Miguel F. Alcalde ha cumplido ya 100 días como director general de Merck en España. La irrupción de la crisis de Covid-19 ha supuesto una gran interferencia en la actividad de las compañías del sector farmacéutico, y por consiguiente, también en Merck. No obstante, la rápida capacidad de reacción ha logrado minimizar el impacto en la actividad de la compañía.

Pregunta. ¿Qué balance haría de sus primeros cien días al frente de la compañía?

Respuesta. Me incorporé el 1 de febrero y poco después de un mes, la crisis sanitaria del coronavirus me obligó a tomar decisiones que no estaban en la hoja de ruta de partida, pero que debían armonizarse con ella. La seguridad frente al coronavirus se convirtió en pieza clave. Había que garantizar la de los más de mil empleados de la filial, sin olvidar que somos una empresa dedicada a la salud y por tanto no podíamos parar. Seguridad, compromiso y eficiencia han sido y son nuestro mantra.

Tenemos tres plantas de producción en España y hubo que diseñar en tiempo récord un plan de contingencia. Se lo debíamos a nuestros pacientes, ellos esperaban nuestros medicamentos. Tengo que decir que estoy orgulloso de la respuesta de las personas que trabajan en Merck. Ellos han recibido los aplausos invisibles por garantizar que nuestros pacientes oncológicos, los que padecen esclerosis múltiple, los niños y niñas con problemas de hormona de crecimiento, entre otros, hayan recibido nuestros tratamientos sin demoras.

Si se me permite la metáfora, este estreno ha sido como pilotar un barco que se ve envuelto en la tormenta perfecta que nadie podía prever. Pero me he encontrado con un equipo de colaboradores/as generosos y coordinados, y juntos hemos conseguido mantener el rumbo y la ambición, con el propósito de servir a mejorar la vida de las personas. Lo que lleva haciendo Merck desde hace más de 350 años.

P. ¿Cuáles son los principales aspectos en los que ha centrado su labor en estos primeros meses en el cargo?

R. Cuando me incorporé a Merck, en el año 2014, lo hice porque quería formar parte de una compañía que, a través de la ciencia y la tecnología, trabajara por el progreso humano sostenible. Entonces apenas se hablaba de los ODS de Naciones Unidas y la Agenda 2030 llegaría después. Pero yo sabía que ese era el camino. Desde entonces he tenido la oportunidad de conocer en profundidad Merck y, durante aproximadamente dos años, dirigir su filial en Finlandia, una experiencia crucial para entender el lugar que ocupan la innovación y la tecnología como palancas de la salud. También para impulsar un estilo de liderazgo sostenible, que es el único en el que creo. Ahora tengo la suerte de desarrollar todo esto en mi país, uno de los mercados más estratégicos para el Grupo.

Vivimos un momento clave en el área de Inmunooncología, puesto que estamos redibujando el tratamiento de pacientes que tienen enfermedades con un alto impacto en sus vidas. Merck y Pfizer estamos trabajando en asociación, en la llegada a España este mismo año de Bavencio (avelumab) como terapia en primera línea de pacientes adultos con carcinoma de células renales avanzado (CCR).

“Vivimos un momento clave en inmunooncología, puesto que estamos redibujan el tratamiento de pacientes que tienen enfermedades con un alto impacto en sus vidas”

Además, en Merck continuamos avanzando en nuestro propósito de que las personas que padecen esclerosis múltiple puedan sentirse libres a la hora de tomar decisiones como formar una familia, mejorando sus posibilidades de tratamiento gracias a fármacos como Mavenclad (cladribina comprimidos) y Rebif (interferón beta-1a).

P. ¿Qué papel juega la filial española de Merck dentro del grupo?

R. España es un país estratégico para el Grupo Merck y ocupa el cuarto puesto en cuanto a facturación, producción e inversiones. Estamos trabajando codo con codo con la comunidad científica y somos uno de los países con una mayor participación en ensayos clínicos internacionales.

