El Global Madrid | jueves, 07 de febrero de 2019 h |

Se estima que en 2019 se diagnosticarán 6.205 casos de melanoma en España, según el informe ‘Las cifras el cáncer en España 2019’ de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)

Con el arsenal terapéutico disponible, los profesionales sanitarios destacan la importancia de los tratamientos dirigidos contra una diana molecular en este tumor, ya que la mutación en gen BRAF se da en casi la mitad de los pacientes con melanoma, tal y como ha señalado María González Cao, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitari Dexeus, de Barcelona, en la sesión ‘Nuevos avances en la combinación con inhibidores de BRAF + MEK en melanoma metastásico’ organizada con la colaboración de Pierre Fabre, en el marco del XXI Simposio de Revisiones en Cáncer.

“En otras patologías como cáncer de pulmón, la posibilidad de encontrar un gen motor de la enfermedad que sea posible bloquear es mucho más limitada. Los fármacos que inhiben BRAF mutado son orales con una excelente tolerancia y, más importante aún, es excepcional que no funcionen”, añade la especialista, quien ha aludido a que la gran mayoría de pacientes que utilizan estos fármacos experimentan “una rápida mejoría, habitualmente en días o pocas semanas”.

En cuanto al melanoma metastásico, González subraya que se está investigando la posibilidad de reducir el tumor con fármacos diana, para luego poder aplicar inmunoterapia, ya que esa alternativa es “realmente prometedora”.

Combinación de fármacos para melanoma

Asimismo, la oncóloga médica ha querido resaltar que el tratamiento con la combinación de un inhibidor de BRAF y MEK es un estándar de tratamiento en pacientes con mutación de BRAF. “Afortunadamente, en un corto plazo de tiempo podremos disponer de una nueva combinación de inhibidores de BRAF y MEK, como es encorafenib y binimetinib. Cada vez parece más claro que el desarrollo de fármacos con mayor capacidad de bloqueo del BRAF mutado puede ser clave para mejorar los resultados del tratamiento en estos pacientes”, insiste.

Además, precisa que esta combinación produce “un efecto beneficioso más prolongado en los pacientes, con un perfil de tolerabilidad que respeta su calidad de vida al minimizar efectos secundarios limitantes, como la aparición de fiebre o de quemaduras solares”.

Antes de concluir, González ha señalado que, en la actualidad, es práctica “habitual y obligada” en algunos tumores analizar si se trata de enfermedades susceptibles de tratamiento contra una diana molecular. “Hay ya tecnología disponible y comercializada que puede analizar muchas alteraciones genéticas en cualquier tumor de cara a orientar el tratamiento. Una vez conocido que un tumor tiene alguna de estas alteraciones, el abanico de opciones terapéuticas se amplía permitiendo el uso de inhibidores selectivos de estas dianas. Cuando disponemos de varias opciones, elegimos la más adecuada a cada paciente con base en los datos de eficacia y perfil de tolerabilidad, buscando obtener el mayor beneficio con la mejor calidad de vida, considerando que pueden ser tratamientos de larga duración”, concluye.