La acción de Lilly se he venido moviendo en el último año dentro de un rango limitado entre 64 y 89 dólares. Su evolución en este periodo ha sido predominantemente alcista, especialmente en el primer trimestre del año, manteniendo la tendencia alcista con la que cerró el ejercicio anterior. Tras marcar un máximo en el mes de abril, Lilly comenzó a fluctuar con oscilaciones entre 77 y 87 dólares, manteniendo gran parte de la ganancia obtenida y cerrando este periodo en fase alcista, en máximos del año. En el acumulado anual este valor presenta una subida del 9,4 por ciento, en línea con el comportamiento medio del sector y similar a la obtenida en la comparación interanual.
Analizando un periodo temporal más amplio (5 años) se puede apreciar la intensa subida que obtuvo Lilly en 2014 y 2015, con una revalorización el 70 por ciento. En los dos últimos años ha fluctuado, desplazándose en una línea relativamente horizontal, manteniendo gran parte de la ganancia obtenida en los dos años anteriores.
Los últimos resultados publicados corresponden al cierre del tercer trimestre del año, las ventas ascendieron a 5.658 millones de dólares (4.800 millones de euros), un 9 por ciento más que en el ejercicio anterior, mientras que el beneficio fue de 556 millones de dólares (470 millones de euros), casi un 30 por ciento menos que en 2016. La disminución del beneficio se debe al impacto de partidas no recurrentes.
La división farmacéutica vio amentar su facturación un 10 por ciento. Los productos de reciente introducción incrementaron sus ventas un 14 por ciento, aportando ya el 22 por ciento de los ingresos del grupo. Por mercados geográficos, Estados Unidos aportó el 55 por ciento del negocio, presentando un crecimiento del 9 por ciento, mientras que el resto de mercados generó el otro 45 por ciento de las ventas.
En los 9 primeros meses del año las ventas fueron de 16.710 millones de dólares(14.150 millones de euros), aumentando respecto al ejercicio anterior un 8 por ciento, mientras que el beneficio se redujo un 26 por ciento hasta los 1.452 millones de dólares (1.230 millones de euros).
Al apartado de I+D Lilly destinó en estos 9 meses 3.809 millones de dólares (3.230 millones de euros), importe similar al del ejercicio anterior. Esta inversión representa un porcentaje sobre los ingresos del 22,8 por ciento, muy por encima de la media del sector.
Tras la publicación de resultados Lilly ha revisado a la baja su estimación de beneficio por acción para 2017, corrección motivada por el impacto negativo previsto de partidas extraordinarias.
Cabe señalar que dentro de su programa estratégico, Lilly viene valorando diferentes opciones para su división de salud animal, incluyendo su posible venta. También viene avanzando en su objetivo de ganar en eficiencia, incluyendo la reducción de su plantilla en 3.500 personas.
En relación con su posible comportamiento en bolsa en los próximos meses, los analistas estiman un precio objetivo medio de 91,6 USD, un 7,5 por ciento por encima de su precio actual.