulsaron el ‘Foro pediátrico virtual: meningitis’, con el apoyo de GSK. En este, tres profesionales y un paciente, trataron de aportar una visión global sobre la misma.
¿Cómo identificarla?
La meningitis tiene unos síntomas característicos. El problema puede darse cuando estos se manifiestan de forma leve, lo que puede hacer que se confundan con cuadros virales típicos. Para identificarla, Fernando Sánchez Perales, jefe de Servicio de Pediatría del Hospital de Torrejón de Ardoz y presidente de la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla la Mancha, señala que indicios como “la rigidez de nuca y dificultad de doblar el cuello, fiebre, o vómitos” deben hacer saltar la alarma. Además, se pueden desarrollar otros que ayudan a distinguirla como “que el niño esté más decaído que otras veces que haya tenido fiebre, o erupciones cutáneas como las petequias (manchas rojizas)”.
En la meningitis es fundamental actuar con rapidez. Por ello, ante cualquier sospecha Sánchez Perales insta a acudir al servicio de urgencias ya que, “muchas veces se puede ver como un paciente que en un principio tenía unas décimas de fiebre, evoluciona fatalmente”.
Este fue el caso de Davide Morana, superviviente de meningitis y miembro de la Asociación Española de Meningitis. El joven explica que en él la enfermedad se le manifestó como una gripe, pero experimentó una sensación “extraña” por lo que decidió acudir a urgencias. En primera instancia, al no detectar alteraciones de leucocitos, el médico indicó a Davide que volviera a casa, con una receta de antiinflamatorios para aliviar los síntomas. “A las dos horas, empezaron otros síntomas como vómitos incontrolables, dolores de cabeza y cuello, fiebre alta, y unas horas más tarde, petequias rojizas”, detalla.
Al observar estos indicios, volvió al hospital, donde los médicos ya no tuvieron duda al detectarle una sepsis infecciosa. “Me ingresaron en la UCI, y en las primeras 48 horas no había esperanza de supervivencia puesto que los antibióticos no estaban funcionando; aunque más tarde abandoné ese escenario, me amputaron las cuatro extremidades, ya que se vieron notablemente afectadas”, concluye.
Concienciación sobre vacunas
Susana Otero, médico adjunto del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología en el Hospital Vall d’Hebron, señala que el aspecto más positivo respecto a esta enfermedad es que “contamos con vacunas para prevenirla”. “Tenemos tres vacunas que, entre todas, protegen de cinco de los 12 subtipos de la enfermedad”, concretaba. Aquí, añadía que “estos cinco son las causas más frecuentes de la meningitis, por lo que con la vacunación se reduce una carga importante de la meningitis menigocócica”.
Las vacunas frente al meningococo han evolucionado a lo largo del tiempo, ampliando la cobertura frente a los determinados subtipos. Las más recientes, detallaba Otero, son “la vacuna tetravalente que incluye protección frente a los subtipos C, A, W135 y el Y, además de la vacuna frente al subtipo B”. Con estas, la especialista aseveraba que “podemos prevenir con mucha efectividad la enfermedad, ya que desarrollamos anticuerpos duraderos y además conseguimos protegernos porque estas vacunas tienen un impacto sobre el efecto portador, consiguen eliminar ese estado de algunas personas que portan la bacteria en la zona nasofaríngea”.
Para Davide Morana, paciente de meningitis, aumentar la concienciación sobre la vacunación en meningitis es de sustancial importancia. “La gente suele creer que he tenido un accidente, y cuando les digo que he superado una meningitis, no saben lo que es”, asevera. “Atendiendo a mi caso, mi pareja quiso vacunarse, y el médico le dijo que no había necesidad puesto que no se dan muchos casos; sin embargo, en la asociación a la que yo pertenezco, se detectan casos casi todos los días”, planteaba. Por todo ello opina que habría que insistir en la necesidad de vacunación contra el meningococo.
Tasas de vacunación
Dentro de esta ecuación, hay un factor muy importante: controlar que se cumplen las tasas de vacunación para evitar que aumente la incidencia. Esto es especialmente importante en situaciones excepcionales como la derivada de la crisis de Covid-19, donde las tasas de vacunación han descendido.
A este respecto, Mª del Mar Corral San Millán, médico pediatra de Atención Primaria en el Centro de Salud Arroyo de Medialegua en Madrid se dirige a los padres transmitiéndoles que “pueden confiar en que las vacunaciones se desarrollan de manera segura; aquellas que se han demorado, ha sido en base a la valoración beneficio-riesgo”.
Respecto a los programas de vacunación, Otero manifestaba que “han evolucionado y se han ido adaptando a la enfermedad”. Por este motivo, en función de los datos de cada país, se incluyen en el calendario vacunal los subtipos con mayor incidencia. Aun así, este ámbito se revisa continuamente, para rediseñar los programas en función de la evolución de la epidemiología.
Siguiendo este hilo, Sánchez Perales, apunta que “las sociedades científicas recomiendan todas aquellas acciones que se comprueban eficaces, seguras y reportan beneficio”. Y es que el especialista considera que “los calendarios vacunales a veces son un poco ‘de mínimos’”. Pero esto, aclara, “no entra en conflicto son las recomendaciones de las sociedades científicas”. Dentro de estas recomendaciones el pediatra precisaba que se han de emitir aquellas que se consideren más adecuadas “sin alarmar ni con prisa, sino informando adecuadamente para que cada uno tome sus decisiones”.
Para finalizar, Mª del Mar Corral San Millán también apela a la necesidad de informar bien a los padres, instándoles a “trasladar las dudas que tengan y confiar en las recomendaciones de los profesionales, ya que estas van a evitar problemas mayores”.