Nieves Sebastián Madrid | viernes, 07 de septiembre de 2018 h |

Puede que las reformas políticas aplicadas por el Gobierno de China hayan influido en que su mercado farmacéutico gane posiciones a nivel mundial. O puede que el envejecimiento de la población y el consecuente aumento de enfermedades entre sus ciudadanos hayan condicionado este ascenso. Aunque este fenómeno no se puede entender sin la confluencia de ambos.

Hace ya unos años que el volumen del mercado farmacéutico crece a buen ritmo, llegando a unas ventas de 84.600 millones de dólares durante el año 2017 según datos de IQVIA. Esto hace que se sitúe en el segundo puesto del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos. Desde el Gobierno saben del potencial de este sector y por ello han creado el su plan ‘Made in China 2025’, con el que pretenden reinventar la industria nacional, conscientes de la relevancia que ha tomado el mercado farmacéutico durante los últimos años. De hecho, el presidente Xi Jinping, indicaba hace unos meses la necesidad de impulsar este sector, centrándose en la innovación y la I+D local.

Desde el Ejecutivo chino se ha tratado de impulsar este mercado para que compita con el estadounidense. Para ello, desde China quieren frenar su dependencia de mercados extranjeros, mejorar la inversión en I+D teniendo en cuenta el potencial tecnológico de esta industria y aumentar la creación de grandes compañías. Este último punto adquiere una gran relevancia puesto que, a pesar de que en la actualidad existen numerosas compañías dedicadas a la venta de diferentes soluciones terapéuticas, el mercado está muy fragmentado. Si se salvase este escollo, el mercado de este país aumentaría todavía más, ya que se crearían economías de escala con lo que se reducirían los costes y se podría aumentar la inversión en I+D.

Más medicamentos y foco en la oncología

Actualmente, las dos compañías extranjeras que más venden dentro de China son AstraZeneca y Pfizer, y ambas han experimentado un crecimiento del 15 y 16 por ciento respectivamente durante en el último año, sumándose a las reglas del juego que establece el país, basadas en bajar los precios a los medicamentos que más se venden para impulsar las ventas y facilitar el acceso a fármacos a los ciudadanos. Y es que, durante las últimas décadas, no era esta la estrategia que habían seguido, si no que apostaban por vender medicamentos sin patente a precios muy altos y sin competencia, ya que las compañías de producción china no podían plantar cara a la calidad de estos productos.

Para mejorar en este punto, uno de los cambios que quieren potenciar desde el Gobierno es la aceleración en la aprobación de medicamentos. Los datos reflejan esta intención, ya que durante 2017 se aprobaron 39 medicamentos, más que en la suma de los tres años anteriores. Una de las medidas que quieren implementar en este aspecto es que no sea necesaria la repetición de ensayos clínicos en China para aprobar nuevos fármacos, sino basarse en los que ya se hayan realizado en otros países. Además de esta aceleración en los procesos, el gran reto al que se enfrentan en el país es demostrar que los fármacos que producen son igual de válidos y eficaces que los que se desarrollan en el exterior.

Uno de los sectores clave, al igual que en el resto de países, es el de la oncología. Según ha informado People’s Daily, publicación dirigida por el Partido Comunista, desde China abogan por reducir los costes de estos medicamentos, lo que supondría una amenaza para grandes compañías que operan en este campo como Eli Lilly, Roche o Novartis.

En esta senda de crecimiento, China pretende convertirse en un mercado de referencia en oncología. Por ello, desde el Gobierno han informado de que si las corporaciones extranjeras no bajan el precio de sus tratamientos, utilizarán fármacos genéricos o locales. Hay compañías que ya se han apuntado a la bajada de precios para mejorar su competitividad, como es el caso de Roche, que ha bajado el precio de Avastin en un 70 por ciento, lo que lejos de dañar las cuentas de la compañía, ha aumentado sus beneficios en un 25 por ciento.

Apuesta por la investigación

Una de las bazas del Gobierno chino es su apuesta por fomentar la investigación farmacéutica. De hecho, con el fin de promover esta actividad una de las políticas que se está llevando a cabo es la recuperación de talento local; los ‘hai gui’ o tortugas marinas son científicos chinos que han trabajado durante años en mercados como el europeo o el estadounidense y a los que el Gobierno ha querido recuperar para tratar de desarrollar nuevas opciones terapéuticas. Los últimos datos en este punto, registrados en 2009, cifran el aumento interanual de repatriados en aproximadamente 15.000.

Precisamente en este momento, que es en el que el Gobierno comenzó a aplicar diferentes reformas en el mercado farmacéutico, fue cuando el China National Bureau of Statistics comenzó a recopilar datos de inversión en el desarrollo y fabricación de medicamentos. Los datos reflejan que la inversión se mantiene constante a pesar del paso de los años.

Las políticas aplicadas en el sector son claves en el crecimiento, pero también sirven para contrarrestar las amenazas que puedan golpear al mercado desde el exterior. Ejemplo de ello es que la liberalización del sector contribuye a que se produzcan diversas mejoras y reformas políticas como las creadas para apoyar a los ciudadanos con menos recursos, que han repercutido en un aumento de las ventas en las compañías farmacéuticas.

Previsión de crecimiento

La última década ha sido de gran relevancia para la consolidación del crecimiento del mercado chino. Fue en 2016 cuando logró situarse en el segundo puesto a nivel mundial desbancando a Japón, y ahora las previsiones de crecimiento apuntan a que China no debe perder la pista a Japón, ya que se espera que en un futuro cercano su mercado también experimente un gran crecimiento.

No obstante, el Gobierno chino no quiere perder el preciado segundo puesto, por lo que, durante los próximos años pretende fomentar la innovación entre las empresas del país e incrementar el personal en las biofarmacéuticas, valiéndose también de los convenios entre instituciones académicas y empresariales. Si la oncología ya es un segmento clave en este momento, su apuesta por las terarpias CAR-T (116 ensayos clínicos registrados en la actualidad) refleja que saben de la importancia de esta área y que siguen teniéndola en primer plano. Si todas estas iniciativas surten efecto, se estima que el crecimiento del mercado alcance entre 145 y 175 miles de millones de dólares en 2022.