Cada año mueren 33.000 personas en toda Europa a consecuencia de infecciones hospitalarias producidas por bacterias resistentes, 4.000 de ellas en España, según datos de la Agencia Española del Medicamento y Producto Sanitario (Aemps). Esta cifra se corresponde con cuatro veces más que las provocadas por accidentes de tráfico, pero, ¿Por qué ocurre?
Los antibióticos son un tipo de medicamento que combate infecciones causadas en seres humanos y animales, “matando” a las bacterias o dificultando que continúen multiplicándose. Pero estas bacterias aprenden rápidamente y el uso inadecuado de los antibióticos puede provocar lo contrario: que nuestro organismo se vuelva “resistente” a largo plazo, ya que provoca que las propias bacterias se vuelvan inmunes al tratamiento.
Por ello, los antibióticos tratan únicamente ciertas infecciones causadas por bacterias, como puede ser una infección urinaria. Así, el problema radica en el uso inadecuado de estos fármacos. Parte de la población los utiliza sin prescripción médica para tratar infecciones virales (como resfriados o dolores de garganta) o algunas infecciones bacterianas comunes (como infecciones de oído).
Estas circunstancias han situado a las infecciones causadas por bacterias que son resistentes al tratamiento con antibióticos como uno de los mayores retos de la Salud Pública, pudiéndose considerar como “una amenaza silenciosa”.
Antibióticos en España
Actualmente, el porcentaje de españoles que piensa, erróneamente, que los antibióticos curan el resfriado ha bajado desde el 45 por ciento en 2016 al 36 por ciento en 2018, según datos del último Eurobarómetro de la Unión Europea.
Sin embargo, el 5 por ciento de los españoles reconoce automedicarse con antibióticos. Para mejorar el conocimiento del uso de estos fármacos y frenar la resistencia a los tratamientos, el Ministerio de Sanidad junto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación puso en marcha en 2014 el Plan Nacional frente a la Resistencia de Antibióticos (PRAN), en coordinación con la Aemps.
Además, cada año en noviembre, varios expertos multidisciplinares se unen para en el marco del Día Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos y la Semana Mundial de Concienciación para informar acerca de ello. Ahora, con la COVID-19, el enfoque ‘One Health’, o una ‘única salud’, ha tomado más fuerza.
La salud humana, la salud animal y la salud ambiental están interconectadas, precisando de un abordaje integral para evitar la transmisión de enfermedades.