Además, contamos con dos sites de producción de medicamentos: la planta biotecnológica de Tres Cantos (Madrid) y las plantas farmacéutica y química de Mollet del Vallés (Barcelona). El gran trabajo desarrollado en ellas ha hecho que desde el año 2014 el Grupo Merck haya destinado alrededor de 100 millones de euros a su crecimiento. Hemos ganado una importante presencia industrial y reforzado nuestro peso como productores de fármacos y principios activos que exportamos a todos los países en los que Merck tiene presencia.

P. ¿Qué valores de la compañía cree que es necesario potenciar para seguir impulsando la labor de Merck?

R. Toda persona que entra a trabajar en Merck se graba a fuego nuestros valores: valentía, logro, responsabilidad, respeto, integridad y transparencia. Desde ellos trazamos nuestra hoja de ruta y con ellos estamos generando una innovación real que contribuya de una manera clara y palpable al crecimiento y la sostenibilidad del mundo en que vivimos.

A pesar de que se nos conoce principalmente por nuestro negocio farmacéutico, nuestra actividad va más allá y, como compañía de ciencia y tecnología, no solo invertimos en la I+D de soluciones que permitan abordar de una manera personalizada la salud, sino que también estamos afrontando otros retos, como la aceleración del descubrimiento científico, la escasez de recursos naturales y una conectividad más eficiente, entre otros.

Miguel F. Alcalde es director general de Merck en España

Lo hacemos, por ejemplo, al trabajar junto a la comunidad científica desde nuestra área de Life Science, poniendo a su disposición herramientas biotecnológicas muy poderosas (como nuestras 26 patentes CRISPR para la edición genética) y también desde el pilar de Performance Materials al invertir en materiales de alto rendimiento que permiten una transmisión de datos más rápida con el menor uso de recursos en los ámbitos de la movilidad, la industria 4.0 y las telecomunicaciones.

P. ¿Cuáles son las líneas estratégicas prioritarias para la compañía?

R. Actualmente tenemos tres focos prioritarios en el corto-medio plazo. En primer lugar, el lanzamiento junto con Pfizer de una nueva indicación de Bavencio (avelumab) en el área de la Inmuno-oncología (frente al carcinoma de células renales) y seguir avanzando en Oncología mediante nuevas moléculas como tepotinib, ya en fase de Registro como tratamiento para el cáncer de pulmón no microcítico no extirpable, avanzado o recurrente. Además, continuaremos maximizando el potencial de los productos de nuestro core business, muy potentes frente a enfermedades como la esclerosis múltiple, el cáncer colorrectal, el cáncer de cabeza y cuello, la infertilidad, el déficit de hormona de crecimiento y el hipotiroidismo. En tercer lugar, como compañía líder en ciencia y tecnología, queremos contribuir al futuro del país a través de nuestro conocimiento, actividad y personas, de manera independiente y también formando alianzas con la Administración y otras entidades del entorno académico y empresarial.

P. ¿Qué impacto ha tenido la irrupción de la crisis de la Covid-19 en la actividad de Merck en España? ¿Cómo ha influido en los proyectos que tenían en marcha la compañía?

R. La Covid-19 nos ha remarcado a todos la necesidad de establecer alianzas para ser mejores. Desde el inicio de la pandemia hemos diversificado nuestros esfuerzos para atender las necesidades de científicos de todo el mundo, tanto para el diagnóstico del Covid-19 como para el desarrollo de vacunas y tratamientos. Por ejemplo, colaboramos con el Instituto Jenner (Universidad de Oxford) para reducir el tiempo en el proceso de producción a gran escala de una potencial vacuna. Con nuestra ayuda se podrá conseguir que pase de un año a tan solo dos meses.

También colaboramos con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que hemos donado 290.000 unidades de uno de nuestros tratamientos para la esclerosis múltiple para su uso en el estudio clínico global SOLIDARITY.  Y nos hemos aliado con la Fundación Bill y Melinda Gates para la búsqueda coral de soluciones eficacesy escalables frente a la pandemia, entre otras acciones.

P. La I+D siempre ha tenido una gran importancia dentro de la actividad de la compañía. ¿En qué especialidades se está poniendo el foco en este momento en materia de investigación y desarrollo?

