Marta Riesgo Madrid | viernes, 13 de octubre de 2017 h |

Horas antes de la nada aclaratoria intervención del presidente del Gobierno catalan, Carles Puigdemont, en el Parlamento de Cataluña donde se esperaba que declarase la independencia de esta comunidad autónoma, el Grupo Indukern, como ya hizo la biofarmacéutica Oryzon días antes, anunciaba el traslado de su sede social a Madrid. Un traslado que, tal y como indicó el grupo farmacéutico en un comunicado, se producía “ante la situación de inseguridad jurídica que se derivaría de una posible declaración unilateral de independencia”. Por ello, “el Grupo Indukern ha decidido trasladar su sede social a Madrid”, asegura la compañía.

Así, desde el grupo farmacéutico aseguraron que, “como empresa familiar que siempre se ha definido como catalana y española, queremos subrayar expresamente que nos hemos visto obligados a tomar esta decisión debido a la situación actual de inestabilidad jurídica, con el objetivo de preservar la actividad normal de todas sus empresas y en beneficio de sus clientes, empleados, proveedores y accionistas”.

En los últimos días han sido numerosas las compañías con su sede social en Cataluña que han decidido trasladar su sede a otras ciudades ante la inestabilidad jurídica provocada a raíz de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre.

De hecho, el pasado 6 de octubre Oryzon fue precisamente la primera compañía en anunciar el cambio de sede. La compañía le remitía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que su consejo de administración determinó trasladar “su sede social de la Calle Sant Ferran 74, en Cornellà de Llobregat (Barcelona) a la Carrera de San Jerónimo 15 en Madrid”.

No obstante, las razones esgrimidas por la biofarmacéutica no fueron tan claras como las argumentadas por el grupo Indukern. En un comunicado desde Oryzon argumentaban que el cambio de sede obedecía a la intención de “optimizar sus operaciones y la relación con sus inversores”.

El Grupo Indukern, que está compuesto por la química Indukern, el laboratorio veterinario Calier y la farmacéutica Kern Pharma, registró un ebitda de 56,6 millones de euros en 2016, y la facturación se situó en 725 millones. En 2016 creó 60 empleos en España, conformando una plantilla total de 1.696 profesionales.