Muchas compañías farmacéuticas están digitalizando sus cadenas de suministro para enfrentar futuros desafíos, centrando su atención en cómo esta transformación afecta a la mano de obra. Los empleados no solo resultan afectados por el cambio, sino que también lo impulsan y deben adaptarse al uso de nuevas tecnologías en sus funciones. Este proceso de digitalización busca hacer las cadenas de suministro más resistentes y sostenibles, destacando la importancia de la fuerza laboral en su implementación y ejecución.

En 2023, Deloitte encuestó a 105 líderes de la cadena de suministro biofarmacéutica para entender el papel de la mano de obra en la digitalización, complementado por entrevistas en 2024. El estudio reveló los retos actuales, como las brechas de habilidades y la falta de preparación digital de los trabajadores. Se identificaron estrategias para enfrentar estos desafíos, algunas específicas de la cadena de suministro y otras aplicables a toda la organización, destacando la relevancia de una visión integral para abordar la transformación digital.

Uno de los principales hallazgos fue la falta de claridad sobre el impacto de la digitalización en los procesos y las personas, con un 66 por ciento de los encuestados admitiendo un conocimiento limitado al respecto. “Este desconocimiento refleja la necesidad de una mejor definición de cómo evolucionarán las funciones y habilidades dentro de la organización”, precisa el documento elaborado por Deloitte. A su vez, la integración de roles avanzados como la ciencia de datos y la inteligencia artificial (IA) es clave para optimizar las cadenas de suministro digitales y mejorar la toma de decisiones.

Finalmente, los líderes reconocen que sus estrategias actuales son reactivas y de corto plazo, y que es necesario un enfoque más global y proactivo. “Para preparar adecuadamente a la fuerza laboral para las demandas futuras, se propone un marco basado en la identificación de capacidades esenciales, la gestión del cambio y el desarrollo de habilidades centradas en el ser humano”, confirma el documento. La clave para el éxito a largo plazo radica en priorizar el desarrollo y la redefinición de trayectorias profesionales en este nuevo entorno digital.

La digitalización está transformando profundamente el sector biofarmacéutico, exigiendo una mayor fluidez digital en la fuerza laboral. Según los datos de Deloitte Labor Market Intelligence, actualizados en abril de 2024, la demanda de roles digitales ha crecido significativamente desde 2019. Se destaca un aumento del 69 por ciento en anuncios de empleo para ingenieros de datos y del 16 por ciento para científicos de datos, evidenciando la creciente importancia de las funciones digitales en todos los niveles de la organización, desde la investigación hasta la comercialización.

En el ámbito de la cadena de suministro, las herramientas digitales y la automatización están optimizando procesos y mejorando la eficiencia, el cumplimiento normativo y la integridad de los productos. Sin embargo, para aprovechar estos avances, es fundamental que la plantilla esté preparada tecnológicamente. El 83 por ciento de los líderes de la cadena de suministro biofarmacéutica encuestados reconocen la necesidad urgente de actualizar o capacitar a su personal para apoyar esta transformación, destacando la alta demanda de científicos e ingenieros de datos, expertos funcionales y especialistas en IA.

A diferencia de otras áreas dentro de la industria farmacéutica, las contribuciones de la cadena de suministro no siempre son visibles, pero resultan críticas. Los profesionales en este campo son responsables de fabricar, envasar y transportar productos sensibles, gestionar el abastecimiento de materiales y garantizar el cumplimiento de estrictas normativas. Los técnicos, ingenieros y planificadores juegan un rol esencial al ejecutar, diseñar y escalar procesos que sostienen el funcionamiento continuo de la cadena de suministro.

Un desafío adicional es la inminente jubilación de trabajadores con conocimientos técnicos profundos y años de experiencia en el sector. A medida que estas habilidades tradicionales se vuelven escasas, las organizaciones deben encontrar formas de documentar y preservar este conocimiento institucional, combinándolo con las capacidades digitales de las nuevas generaciones. La transferencia de conocimientos entre generaciones es crucial para mantener la continuidad en las operaciones y procesos.

