La Asociación Española de Bioempresas (AseBio) ha presentado su informe anual. Este explora múltiples aspectos del sector biotecnológico en la actualidad, además de analizar el avance que se ha producido durante los últimos años. Durante un periodo donde la ciencia y la investigación han sido más importantes que nunca, el sector ha reafirmado su papel dentro del tejido industrial español.

Ion Arocena, director general de AseBio

Como remarcaba durante este acto el director general de AseBio, Ion Arocena, “España se ha convertido en la octava potencia en producción científica en biotecnología”. Y este es solo uno de los datos que contiene el informe. En 2019 España marcó récord en cuanto a inversión en I+D, con una cuota que alcanzó los 940 millones de euros; de ellos, el 71 por ciento corresponden a empresas biotech.

Por su parte, Ana Polanco, presidenta de la asociación, indicaba que “la ciencia y la innovación nos están permitiendo recuperar nuestra vida cotidiana; esto es gracias al esfuerzo titánico del sector biotech y la colaboración de todos los agentes del sistema”. Este compromiso ha dado sus frutos y, tal y como subrayaba la presidenta de AseBio; “un año después del inicio de la pandemia la industria biotecnológica, con 7 vacunas aprobadas a nivel global y mas de 200 en desarrollo, lo que ha demostrado es el potencial e influencia del sector”.

Inversión y financiación

Profundizando en los datos, cabe destacar la importancia de las colaboraciones público-privadas; al desgranar las cifras, se observa que el origen de la inversión proviene principalmente de fondos propios. De ellos, se destinan un 30 por ciento a la retribución de sus investigadores.

Además, las compañías biotecnológicas han duplicado su inversión en los últimos diez años. En concreto, en 2019, también marcaron sus cifras más altas, logrando un 22 por ciento de inversión que el año anterior. También cabe destacar que las corporaciones del sector se situan en primera posición en intensidad de inversión en I+D; detrás de los servicios y el sector educativo, se sitúa también entre las áreas con mayor crecimiento en inversión en investigación.

Ana Polanco, presidenta de AseBio

Por otra parte, han aumentado las ampliaciones de capital privado y la participación de inversores internacionales. Así, en 2020 se produjo un ascenso en el volumen total de financiación captada por el sector de la biotecnología; ello se suma al aumento del número de operaciones. En este sentido, se han superado los 150 millones de euros en 42 operaciones realizadas durante el transcurso del año 2020; con esto, la participación de inversores internacionales sigue en los mismos niveles.

Continuando con el aspecto de la financiación, desde AseBio subrayan la incorporación de nuevos instrumentos (tales como CDTI Innvierte); también, de la entrada de entidades financieras internacionales o nuevas metodologías como el crowdfunding. Con todo ello, se han logrado más de diez millones de euros en operaciones de empresas biotecnológicas. Asimismo, crece la financiación a través de instrumentos públicos lo que desde la entidad achacan a las convocatorias extraordinarias de ayuda como consecuencia de la pandemia de COVID-19.

Capital humano

Más allá de los datos de inversión y financieros, también sobresalen algunos relativos al capital humano de las empresas del sector biotech. Por ejemplo, es el sector con una mayor participación de investigadores, además de ser líder en participación de mujeres en actividades de investigación y desarrollo. De la misma manera, llama la atención que esta área sigue atrayendo a estudiantes jóvenes: el número de matriculados en estudios universitarios en biotecnología en el último periodo supera los 7.200 alumnos.

Siguiendo este hilo, las empresas biotecnológicas son el segundo sector que aglutina a un mayor porcentaje de investigadores en proporción al total de empleados, con un 15,45 por ciento de personas dedicadas a investigación sobre el total de ocupados.

Especial mención también al impulso del talento femenino, y es que la presencia de mujeres en I+D desde 2012 en empresas biotech siempre se ha situado por encima del 53 por ciento. Observando los datos de 2019, la cifra se mantiene igual que la de 2018, en un 55 por ciento. La asignatura pendiente es la representación de mujeres en puestos de alta responsabilidad; actualmente sólo representan el 24,4 de cuadros directovos de estas compañías y, aunque es una cifra baja, supera notablemente al 2,9 por ciento de puestos que ocupan en estos puestos dentro de las empresas del IBEX-35.

