Identificar, cuantificar y diferenciar los anticuerpos producidos por la vacunación de aquellos que se han producido por infección natural de COVID-19 es posible gracias a un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con los laboratorios de Immunostep, en Salamanca.

Un nuevo test de anticuerpos, con una especificidad y sensibilidad “cercana al 100 por ciento”, permite obtener información acerca de la respuesta inmunológica frente al virus. Esta técnica se basa en citometría de flujo y tiene como principal ventaja la detección de los distintos anticuerpos frente a distintos antígenos en un único tubo.

De esta forma, los investigadores son capaces de obtener información a través de una pequeña muestra de suero o plasma, además de “simplificar enormemente la manipulación”.

Desde el CSIC señalan que esperan que en el mes de mayo dispongan del test las unidades de investigación, los laboratorios clínicos y los hospitales españoles.

Un test completo

Los grupos de los investigadores CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) Hugh Reyburn, Mar Valés, José María Casasnovas y José Miguel Rodríguez Frade, han conseguido identificar tres tipos de anticuerpos diferentes (IgG, IgA, IgM) y cuatro proteínas del virus SARS-CoV-2 al mismo tiempo: la proteína Spike y su dominio RBD, dos proteínas muy importantes por ser el componente principal de las vacunas actuales, así como la proteína de la envoltura o nucleocápside (NP) y la proteasa responsable de la replicación del virus (Mpro/3CLpro).

A diferencia de la mayoría de otros test comercializados, que evalúan un único tipo de antígeno, este test permite diferenciar a las personas que han sufrido la infección de covid-19 de las que ya han sido vacunadas. “Tras la vacunación solo se producen anticuerpos frente a la proteína empleada en la vacuna (la proteína Spike y su dominio RBD), mientras que en una persona que ha sufrido la infección también se generan anticuerpos contra las proteínas Mpro y la NP”, explica José Miguel Rodríguez Frade, investigador del CNB-CSIC.

Desde el departamento de I+D de Immunostep destacan que “hasta el momento no tienen conocimiento de la existencia en el mercado internacional de un test igual de completo, con la capacidad de aportar una cantidad semejante de información simultánea sobre la respuesta inmunológica del virus”.

La técnica utilizada

Asimismo, la agencia estatal indica que este ensayo también es novedoso gracias a la alta eficacia de esta tecnología frente a las utilizadas en la mayoría de los test, basadas en técnicas de ELISA o de cromatografía.

“La citometría de flujo es la técnica que se utiliza normalmente para obtener el porcentaje de glóbulos blancos y de otras células sanguíneas en los análisis de sangre habituales. Estos instrumentos están en todos los hospitales y laboratorios de diagnóstico clínico”, señala Mar Valés, inmunóloga del CNB-CSIC.

“Lo novedoso de la citometría de flujo es utilizarla para un ensayo serológico”

Mar Valés, inmunóloga del CNB-CSIC

En este sentido, los investigadores señalan que el kit ofrece “mucha información con un consumo de muestra muy pequeña”, motivo por el que aseguran que es muy eficiente.

Su desarrollo es también compatible con todas las tecnologías de citometría de flujo estándar que se pueden encontrar en los laboratorios y la duración de esta prueba es de unas dos horas y se puede automatizar.

Cuatro proteínas virales y tres tipos de anticuerpos

A pesar de las incógnitas en torno a la enfermedad, ha sido posible detectar distintas manifestaciones clínicas asociadas a diferentes intensidades de los componentes de respuesta inmunitaria. “La detección del tipo de respuesta frente a diferentes proteínas virales nos ayudará a una mejor comprensión de la inmunidad frente al SARS-CoV-2, algo que será de gran utilidad para una clasificación temprana de los pacientes”, señala Hugh Reyburn, científico del CNB-CSIC.

El test también detecta tres tipos de anticuerpos, lo que permite conocer el momento de la infección en el que se encuentra el paciente: la IgM (inmunoglobulina M), la primera que se genera tras la infección, indica que el individuo está iniciando la respuesta a la enfermedad; la IgG (inmunoglobulina G) se produce en un momento más avanzado de la infección y puede perdurar en el tiempo, informando, hasta meses después de que un individuo ha padecido la enfermedad; y la inmunoglobulina A (IgA), que se encuentra más localizada en las superficies mucosas como las vías respiratorias, aunque se detectan también en el suero del paciente.

Según los expertos, este ensayo supone una herramienta “esencial” para el seguimiento de la respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2 tras la etapa de vacunación, y para el conocimiento exhaustivo de las características de la respuesta en diferentes individuos, así como de su duración en el tiempo.

Aunque el dispositivo se ha desarrollado con sueros de pacientes, los investigadores esperan poder validar su uso en un futuro con muestras de saliva.


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