R. En Merck sabemos que una misma enfermedad puede afectar a cada paciente de una manera diferente y por eso entendemos que un sistema sanitario sostenible requiere que las estrategias terapéuticas no se diseñen pensando en enfermedades, sino en las personas que hay detrás de ellas. Nuestro pipeline del área de Healthcare se ha adaptado durante los últimos años para investigar y desarrollar biomarcadores y terapias dirigidas en las áreas de Inmuno-oncología, Oncología e Inmunología para ofrecer una respuesta personalizada frente a patologías de alto impacto en la vida de los pacientes.

Junto con Pfizer, estamos desarrollando estudios en Fase 3 para obtener más evidencia sobre la aplicación de avelumab como anticuerpo monoclonal frente a enfermedades como el carcinoma urotelial, el cáncer de pulmón no microcítico y el cáncer de cabeza y cuello localmente avanzado. Además, en el área de la esclerosis múltiple estamos investigando la indicación de evobrutinib, el primer inhibidor oral altamente selectivo de la tirosina quinasa de Bruton (BTK) en demostrar resultados positivos en esclerosis múltiple recurrente (EMR). Por otro lado, hemos avanzado en el estudio de tepotinib, un nuevo inhibidor oral de la quinasa del receptor de MET frente al cáncer de pulmón no microcítico que se encuentra actualmente en fase de Registro.

P. En los últimos meses, desde la compañía se ha hablado de ofrecer soluciones a través de tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial o la computación cuántica. ¿Qué importancia tienen este tipo de tecnologías para la compañía?

R. Son compañeros de viaje que han llegado para quedarse. Hemos adoptado la IA y la computación cuántica en nuestros procesos de investigación y desarrollo de nuevos tratamientos para ganar rapidez, eficiencia y precisión, pero también más allá del trabajo que hacemos en nuestros laboratorios, ya que su aplicación plantea muchas otras ventajas en cuanto a cuestiones como, por ejemplo, el diagnóstico y la prevención de enfermedades.

Hemos adoptado la IA y la computación cuántica en nuestros procesos de investigación y desarrrollo de nuevos tratamientos para ganar rapidez, eficiencia y precisión

En este sentido, tenemos en marcha algunos proyectos en los que colaboramos con partners internacionales. Gracias a nuestro acuerdo con la empresa IKTOS, estamos aplicando la IA en el desarrollo de fármacos y aportando velocidad y eficiencia al proceso de descubrimiento, al diseñar automáticamente nuevas moléculas virtuales para tratar una enfermedad determinada.

P. ¿Qué objetivos se marca al frente de la compañía a corto, medio y largo plazo?

R. Mi objetivo principal es continuar siendo una empresa que aporte valor a la sociedad, desde la ciencia y la tecnología. Eso lo quiero conseguir a través del estímulo de la innovación sostenible que genere un impacto real a la hora de afrontar las retos presentes y futuros.

En el territorio de la salud, gracias a nuestra estrategia en I+D tenemos mucho que decir en el futuro del manejo de enfermedades que comprometen seriamente la supervivencia y la calidad de vida de las personas, como el cáncer renal, el de vejiga o el cáncer de pulmón. Somos conscientes de que cada día es importante para estos pacientes y por ello nuestra estrategia responderá al objetivo de reducir los tiempos necesarios para conseguir que puedan acceder a estas nuevas terapias.

También vamos a seguir impulsando nuestro compromiso con la igualdad de género ligada a la prosperidad social y económica. Lo haremos a través de iniciativas como “ClosinGap”, el clúster que impulsamos en 2018 y al que se sumó una docena de grandes empresas para evidenciar a través de informes el coste de oportunidad que tiene que las mujeres no cuenten con las mismas oportunidades. Ya hemos presentado siete informes y asumido una serie de compromisos para dar ejemplo. Entre todas sumamos cerca de un millón de empleados/as, de manera que podemos impactar de verdad en que el cambio suceda.  

Por último, seguiremos protegiendo el talento nacional y apostando por la formación de nuestros científicos, como lo hemos hecho ya a través de iniciativas como la Cátedra de Biotecnología con el CEU, la Cátedra en Inmunología con la Universidad Francisco de Vitoria y la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular con la Universidad Autónoma de Madrid.


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