En 2024, el sector de la investigación clínica está mostrando claros signos de recuperación tras años de inestabilidad económica y retrasos en estudios. Así lo recoge un documento elaborado por BioPharma Dive. Esta recuperación se percibe a través de una tasa de crecimiento del sector, que se espera que sea de un 6,49 por ciento anual compuesto hasta el año 2030, lo que sugiere la posibilidad de superar incluso el crecimiento récord experimentado en 2021. Este panorama optimista se apoya en la anticipación de que la financiación y las oportunidades en el sector se fortalecerán durante los próximos años.
Las inversiones en investigación clínica han experimentado un notable aumento, con un enfoque particular en áreas como la inmunoterapia, oncología, obesidad y analgésicos no opiáceos. Este impulso de financiación está acompañado de un aumento en las fusiones y adquisiciones, con un interés creciente en tecnologías innovadoras y en compañías que ya están en fases avanzadas de desarrollo. “Este movimiento refleja una estrategia del sector hacia la consolidación y la optimización de recursos, así como una búsqueda de avances tecnológicos que permitan innovaciones disruptivas”, expresa el documento.
En este contexto de crecimiento, en el informe se menciona que las redes de centros están emergiendo como actores clave para mejorar el acceso a los historiales de los pacientes, facilitando procesos más eficientes de inscripción en los ensayos clínicos. La utilización de tecnologías avanzadas, como las historias clínicas electrónicas y la transferencia automática de datos, se está promoviendo para acelerar los procedimientos y reducir costos operativos. Estas redes permiten una integración más fluida de la información, lo que ayuda a los centros a ser más eficientes en la recopilación de datos y en la ejecución de los ensayos.
Reclutamiento de pacientes
El reclutamiento de pacientes sigue representando uno de los mayores desafíos para el sector. Existe una presión creciente para asegurar que los datos demográficos en los ensayos clínicos reflejen con precisión la población afectada por la enfermedad estudiada. En este sentido, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido directrices para mejorar la representación de poblaciones subrepresentadas, lo que ha llevado a la adopción de enfoques más innovadores que incorporan la voz del paciente desde las etapas iniciales del diseño de los ensayos. Este enfoque no solo mejora la calidad de los datos, sino que también asegura que los ensayos sean más inclusivos y representativos.
En respuesta a estos desafíos, las compañías están adoptando modelos de contratación más flexibles, que combinan la contratación interna, la subcontratación funcional y el uso de contratistas especializados. “Este enfoque híbrido permite a las compañías mantener un mayor control y eficiencia en sus procesos, especialmente para aquellas pequeñas y medianas que necesitan mejorar su competitividad en un sector altamente dinámico. Estas estrategias de contratación permiten a las compañías ser más ágiles y adaptarse rápidamente a las demandas cambiantes del sector”, especifica.
Los modelos híbridos y los Proveedores de Servicios Funcionales (FSP, por sus siglas en inglés) están en auge, brindando a las compañías del sector una mayor flexibilidad y previsibilidad de costes. Estos modelos combinan equipos dedicados con la externalización de servicios, lo que permite una personalización de las soluciones para mejorar la eficiencia de los ensayos clínicos. La capacidad de ajustar la estructura organizativa según las necesidades específicas de cada ensayo o proyecto se convierte en una ventaja competitiva clave en un entorno de investigación cada vez más complejo.
Con el crecimiento de las líneas de desarrollo en áreas como la oncología, las enfermedades raras y los trastornos autoinmunes, las compañías están invirtiendo en soluciones terapéuticas integrales que combinan diferentes tecnologías y estrategias. Esto incluye la incorporación de la voz del paciente, el uso de redes de centros especializados, y la aplicación de tecnologías de vanguardia para mejorar los resultados de los ensayos clínicos. Estas inversiones están diseñadas para ofrecer un enfoque más holístico y eficaz en el tratamiento de enfermedades complejas.
En lugar de buscar soluciones tecnológicas generalizadas, las compañías están cambiando su enfoque de innovación para centrarse en la resolución de problemas específicos. Este cambio estratégico implica identificar primero los problemas clave y luego aplicar tecnologías o nuevos enfoques que ayuden a resolverlos de manera eficiente. Este enfoque más orientado a resultados está redefiniendo la forma en que las compañías abordan la innovación y la gestión de ensayos clínicos, priorizando la eficacia y la rentabilidad.
Por otro lado, la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML, por sus siglas en inglés) están ganando protagonismo como herramientas clave para automatizar procesos repetitivos y analizar grandes volúmenes de datos. Sin embargo, persisten desafíos significativos sobre cómo implementar estas tecnologías de manera efectiva en la investigación clínica, particularmente en lo que respecta a la privacidad y seguridad de los datos. Las compañías están explorando estas tecnologías para encontrar el equilibrio adecuado entre innovación y cumplimiento regulatorio.
La implementación de IA y ML en el sector de la investigación clínica plantea importantes preocupaciones sobre la privacidad de los datos de los pacientes. Dado que el análisis de datos puede requerir acceso a información potencialmente sensible, las compañías deben sopesar cuidadosamente el valor de estas tecnologías frente a los requisitos de seguridad y privacidad de los datos, asegurando que cualquier avance no comprometa la confianza de los pacientes ni el cumplimiento normativo.
En este escenario cambiante, la colaboración y el intercambio de conocimientos se perciben como factores críticos para maximizar las oportunidades emergentes. “Compañías que antes competían directamente están reconociendo el valor de trabajar juntas para acelerar la innovación y mejorar los resultados de los ensayos clínicos. Esta colaboración no solo beneficia a las compañías, sino que también representa un avance significativo para los pacientes y sus familias, al facilitar el acceso a tratamientos más efectivos y mejor diseñados”, explica el documento.
De cara al futuro, 2024 se presenta como un año clave para que el sector aprenda de sus experiencias y ajuste sus estrategias para adaptarse a un entorno en constante evolución. “Las oportunidades de crecimiento, eficiencia y valor son significativas, pero dependerán de la capacidad del sector para responder a los desafíos emergentes con flexibilidad, colaboración e innovación centrada en resolver problemas reales”, concluye el informe.