La vacunación materna es una estrategia eficaz para proteger a recién nacidos y lactantes desde el nacimiento y en los primeros meses de vida. Así se ha puesto de manifiesto durante la 9ª edición del área formativa Campus Vacunas, una iniciativa promovida por Pfizer en el marco del 69º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
“Si vacunamos a los recién nacidos, tardarán hasta 5 semanas en obtener respuestas de anticuerpos en concentraciones adecuadas para protegerse“
Rosa Rodríguez, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid
Rosa Rodríguez, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, ha señalado durante su participación que la vacunación de la embarazada consigue aumentar la concentración de anticuerpos IgG frente a un patógeno específico y permite la transferencia de dichos anticuerpos a través de la placenta para proteger a los recién nacidos y lactantes en los primeros meses de vida.
“Los lactantes en los primeros 6 meses de vida tienen una respuesta inmune inhibida, por lo que en esta época son más vulnerables a infecciones graves. Si vacunamos a los recién nacidos, tardarán hasta 5 semanas en obtener respuestas de anticuerpos en concentraciones adecuadas para protegerse. Sin embargo, la vacunación materna permite al recién nacido tener concentraciones elevadas de IgG desde el momento del nacimiento, por lo que ese periodo vulnerable se minimiza”, ha puntualizado la especialista.
Gripe, tosferina y COVID-19
Asimismo, Rodríguez ha indicado que, en la actualidad, en España las mujeres embarazadas se pueden vacunar frente a gripe inactivada, pertussis (tosferina) y COVID-19. “En general están recomendadas las vacunas muertas o inactivadas y están contraindicadas las vacunas vivas como la Triple vírica, varicela, BCG y gripe viva”. Además, en circunstancias especiales se puede plantear inmunizar a las madres frente a neumococo, meningococo, fiebre amarilla, cólera o rabia y que se encuentran en fase de investigación otras vacunas maternas frente al estreptococo del Grupo B, el citomegalovirus, la malaria, el zika y el virus respiratorio sincitial (VRS).
En circunstancias especiales se puede plantear inmunizar a las madres frente a neumococo, meningococo, fiebre amarilla, cólera o rabia
Respecto a la vacuna materna frente al virus respiratorio sincitial (VRS), la jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Gregorio Marañón, ha destacado que, cuando esté disponible, permitirá a los profesionales contar con una nueva estrategia para toda la cohorte de nacimiento para la prevención del VRS, una infección que causa cada año entre 3 y 4 millones de hospitalizaciones de lactantes en todo el mundo y que supone una importante carga de enfermedad para Pediatría, tanto en Atención Primaria como a nivel hospitalario y en Urgencias pediátricas, dado que afecta a niños muy pequeños que en muchas ocasiones necesitan soporte respiratorio, oxigenoterapia e incluso ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).
Enfermedad neumocócica y meningitis
Por otro lado, las charlas formativas para profesionales de Campus Vacunas han puesto de relieve que la bacteria Streptococcus pneumoniae o neumococo supone un importante reto para la salud pública debido a las elevadas tasas de morbilidad y mortalidad en población de riesgo, como son los menores de 5 años y los adultos mayores de 65 años de edad.
El impacto de las vacunas conjugadas 7-valente y 13-valente, ha sido muy significativo en la reducción de la incidencia de esta enfermedad
“El impacto de la vacunación frente a la enfermedad neumocócica con las vacunas conjugadas 7-valente y 13-valente, desde su introducción en los calendarios hace más de 15 años, ha sido muy significativo en la reducción de la incidencia de esta enfermedad. Sin embargo, durante los últimos años se ha registrado un aumento de casos por serotipos no incluidos en estas vacunas”, ha asegurado María Garcés-Sánchez, pediatra en el Centro de Salud Nazaret de Valencia y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), que añade que “existen vacunas en investigación que ofrecen cobertura frente a un mayor número de serotipos circulantes no incluidos en las vacunas actuales y que se espera que contribuyan a reducir la incidencia de la enfermedad neumocócica en los niños”.
Finalmente, en relación con la enfermedad meningocócica, ha recordado que sigue siendo una enfermedad devastadora, aunque su incidencia sea baja y las vacunas existentes hayan mostrado su eficacia. Por esta razón, ha recalcado la necesidad de proteger de forma directa tanto a los lactantes como a los adolescentes frente a todos los serogrupos causantes de esta enfermedad que circulan habitualmente en España.