La terapia con células CAR-T, un avance revolucionario en el tratamiento de neoplasias hematológicas, está dando un salto significativo al ser aplicada ahora a tumores sólidos y a una variedad de enfermedades autoinmunes. Este desarrollo no solo abre nuevas puertas para el tratamiento de condiciones previamente difíciles de abordar, sino que también introduce desafíos innovadores que requieren atención meticulosa y estrategias adaptativas.

Actualmente, la investigación se enfoca en mejorar la eficacia de la terapia CAR-T, desarrollar nuevos CARs para diferentes tipos de cáncer y optimizar los protocolos de tratamiento para reducir los efectos secundarios. Según un análisis de BioPharma Dive, la ingeniería genética y las nuevas tecnologías están ampliando el potencial de estas terapias. La primera terapia aprobada, tisagenlecleucel, se lanzó para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) en 2017. Desde entonces, se han introducido ocho terapias adicionales con células CAR-T a nivel mundial, orientadas a tratar diversos cánceres hematológicos en recaída o refractarios.

El informe ‘Global Oncology Trends 2024: Outlook to 2028’, elaborado por la consultora IQVIA, muestra que en 2023 se iniciaron 264 nuevos ensayos para explorar el uso de CAR-T en oncología, manteniéndose en niveles similares a los de los dos años anteriores. Sin embargo, los ensayos enfocados en tumores sólidos casi se duplicaron, mientras que los estudios sobre cáncer hematológico se mantuvieron estables durante los últimos cinco años. Históricamente, más del 70 por ciento de los ensayos con CAR-T se han dirigido a cánceres hematológicos. No obstante, una proporción creciente de ensayos ahora se enfoca en tumores sólidos, representando el 44 por ciento de los nuevos inicios de ensayos en 2023, frente al 26 por ciento en 2019.

De los 931 ensayos con CAR-T actualmente en curso, el 80 por ciento se centra en cánceres hematológicos, incluyendo 363 casos de linfoma no Hodgkin. Aunque las terapias con CAR-T para tumores sólidos constituyen solo el 20 por ciento de los ensayos en curso, están siendo investigadas en una variedad de cánceres difíciles de tratar, como el cáncer gástrico y el de páncreas. La mayoría de los ensayos en curso son de Fase I o II, con pocos en fase III. “Esto es comprensible, dado que estas terapias suelen ser aprobadas basándose en datos de ensayos de Fase I o II, debido a la complejidad de los estudios, la alta necesidad no cubierta y las poblaciones de pacientes frecuentemente pequeñas”, precisa IQVIA.

CAR-T más sofisticados

Las células CAR-T son modificadas en el laboratorio para expresar un receptor que se une a un antígeno específico en la superficie de las células tumorales. Este receptor, el CAR, permite a las células T identificar y eliminar células cancerosas con precisión, dirigiendo la respuesta inmunitaria contra las células tumorales. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NIH), desde su introducción, la tecnología CAR-T ha avanzado significativamente. Inicialmente, las células T se modificaban para expresar CARs diseñados para objetivos específicos, pero ahora se están desarrollando CARs más sofisticados con mejoras en seguridad y eficacia, así como en la capacidad para dirigirse a múltiples antígenos simultáneamente.

Los tratamientos CAR-T han mostrado resultados notables en leucemias y linfomas, con altas tasas de remisión en pacientes que no respondían a tratamientos anteriores. Estos éxitos han llevado a la aprobación de varios productos CAR-T por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y otras agencias reguladoras a nivel mundial. Sin embargo, la aprobación y regulación de las terapias CAR-T involucran procesos complejos y rigurosos para garantizar la seguridad y eficacia. Con la expansión de estas terapias, se considera crucial abordar cuestiones relacionadas con el acceso y los costos para asegurar que los pacientes puedan beneficiarse de estos tratamientos innovadores.

La expansión de la terapia CAR-T a nuevos ámbitos clínicos, como el tratamiento de enfermedades neurológicas y reumatológicas, plantea retos complejos que van más allá de su aplicación en cánceres hematológicos. En el contexto de la esclerosis múltiple o la miastenia grave, por ejemplo, se necesita una integración profunda entre clínicas de neurología y una infraestructura establecida para la terapia celular oncológica. De manera similar, el manejo del lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide requiere un enfoque colaborativo entre clínicas especializadas y una red robusta de soporte.

Estas nuevas aplicaciones de la terapia CAR-T traen grandes promesas, pero también demandan un enfoque riguroso en términos de seguridad del paciente y gestión del ensayo. “La selección rigurosa de pacientes y la supervisión médica exhaustiva son esenciales para minimizar riesgos y asegurar resultados positivos”, señala BioPharma Dive. En estudios que se extienden más allá de la oncología, es vital la colaboración entre equipos multidisciplinarios que combinen la experiencia oncológica con conocimientos específicos de otras especialidades clínicas.

Los desafíos asociados con los plazos de revisión de elegibilidad y los criterios de inclusión para estos estudios complejos requieren una comunicación frecuente y detallada para garantizar que los pacientes sean adecuados para las distintas fases del ensayo. Además, es crucial revisar y ajustar los protocolos para equilibrar la viabilidad de la inscripción con el cumplimiento de las normativas y la integridad de los datos.

A pesar de su eficacia, la terapia CAR-T no está exenta de desafíos. Los efectos secundarios más comunes, como el síndrome de liberación de citoquinas (CRS) y la neurotoxicidad, pueden ser graves y requieren un manejo cuidadoso. La investigación continúa para mejorar la seguridad y minimizar estos riesgos. Por ello, desde BioPharma Dive se enfatiza que la gestión de los efectos secundarios y el seguimiento de la salud de los pacientes son fundamentales. “Un equipo experimentado que ofrezca orientación continua y acceso a soporte médico las 24 horas del día, los siete días de la semana, puede hacer una diferencia significativa en la eficacia del estudio y en la seguridad del paciente”, precisan. La preparación para lo inesperado, con acceso a tratamientos de apoyo y material educativo accesible para los pacientes, refuerza el compromiso con una atención integral.

El panorama para la terapia CAR-T está en constante evolución, con avances que prometen expandir su alcance más allá de los cánceres hematológicos. Se están explorando nuevas estrategias como el diseño mejorado de terapias, la edición genética y opciones de tratamiento combinadas, con un enfoque creciente en la mejora de los perfiles de seguridad. Este futuro brillante destaca la importancia de la colaboración continua y de centrarse en el bienestar del paciente, asegurando que las innovaciones en CAR-T sigan ofreciendo beneficios transformadores en el tratamiento de una gama más amplia de enfermedades.


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