Expansión del tejido empresarial

En total, son 3.585 empresas las que se dedicaron a actividades biotecnológicas en 2019 en España, de las que 790 son puramente biotech. También es destacable la aceleración del proceso de expansión del número de compañías destinadas a esta área, lo que se traduce en un crecimiento medio superior al 20 por ciento con respecto año 2018. Esto supone la incorporación de más de 600 empresas durante el ejercicio analizado.

Al desglosar la dedicación específica de las compañías del sector, el 47 por ciento de estas centran su actividad en el área de la salud humana, seguidas por las aplicaciones destinadas a la alimentación, donde se sitúan un 43 por ciento. Por tamaño, el 51 por ciento son micropymes (menos de 10 empleados) y el 45 por ciento son pymes. Si observamos la distribución territorial, solo Cataluña acumula el 54 por ciento de empresas biotech, estando la gran mayoría de ellas en Cataluña, Madrid, Andalucía y País Vasco.

Percepción de la ciencia e innovación

El nivel de la ciencia producida en España y esto, además de ser percibido por los ciudadanos, también ha influido en la visión desde el ámbito internacional. Respecto a la producción del conocimiento científico, la biotecnología española representa el 3,2 por ciento de la producción global en el área y se cita un 30 por ciento más que la media; con todo esto, España sube una posición en número de documentos en biotecnología y alcanza la octava posición a nivel mundial. Hablando de propiedad intelectual, el sector protege su innovación a nivel internacional cada vez más. Principalmente, a través de la Oficina Europea de Patentes y de las patentes PCT.

La COVID-19 también ha hecho que se incremente en un 70 por ciento el lanzamiento de productos y servicios al mercado gracias a los productos relacionados con esta enfermedad. Polanco advierte que más allá de producir innovación, ” es preciso garantizar el acceso a la misma, dado que si no llega a quien la necesita no avanzaremos en ese objetivo común; no podemos permitir que el acceso sea mucho peor en España que en otros países del entorno”

Otro de los activos que ha puesto en valor la pandemia a niveles sanitarios (y por tanto, igual de importante en el sector biotecnológico) es la importancia de las alianzas. Las corporaciones biotech han cerrado un 59 por ciento más de alianzas y el 40 por ciento de estas se han suscrito con el sector público.

Motor de la recuperación

El sector biotecnológico también ha influido positivamente, generando más de 10.100 millones de renta, lo que supone el 0,8 por ciento del PIB nacional. Su facturación ascendió a casi 12.000 millones de euros, ascendiendo la aportación al 1 por ciento del PIB.

Por otra parte, estas empresas aportan más de 4.200 millones de euros del impacto en la recaudación fiscal, el 0,3 por ciento del PIB, contribuyendo con 117.700 empleos, es decir, el 0,6 por ciento del total del empleo nacional. También lideran las biotecnológicas el ránking de crecimiento en producción entre el conjunto de actividades de la economía, con un 20,8% en el crecimiento y la productividad y salario por empleado es más del doble de la media nacional. Por último, es preciso atender a que la biotecnología tiene un impacto directo en nuestro planeta y en nuestra sociedad; está presente en 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU.

Pedro Duque, ministro de Ciencia e Innovación

Con todos estos puntos sobre la mesa, durante la clausura del acto, Pedro Duque, ministro de ciencia e innovación declaraba que “esto es una prueba de como el conocimiento permite dar respuesta a crisis con un potencial transformador real”. Para seguir impulsando este crecimiento, Duque apostaba por “generar nuevas políticas de transferencia de tecnología”, como el aumento de financiación del 42 por ciento de financiación del CDTI que ya se ha aprobado. En esta misma línea, proponía que los cambios que se apliquen en las leyes relativas a la ciencia “sirvan para impulsar esta transferencia del conocimiento, apoyando nuevos programas focalizados en el mismo”.



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