La industria farmacéutica ha mostrado durante los meses de pandemia un potencial sin precedentes para dar respuesta a una crisis sanitaria inesperada. Así lo expresaba Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria, en el marco del Foro Salud, de Nueva Economía Fórum. “Creo que la respuesta de la industria farmacéutica ha sido fantástica; como es normal, se han reclamado soluciones en forma de tratamientos y vacunas y hechos realizado una actuación sin precedentes”, afirmaba. A este respecto, recalcaba que “a día de hoy tenemos varias vacunas aprobadas por la EMA y la FDA; por ello que quiero destacar la importancia de la comunicación continua entre agentes ganando días al calendario, lo que se ha traducido en salvar vidas”.

Ahora ya, con varias vacunas ‘en la mano’, López-Belmonte apunta a otros retos. “Tenemos una tarea no menos difícil que es producir miles de vacunas; las compañías desarrolladoras han llegado a acuerdos en todos los rincones del mundo para maximizar la producción”, aseveraba. “En este contexto, creo que es justo destacar el papel de la industria española, la Agencia Española del Medicamento y Producto Sanitario y las oficinas de farmacia; estos han permitido que no se produjera ningún problema de suministro, ni siquiera en los peores momentos de la pandemia”.

Más allá del rol que ha jugado España en términos de producción, el presidente de la patronal también aludía a la importancia de la investigación en nuestro país. “Hemos contribuido a una movilización investigadora brutal, convirtiéndose en uno de los países líderes en este campo; es para sentirse orgulloso, puesto que demuestra el compromiso del país con la investigación y el papel de la investigación clínica en nuestro país, lo cual hemos logrado a través de un trabajo muy duro durante muchos años”, precisaba.

Liberación de patentes

Para López-Belmonte, el debate surgido recientemente sobre la liberación de patentes de las vacunas COVID por parte de la industria farmacéutica “es un tema de mucha profundidad”. “Creo que el de las patentes es un debate que no aporta puesto que no va a solucionar el problema de la producción. En este sentido tenemos que ser realistas; la capacidad mundial de producción de vacunas no llegaba a los 3.500 millones de dosis antes de la pandemia y ahora alcanza unos 12.000”, explicaba. Ahora, consideraba, es momento “de asegurar que se produce una distribución equitativa, con plataformas como COVAX que contribuyen a ello”.

Con el fin de aumentar la producción, López-Belmonte ve más adecuada la firma de acuerdos entre empresas, como es el caso de Rovi con la biotecnológica estadounidense Moderna. “En nuestro caso, estamos adecuando ciertos procesos y Moderna ha confiado en nosotros para que pongamos en marcha una planta en la que se haga el proceso integral de la vacuna”, concretaba. Siguiendo este hilo planteaba que este tipo de acuerdos “son ejemplo del modo de actuar de compañías en todo el mundo”. Más allá, en el caso de España, instaba a “impulsar una estrategia de Gobierno para que nuestro país se convierta en referente de la producción mundial de fármacos, como ya ocurre en investigación clínica”.

Inversión en investigación

Por otra parte, el presidente de Farmaindustria se mostraba partidario de que “las compañías trabajen con los fondos disponibles a medio y largo plazo”. De esta manera, especificaba, “los acuerdos que se están suscribiendo no estarán supeditados a transferencias o ayudas por parte de los gobiernos central y autonómicos”. Desde la perspectiva de la patronal, López-Belmonte apuntaba a que se está poniendo el foco en que “España se enfoque en el liderazgo en producción de medicamentos a largo plazo”.

Uno de los puntos que subrayaba López-Belmonte es que la industria farmacéutica no debe perder el foco en que “la razón de su existencia son los pacientes”. Por este motivo, señalaba que “algo en lo que hay que trabajar es en que los pacientes tengan una involucración completa en el desarrollo de medicamentos”. Aquí, declaró que la patronal “está elaborando una guía de actuaciones que sirva como hoja de ruta para avanzar en este camino”.

También se refería el presidente de Farmaindustria a la investigación pública. “La investigación necesita de recursos constantes y diarios; desgraciadamente, tanto en el sector como en el privado, aunque el nivel de investigación (profesionales, cualificación, universidades…) es muy alto, hay que dotar al sector de recursos”, manifestaba. Dentro de este apartado, ejemplificaba que, “en elcaso de las vacunas del CSIC, puede que ahora lleguen tarde, pero no se sabe la evolución que va a tener el virus, y ese know-how de plataformas de desarrollo debe mantenerse por si fuera útil en la lucha contra la pandemia”.

Contribución entre agentes

Una de las cuestiones del encuentro aludía al papel de la red de farmacias en la pandemia. “El objetivo final de la industria farmacéutica es hacer llegar los medicamentos a los pacientes, para lo que es fundamental la oficina de farmacia; en España contamos con un sistema de distribución y dispensación que se sitúa entre los mejores a nivel global”, destacaba. Prueba de ello, indicaba, es que “en los momentos más críticos de la pandemia, entre todos se ha logrado que no haya problemas de abastecimiento”.  

Por otra parte, se preguntaba al presidente sobre el papel de España en la Estrategia Farmacéutica que está preparando la Comisión Europea. “Tenemos una oportunidad fantástica para creer que podemos salir ganadores de la misma; todas las crisis producen una disrupción en los mercados que genera oportunidades”, respondía. Asimismo, agregaba que “cuando se llevan a cabo ensayos clínicos en España, impulsados en su mayoría por compañías, se genera un ‘circulo vicioso’ que repercute en más inversión en hospitales, profesionales a la vanguardia del conocimiento y efectos positivos para los pacientes”. Por ello opinaba que “cualquier sistema moderno no se contempla sin una investigación potente detrás”.

También en términos de colaboración, incidía en la necesidad de trabajar a nivel mundial, puesto que “no sirve de nada vacunar a los ciudadanos de Europa y Estados Unidos si no lo extrapolamos al resto de población mundial; pueden surgir mutaciones o variaciones en otras regiones, como ya está sucediendo, que obligan a dar una respuesta global”. Con esto, concluía que es urgente impulsar “más iniciativas como COVAX o la emprendida por GAVI para asegurar que las economías que tienen más recursos ayuden a aquellas con menos y poder lograr una respuesta más eficaz a este problema de salud pública”.


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