Enrique Ordieres, presidente de CINFA, ha repasado el panorama actual de la industria del medicamento durante el evento Farmaforum que inicia un año más su actividad. Para Ordieres, el valor de la industria no reside sólo en en que posibilita el acceso a los medicamentos, sino que va mucho más allá de lo que se ve: “Detrás hay años de investigación en moléculas, de I+D, innovación, colaboración con centros externos, nuevas instalaciones, empleo de calidad (36.000 directos, 56.000 indirectos y 90.000 inducidos) o sostenibilidad para cuidar la parte inversa del tratamiento de residuos”. La industria, en su opinión, tiene la responsabilidad de abastecer al mercado, pero también tiene necesidades a largo plazo para desarrollar e investigar medicamentos, como son la estabilidad y previsibilidad.
En España, la industria farmacéutica es un sector sólido que genera miles de empleos de calidad y que aporta valor al país, pero existen desafíos a corto y medio plazo a los que dar respuesta. La sostenibilidad económica es uno de ellos, en tanto que los precios de muchos tratamientos son cada vez más bajos y que las circunstancias del día a día, derivadas de situaciones inflacionistas o escasez de materias primas, suponen un notorio revés para el sector. Otros de los frentes importantes, que además están relacionados entre sí, son los problemas de desabastecimiento o la alta dependencia del exterior en APIs, también el equilibrio entre medicamentos innovadores y genéricos.
“El medicamento es una inversión, no un gasto”
Para el presidente de CINFA, cuando se habla de medicamentos se produce una disyuntiva entre valor y coste donde, en ocasiones, se prima más lo segundo que lo primero y no se tiene en consideración que “los medicamentos ahorran mucho dinero en bajas, visitas médicas u hospitalizaciones; en definitiva, mejoran la calidad de vida”. Pero, la realidad es que en los últimos años, a pesar de que el número de envases dispensados en la farmacia aumenta, el precio de los mismos decrece. De hecho, el precio medio de un genérico ronda los 3,60 euros. Ordieres ponía como ejemplo uno de los medicamentos más demandados, la Furosemida, que apenas asciende a un euro el tratamiento para todo un mes. “¿Con qué otro consumible se podría comparar por precio y uso? Con ninguno”. Por ello, pide un cambio de visión para que se considere que “el medicamento es una inversión, no un gasto”.
Nueva planta de CINFA
Para Enrique Ordieres, el objetivo de la compañía es no perder el liderazgo de los últimos años. Por ahora son los que más medicamentos ponen a disposición de la farmacia en unidades, pero también en valor. Mirar hacia el futuro es una de las bases de la farmacéutica, de hecho, de los 630 millones de euros en facturación, reinvierten más de 80 por ciento en la propia compañía. Cuentan en total con más de 1.200 trabajadores. En estos momentos poseen cuatro plantas y dos centros de I+D, con 25 medicamentos en desarrollo, sin olvidar su plataforma de innovación abierta CinfaNext, con la que han evaluado 243 proyectos innovadores en 2022.
“Estamos pendientes de inaugurar la nueva planta cuando haya un poco más de estabilidad política”
A sus instalaciones se le ha sumado recientemente la nueva planta Neo 4.0 en la que ya están fabricando los primeros lotes. “Estamos pendientes de inaugurar la nueva planta cuando haya un poco más de estabilidad política. Esta nueva planta lleva 3 años en construcción, ha tenido más de 40 millones de inversión, trabajarán más de 160 personas e incluye procesos innovadores en vertical, máxima eficiencia energética, vehículos de conducción autónoma y la reducción de más 50 por ciento de emisiones.
Por último, Ordieres quiso repasar las claves de la historia de CINFA, desde los inicios con Respibien, “que casi 55 años después sigue líder”, a la entrada en el mundo de los genéricos a finales de siglo, la expansión internacional, el trabajo por la diversificación, el crecimiento inorgánico con adquisiciones, la incorporación al mundo de la biotecnología o la comercialización del primer biosimilar en España. Su conclusión es que la industria debe aprovechar a la oficina de farmacia, con sus más de 22.000 instalaciones y 56.000 profesionales, para garantizar el acceso equitativo a los tratamientos: “Hay que defender el valor del medicamento”, finalizó.