Para enfrentar estos desafíos, las organizaciones deben priorizar un enfoque centrado en las personas dentro de su estrategia de transformación digital. “Esto significa no solo implementar tecnología, sino rediseñar el trabajo y cambiar la naturaleza de los puestos para adaptarse a las nuevas exigencias”, confirma el documento. Las compañías deben cultivar las competencias digitales de su fuerza laboral y abordar las carencias de habilidades de manera proactiva, prestando especial atención a los empleados que están en la primera línea de producción y logística.

Finalmente, el informe considera crucial que las compañías construyan una marca atractiva para los candidatos con habilidades digitales. Algunas como Johnson & Johnson y GSK ya han implementado programas de desarrollo profesional que combinan rotaciones laborales con formación tecnológica avanzada para atraer a estos talentos. Estas iniciativas, junto con ajustes en compensación y beneficios, permiten a las compañías competir mejor en la captación de talento digital, mientras que la posibilidad de contribuir a causas significativas, como salvar vidas, añade atractivo a las carreras en este sector.

Para que la transformación digital sea efectiva, las organizaciones farmacéuticas deben alinear los objetivos de la cadena de suministro con los objetivos generales de la compañía. Esto implica que la cadena de suministro debe apoyar iniciativas clave, como la mejora de la velocidad, la promoción de la sostenibilidad y el impulso de la innovación. “Es crucial contar con una hoja de ruta tecnológica que detalle cómo la tecnología se integrará para cumplir estos objetivos”, dice el documento.

Componentes clave

Un componente clave identificado por Deloitte para ejecutar esta estrategia es contar con un modelo operativo adecuado. Esto requiere evaluar si la organización tiene las capacidades necesarias y una estructura organizativa que fomente la agilidad y la transformación tecnológica. “Las organizaciones deben realizar una auditoría exhaustiva para identificar brechas en su modelo operativo y preparar el camino para la adopción de nuevas tecnologías”, precisa. Aquí, los expertos tecnológicos juegan un papel importante al traducir las estrategias en requisitos funcionales para la cadena de suministro.

El talento también es crucial en este proceso de transformación. Las organizaciones necesitan asegurarse de que cuentan con el personal adecuado en los puestos clave para implementar la estrategia. Esto puede implicar redefinir funciones, realizar auditorías de competencias y proporcionar formación específica. Además, “las compañías deben atraer y retener talento especializado que pueda apoyar las nuevas tecnologías. Incorporar expertos tecnológicos en el diseño de los planes de formación puede anticipar los futuros cambios y asegurar que la plantilla esté preparada para las transiciones profesionales”, reitera.

Por otra parte, la gestión del cambio es esencial para navegar por la transición sin interrumpir las operaciones. Es importante mantener una cultura que fomente la resiliencia y reduzca la disrupción durante el proceso de transformación. Una gestión inadecuada del cambio puede llevar a la pérdida de talento, especialmente si los empleados sienten que no se están considerando sus necesidades. Por tanto, las compañías deben involucrar a personas influyentes en el proceso de cambio y garantizar que las comunicaciones, formación y apoyo sean claros y constantes durante la transición.

La participación activa de los empleados en la estrategia de cambio es esencial para su éxito. Como señalan expertos del sector, las transiciones que no consideran las realidades de los trabajadores pueden resultar en una pérdida de personal valioso. Un enfoque proactivo implica entender las necesidades de los empleados y mantener una comunicación abierta y transparente. Esto ayuda a fomentar la aceptación y a reducir la resistencia al cambio.

Aunque las cadenas de suministro farmacéuticas aún están en las primeras fases de su transformación digital, hay una constante: las personas son el recurso más valioso. Por ello, Deloitte sostiene que contar con una estrategia clara de gestión del capital humano es esencial para asegurar que la organización pueda seguir evolucionando. Este enfoque no solo facilita la transformación actual, sino que también prepara a la plantilla para las futuras demandas del sector.

En última instancia, el éxito de la digitalización de la cadena de suministro depende de la capacidad de la organización para integrar a su talento en la estrategia de transformación. “A medida que las compañías desarrollen y ejecuten sus planes de capital humano, podrán asegurarse de que sus equipos están preparados para cumplir con el objetivo final: producir y suministrar medicamentos innovadores con calidad y precisión, beneficiando tanto a la organización como a los pacientes”, concluye el documento.


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