El Global Madrid | martes, 25 de junio de 2019 h |

Entre los días 19 y 22 de junio se celebraba en Madrid el Congreso Internacional de Patología Dual, cita en la que se integró la mesa ‘Modelos de éxito en la eliminación de la Hepatitis C’, impulsada por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y Gilead. En este encuentro, expertos en hepatología pusieron el foco en el problema para la salud pública que suponen las enfermedades hepáticas, que en muchas ocasiones son silentes y reciben menos atención que otras patologías.

La aparición de los antivirales de acción directa ha supuesto un gran avance en el abordaje de la enfermedad, lo que los especialistas valoran de manera muy positiva. Pero aunque haya tratamientos disponibles, uno de los problemas que siguen patentes es que sigue habiendo un alto número de infecciones y reinfecciones; uno de los motivos que destaca Luis Morano, de la Unidad de Patología Infecciosa del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, es que una de las principales vías de infecciones es la población adicta a drogas, en la cual la prevalencia del VHC oscila entre el 60 y el 80 por ciento. A este respecto, Morano declara que “según diversos estudios de tratamiento con antivirales de acción directa en este colectivo se alcanza un porcentaje de éxito cercano al de la población general, si bien las especiales características de este colectivo, hace que las pérdidas de seguimiento sean más numerosas que en la población no adicta, justificando la menor eficacia del tratamiento en esta población, que aun así se sitúa en el entorno de un 90 por ciento de eficacia”.

Es por ello que las personas con adicción a las drogas suponen una población diana sobre la que actuar si se quieren alcanzar los objetivos de la eliminación marcados por la OMS (2030) o incluso adelantarlos hasta 2024 como sugieren algunos expertos. Para lograrlo, Morano aboga por los proyectos de microeliminación, sobre los que afirmó que “están basados en tres pilares fundamentales: las estrategias de prevención (programas de terapia sustitutiva de opiáceos, y de intercambio de jeringuillas) la simplificación del proceso diagnóstico (implantación del diagnóstico en un solo paso, screening mediante test rápidos en saliva, técnicas de diagnóstico en sangre seca o la implantación de los denominados “point of care” que permiten la realización in situ de viremia en los centros de adicciones ) y por último el tratamiento con fármacos pangenotípicos coformulados de todas las personas infectadas con independencia de que presenten o no adicción activa, implantando la dispensación de los antivirales en los propios centros de adicciones o en dispositivos móviles que acerquen los fármacos a los lugares frecuentados por los miembros de estos colectivos que no acudan a las unidades de adicciones.”

El doctor Pablo Vega, jefe de Sección CAD Tetuán del Instituto de Adicciones Madrid Salud, cree que hay una alta prevalencia de infecciones entre la población con adicciones, donde también confluyen problemas de enfermedades y además la patología dual es muy alta, lo que se suma a que, bajo su punto de vista, la estrategia que se está siguiendo es ineficaz. A su juicio esto sucede porque “muchos centros de adicciones están fuera del sistema normalizado de salud y porque no hay itinerarios directos al hospital para ser tratado desde que el paciente es diagnosticado. No se puede derivar al especialista, se hace a través de Atención Primeria y en ese itinerario se pierde el 50 por ciento de los pacientes”.

Si en algo coincidieron los expertos participantes en la jornada fue en que este grupo poblacional es clave para avanzar en la eliminación del VHC en España, por lo que llaman a poner en marcha nuevas estrategias, además de incidir en los proyectos de microeliminación.