El Global Madrid | miércoles, 20 de noviembre de 2019 h |

El diálogo entre pediatras y familias se posiciona como elemento clave para acabar con los mitos y la desinformación en materia de vacunación. Con el objetivo de proporcionar una información de calidad, rigurosa y fiable y contribuir a mejorar las tasas de vacunación en nuestro país, GSK realizó en Murcia una nueva edición de las sesiones formativas Vac Talk. Hablemos de Prevención.

Los doctores Santiago Alfayate, jefe de Sección de Pediatría en la unidad de Infectología Pediátrica del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), Ángel Valls Arévalo, pediatra de AP en el Centro Salud Nazaret (Valencia) y Bernardo Cervantes, pediatra del Centro de Salud Virgen de la Caridad Este de Cartagena, fueron los participantes en esta jornada. Una de las conclusiones residió en el papel clave que juegan los pediatras, sobre todo los de atención primaria, en la información sobre vacunas, puesto que una buena formación sobre la vacunación es la base para que los profesionales se impliquen en ella y solo desde el conocimiento puede valorarse la importancia de las vacunas. Y es que, la información de calidad puede contribuir a mejorar y reforzar el conocimiento sobre la prevención de la enfermedad meningocócica para ofrecer el mejor asesoramiento posible a nuestros pacientes.

Según los datos de la última temporada epidemiológica (2017-2018), el 41 por ciento de los casos confirmados de enfermedad meningocócica invasiva en España fueron provocados por el meningococo B, el serogrupo más frecuente en todo el país, porcentaje que aumenta hasta casi un 58 por ciento si los casos se limitan a niños menores de 10 años. Asimismo, el número de casos observados en lactantes menores de 1 año fue de 23 (tasa de 5,85 por cada 100.000 habitantes) y de 31 casos en niños de 1-4 años (1,80 por cada 100.000 habitantes). Otro de los datos que acuñaron los expertos es que la enfermedad cuenta con un 10 por ciento de mortalidad y un 30 por ciento de secuelas graves permanentes en los pacientes que sobreviven, como sordera, amputaciones o graves déficits neurológicos a pesar de la mejora de los tratamientos actuales.