Nieves Sebastián Madrid | viernes, 08 de febrero de 2019 h |

El debate sobre la confianza en las vacunas, y el efecto a nivel global que tiene no administrarlas cobra cada vez más fuerza en la sociedad actual. El vicepresidente global de Marketing de MSD, Patrick Bergstedt, cree de suma importancia trabajar para acabar con este escepticismo y seguir aumentando los índices de vacunación a nivel mundial.

Pregunta. ¿Cómo está el panorama de vacunas a nivel global?

Respuesta. Vemos un gran compromiso, hay países con un calendario de vacunas muy completo. Por ejemplo, en niños está muy bien formulado pero en adolescentes y adultos, todavía quedan retos. Hay países que cuentan con programas para adolescentes, pero cuando analizas la cobertura en enfermedades como la gripe o el neumococo en adultos, hay un problema, sobre todo en países que envejecen a un ritmo rápido como España. Es un desafío para los ministros de salud, ya que al ser una opción, las tasas son más bajas.

P. ¿Es equitativo el sistema?

R. No. Incluso en países avanzados como los Estados Unidos hay grandes diferencias entre regiones. Los países con programas nacionales tienen mejores cifras, pero los que no tienen, sufren de una gran variabilidad entre regiones. Particularmente, en aquellos sin un programa consistente el problema se acentúa, ya que el tema la vacunación no afecta a nivel individual, sino colectivo.

P. ¿Cuáles son los principales problemas en esta área?

R. Se necesita un fuerte apoyo de la comunidad médica y científica. Hay que defender la ciencia detrás de las vacunas y contar con sistemas sanitarios consistentes porque proteger la salud pública es tan importante como la seguridad nacional. Además, hay que reforzar la concienciación y educación para que el público en general sea consciente del valor de las vacunas. Y es un tema preocupante, porque la confianza sobre las vacunas no pasa por su mejor momento; hay escépticos, movimientos antivacunas… y esto sólo contribuye a que bajen las tasas de vacunación. Se ha erradicado la viruela, apenas queda polio… y estos avances se han producido gracias a las vacunas; ahora, por ejemplo, hemos detectado brotes de sarampión en países cercanos a España, y esto pasa porque todavía quedan lugares en los que no se han alcanzado índices de cobertura efectivos.

P. ¿Cuál es el panorama respecto a la vacuna contra el VPH?

R. Ha estado disponible desde hace alrededor de 10 años y en países como Australia, que han analizado este período, se ha observado una gran reducción de enfermedades relacionadas con este virus. De hecho, este país podría ser uno de los primeros en erradicar estas patologías, lo que se podría maximizar si se vacunara tanto a mujeres como hombres dentro de los programas escolares. Diversos miembros de la comunidad científica ya se han pronunciado sobre la seguridad y efectividad de la vacuna. Lo que deberíamos estar debatiendo es cómo hacer llegar esta vacuna a más gente ya que incluso la OMS nos insta a trabajar para eliminar las enfermedades relacionadas con el virus del papiloma humano.

P. ¿Qué papel tienen los Gobiernos?

R. Es vital, necesitamos buenas políticas y que las autoridades defiendan programas fiables, así como la inversión en los mismos. Pero no sólo los Gobiernos, también han de involucrarse científicos, clínicos, la industria… necesitamos alianzas entre instituciones públicas y privadas para mejorar el sistema de vacunación. También, desde la industria debemos saber con antelación como va a actuar la administración puesto que necesitamos un tiempo prudencial para producir las vacunas.

P. Por tanto, ¿debe mejorar la comunicación entre industria y administración?

R. Siempre hay margen de mejora, sobre todo cuando se trata de planificación, y ahora hemos detectado brotes de enfermedades a los que necesitamos responder rápidamente; teniendo en cuenta estas circunstancias, necesitamos diálogo a largo plazo para poder apoyar los programas adecuadamente.

P. ¿Qué hay que hacer para disuadir a la sociedad de las campañas antivacunas?

R. La OMS ha declarado el movimiento antivacunas como una de las grandes amenazas para la salud pública. Hay que mejorar en comunicación y educación, concienciar de los beneficios que la vacunas aportan a la sociedad como conjunto, y hacer llegar a los ciudadanos que una vacunación consistente es una “frontera” que protege de las enfermedades que puedan llegar desde otros países. Vivimos en un momento en el que cada vez más gente hace caso a Internet: buscan a los mejores doctores, qué puede significar un síntoma, y esto es peligroso. En la medicina somos científicos, pero no siempre somos buenos en la comunicación o el uso de Internet. Tenemos que aprender nuevas maneras de llegar a la sociedad y adaptarnos a este nuevo paradigma.

P. ¿Cuáles son las principales líneas de investigación de MSD en vacunas?

R. En 2006 hubo una innovación importante en vacunas para la gripe, neumococo y MSD introdujo también vacunas para sarampión, paperas y rubeola, zoster, rotavirus y VPH. Entre 2022 y 2026 se espera una nueva ola de innovación con vacunas para el neumococo, de gran importancia considerando el envejecimiento de la población; dengue, también importante teniendo en cuenta que cada vez hay más movilidad geográfica, y estamos trabajando en una para el virus respiratorio sincitial, que afecta sobre todo a recién nacidos y gente de edad muy avanzada. Además, ahora estamos trabajando con la OMS para distribuir la vacuna contra el ébola en la República Democrática del Congo, porque se ha producido uno de los mayores brotes de esta enfermedad y estamos contentos de poder ayudar a parar su expansión.

P. ¿Qué objetivos y prioridades tiene MSD para este año?

R. En vacunación estamos centrados en tres aspectos: primero, mejorar los índices de cobertura en aquellos países en que ya tenemos presencia; en segundo lugar, expandir el negocio más allá de Europa y EEUU; y por último, hemos realizado una inversión de 16.000 millones de dólares a cinco años para aumentar el número de dosis que distribuimos. Por último, queremos acelerar la ampliación de nuestro pipeline en esta área.

P. ¿En qué otras áreas está centrada la compañía?

R. La oncología es un área clave, estamos muy orgullosos del impacto positivo de Keytruda ya que hemos podido ver cómo ha cambiado la manera de abordar el cáncer y ofrece una mejor calidad de vida a los pacientes.

“El problema de la no vacunación no solo afecta a nivel personal, sino colectivo”
“Hay que comunicar y educar para concienciar de los beneficios que aportan las vacunas”