La industria farmacéutica innovadora puede jugar un papel clave en la reconstrucción económica y sanitaria del país. Pero, para ello, necesita contar con el apoyo suficiente desde las administraciones. Precisamente es uno de los aspectos abordados por el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, durante su comparecencia en el Grupo de Trabajo de Sanidad de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados.

La industria farmacéutica como motor económico

La industria tiene claro cuáles deben ser los pasos para que este sector sea un motor económico para que España recupere la senda de crecimiento. Así, Sellés apuntó a la necesidad de establecer una estrategia farmacéutica a medio y largo plazo “que parta de la visión del medicamento como inversión, no como gasto; que implique un mayor reconocimiento de la innovación, y que vea el impacto positivo que el medicamento innovador y la industria que lo produce tienen no sólo en el ámbito de Sanidad, sino en los de Industria, Economía, Trabajo o Hacienda”.

Además, las compañías, tal y como señaló el presidente de Farmaindustria, necesitan un entorno regulatorio estable y predecible, sin cambios estructurales unilaterales, “que nos permita tener planes a largo plazo que, a su vez, permitan generar inversiones mantenidas en el tiempo”. Y también mejorar el acceso a las innovaciones que los pacientes necesitan y que estén, señaló, “en línea con los países de nuestro entorno, con unas políticas de acceso más homogéneas entre las comunidades autónomas”.

Por último, en ese camino para hacer del sector farmacéutico un motor de crecimiento, Farmaindustria solicita que la competencia entre medicamentos genéricos y originales con marca “sea en igualdad de condiciones”.

Aportación de la industria innovadora

Si todo esto se cumple, la aportación que puede llegar a hacer la industria innovadora en el país será destacada. Incremento de la inversión industrial; creación de nuevas plantas de producción de medicamentos en España, modernizando las actuales o ampliando algunas de las 82 existentes; aumentar las inversiones en investigación básica y clínica (cada año las compañías farmacéuticas dedican 150.000 millones de euros en el mundo a este capítulo) o incrementar la colaboración con instituciones públicas para fortalecer la I+D de nuestro país son solo algunas de las propuestas lanzadas por Sellés.

Y es que, tal y como señaló el presidente de la patronal, “hay margen para crecer y España parte de una posición de privilegio. Nuestro liderazgo en ensayos contra el coronavirus es el resultado de años de trabajo cooperativo, que nos ha permitido convertirnos en referencia internacional”.

En este sentido, Sellés envió dos recomendaciones a la Comisión de Reconstrucción. La primera es fortalecer el Sistema Nacional de Salud a través de un incremento de su financiación, que debería situarse, al menos, en el 7 por ciento del PIB. Y, en segundo lugar, potenciar aquellos sectores que puedan generar “riqueza duradera en el país, y nuestro sector es claramente uno de ellos”, señaló.

El ejemplo de la Covid-19

Debemos aprender de lo vivido. Esa es otra de las conclusiones que se pueden extraer de la intervención del presidente de Farmaindustria.La crisis sanitaria, dijo, ha mostrado “la importancia de tener un buen sistema sanitario público, bien dotado y adecuadamente financiado”, y también “lo importante que es invertir adecuadamente en I+D, en innovación, y cómo la colaboración público-privada nos ayuda a ser más rápidos para encontrar de soluciones farmacológicas y más eficientes”. Por eso, enfatizó, la investigación, que mayoritariamente promueve la industria farmacéutica, ha de ser un motor imprescindible para impulsar el sistema sanitario.

En este sentido, recordó también cómo la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la capacidad de respuesta de la industria farmacéutica en España. Primero, evitando problemas de suministro y, segundo, con una movilización de recursos en materia de investigación sin precedentes.
Por todo, finalizó, “es evidente que el sector farmacéutico, el sector salud en general, tiene un efecto dinamizador de la economía. La salud es el nuevo motor del bienestar y la prosperidad de los países. Apostemos por él”.


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