La vacunación de una alta proporción de personas es fundamental para mantener una población libre de enfermedades infecciosas inmunoprevenibles, siendo de especial relevancia para las personas con predisposición a padecer complicaciones o con riesgo incrementado de sufrir estas enfermedades.

La Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac), junto con varias sociedades científicas y asociaciones de pacientes ha participado en el proyecto “Optimización vacunación grupos de riesgo”, auspiciado por GSK y basado en encuestas a profesionales y pacientes con el objetivo de salvaguardar las recomendaciones en el proceso de vacunación de personas incluidas en grupos de riesgo.

José Antonio Forcada, coordinador de los Grupos de Trabajo en Vacunaciones y Riesgo Biológico de Anenvac explica que existen varios motivos por los que este documento es necesario. “En primer lugar, existe escasa información que permita conocer la situación de vacunación de las personas incluidas en los grupos de riesgo, y no existen objetivos comunes en las comunidades autónomas para alcanzar un porcentaje de cobertura concreto en estos grupos, excepto en la vacunación antigripal”, asegura.

Otra de las razones por la se hacía preciso la elaboración de estas recomendaciones es que la cultura vacunal en la inmunización de adulto por parte de los profesionales sanitarios, señala Forcada, no es la misma que en la vacunación en la infancia, “donde está muy sistematizado y se alcanzan muy altas coberturas”.

Según el también profesional de la enfermería, el objetivo de este estudio ha sido identificar las principales limitaciones que acontecen durante el proceso de vacunación de grupos de riesgo, así como identificar potenciales soluciones y líneas de actuación que contribuyan a una mejora en la implementación de la vacunación de estos grupos.

Demandas comunes y particulares

Las respuestas de las encuestas vertidas en el mencionado documento se dividen en cuestiones comunes a asociaciones de pacientes y profesionales sanitarios, y otras particulares para cada grupo de ellos.

Con respecto a los últimos, mejorar la cultura vacunal de los profesionales sanitarios en cuanto a la vacunación del adulto y formarlos en las actualizaciones que se van produciendo, además de establecer a nivel hospitalario protocolos y circuitos de captación y resolución donde se identifique a las personas que necesitan vacunación, son algunas de las demandas que los profesionales de la salud tienen más presente.

“También hay otros aspectos a mejorar, como es el establecimiento de un registro único vacunal a nivel nacional, con el que se está trabajando ya, a modo del que se estableció para la vacunación COVID-19”, afirma Forcada.

Adicionalmente también hay peticiones a nivel de enfermería, como establecer los protocolos y guías necesarias para posibilitar la prescripción por parte de los profesionales enfermeros, y “un liderazgo y empoderamiento de ellos en el campo de las vacunaciones”, pues, como señala Forcada, son “el colectivo que gestiona casi al 100 por ciento el acto vacunal”. Además, demandan la inclusión de profesionales de la enfermería experimentados en los procesos de gestión y decisión de las campañas y programas vacunales y en la gestión de la adjudicación y compra de las vacunas, tanto en el Ministerio de Sanidad como en las comunidades autónomas.

“Hay aspectos a mejorar, como es el establecimiento de un registro único vacunal a nivel nacional, con el que se está trabajando ya”

Por último, el coordinador de los Grupos de Trabajo en Vacunaciones y Riesgo Biológico de Anenvac asegura que también es necesario implicar a las asociaciones de pacientes para la transmisión de la información de las necesidades vacunales de cada colectivo y unir a las sociedades científicas para la difusión entre sus socios de las recomendaciones vacunales.

Conclusiones del documento

Tal como recoge el documento, entre las conclusiones y aspectos clave que los profesionales sanitarios consideran de mayor relevancia para la optimización del proceso de vacunación, está la necesidad de “incorporar de manera explícita las recomendaciones de vacunación en los protocolos de práctica clínica” y la extensión de la cultura de vacunación pediátrica a la población adulta.

“Es fundamental no despriorizar la vacunación y establecer más vías de comunicación entre profesional sanitario y paciente”, explica Forcada. De hecho, en las encuestas realizadas, el 85 por ciento de los profesionales aseguran que es algo “necesario”.

Contar con la farmacia hospitalaria como “un aliado relevante” para identificar y captar a los pacientes que por su medicación se convierten en vulnerables a determinadas enfermedades inmunoprevenibles es uno de los aspectos más valorados por profesionales sanitarios según las encuestas, concretamente por el 62,5 por ciento.

“Es fundamental no despriorizar la vacunación y establecer más vías de comunicación entre profesional sanitario y paciente”

En cambio, para las asociaciones de pacientes, los aspectos más relevantes para optimizar este proceso y que han obtenido mayor grado de acuerdo son disponer de información confiable y de fácil comprensión y acceso en las páginas web de los sistemas de salud, la necesidad de un calendario de vacunación unificado entre las comunidades autónomas disponible para profesionales y pacientes, y poner a disposición del público general los datos de cobertura vacunal actualizados a nivel estatal.

Otro punto importante es mejorar la vía de comunicación entre personal sanitario y pacientes, hecho que respalda el 66,7 por ciento de los pacientes

Además, tanto profesionales como pacientes demandan mejorar la disponibilidad de los datos sobre coberturas vacunales por especialidad, zona básica de salud, proceso clínico o fármaco empleado, para todos los profesionales sanitarios a nivel estatal y regional. Lo apoya el 72,5 por ciento de los profesionales sanitarios y el 72,8 por ciento de los pacientes.


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