El trabajo conjunto de todas las filiales de Pfizer ha sido crucial para asegurar la distribución de la vacuna contra la COVID-19. En una situación de crisis sanitaria sin precedentes Sergio Rodríguez, presidente y director general de Pfizer en España, pone en valor el trabajo realizado por su organización, así como la relevancia de las alianzas para encontrar soluciones a problemas de salud con mayor agilidad.

Pregunta. En el caso de Pfizer, con el proceso de investigación, desarrollo y distribución de la vacuna, ¿cómo han sido los meses de pandemia?

Respuesta. Haciendo balance general, el principal hito que se ha conseguido es que hubiera una vacuna lista en diez meses, aunque esto no es algo que haya surgido de la nada. Hay muchos años de investigación y trabajo detrás; ya estábamos trabajando desde antes con BioNTech para el desarrollo de una vacuna con la tecnología de ARNm; lo que se hizo en ese momento fue focalizar los recursos de todo tipo para acelerar los procedimientos regulatorios y científicos y asegurarnos que la vacuna era segura y eficaz. El siguiente paso era conseguir que fuera posible producirla a escala y lo conseguimos.

A partir de ahí, conseguimos la aprobación en diciembre y lo que se ha hecho es organizar la producción y distribución por todo el mundo de la manera más eficiente que hemos podido. Esto se ha aplicado en todas las cadenas de suministro de las fábricas que tenemos tanto en Estados Unidos como en Europa, a través de los acuerdos con proveedores. Hay que tener en cuenta que es una vacuna compleja, y en una situación de pandemia hemos llegado a acuerdos desde la Unión Europea y con los estados para distribuir el mayor número posible en los plazos marcados y cumplir así los compromisos adquiridos.

A nivel local, nuestro rol ha consistido en contribuir a los planes de vacunación. Tanto de la UE como del Gobierno de España, lógicamente; desde aquí, lo principal ha sido facilitar lo máximo posible el suministro de dosis.

P. ¿Qué papel ha tenido la filial española en todo este trabajo?

R. La negociación se hace desde Europa con la UE, con acuerdos para los diferentes Estados miembro para el suministro, que son los que han dado lugar a la distribución en toda Europa. Lo que hacemos desde la filial española es facilitar la información y apoyar la logística; en el caso de España ha sido una operación exitosa en el sentido de que somos uno de los países donde las tasas de vacunación son más altas. Esto está dando lugar a una situación que todos estábamos esperando a nivel epidemiológico ya que, afortunadamente, los casos van bajando y los datos de hospitalizaciones también.

P. ¿Cómo ha impactado la crisis sanitaria en el día a día de la compañía?

R. Nos ha afectado como a muchas otras empresas. Cuando comenzó la pandemia, al igual que el resto de industrias, nuestras oficinas cerraron y los empleados pasaron a teletrabajar; esto pudo hacerse gracias a los medios tecnológicos que teníamos.

A nivel de fábrica, la gente ubicada en esta que hacía labores de oficina ha teletrabajado, pero el personal de producción ha tenido que seguir. Esto ha hecho que cambiemos la forma de trabajar, teniendo en cuenta que el foco principal que pusimos fue asegurar el suministro. Hubo mucha colaboración con la Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario (Aemps) durante el periodo de la vacuna para asegurar que no faltaban suministros y se ha conseguido esta meta porque todo el trabajo estaba muy centrado en ello. Además, la planta que tenemos en San Sebastián de los Reyes no ha parado. En ella se fabrican terapias contra la Hemofilia y no hemos tenido ningún retraso.

Desde las oficinas centrales se ha hecho todo en remoto, asegurándonos que teníamos los medios adecuados. La mayor prueba, es que hemos seguido suministrando sin problemas, acometiendo exitosamente todo el proceso de aprobaciones; por otra parte, la I+D de nuevos medicamentos también ha seguido.

En definitiva, se ha paralizado todo un poco por la pandemia pero la vida no para y había que tener en cuenta que el suministro de medicamentos a muchos enfermos era esencial. Más allá de la COVID-19, había que tener en cuenta que el resto de enfermedades tampoco paran, para lo que ha sido crucial también la eficaz relación que hemos tenido con la administración.

P. Aparte de la vacuna, ¿en qué áreas de investigación tiene puesto el foco Pfizer en estos momentos?

R. Con la irrupción de la COVID-19 se aseguró poner el foco donde era necesario por la situación de pandemia. Pero también se dejó claro que ninguna de las áreas de investigación que teníamos en desarrollo podía parar.

Ha habido lanzamientos y otros avances en oncología y en vacunas y no ha parado el proceso de investigación en otras enfermedades. Además, tenemos 8 medicamentos e indicaciones en fase de registro en diversas especialidades y otros 92 que están en fase de ensayos clínicos, tanto en Fase 3 como en fases tempranas. Cabe destacar que en oncología y enfermedades raras va a haber lanzamientos que esperemos que se produzcan en el corto plazo. Asimismo, estamos trabajando en un antiviral contra la COVID, y en las áreas de inflamación y medicina interna seguimos avanzando en nuestro portfolio y comunicaremos lanzamientos en un tiempo.

Así, en todas las áreas que estamos trabajando hay investigación y se están desarrollando medicamentos. Ahora mismo Pfizer tiene el mejor pipeline que ha tenido nunca. Al observar todas las especialidades en las que trabajamos y sumarlas, se observa que hay muchos nuevos fármacos e indicaciones que están esperando los pacientes y que son necesarios.

En estos momentos, lo que tenemos más destacable y que genera gran interés es la terapia génica, donde además España va a tener un papel importante a nivel de producción y distribución para toda Europa. Esto sucede porque desde la fábrica que tenemos en San Sebastián de los Reyes se va a llevar a cabo la fase final y de distribución para toda Europa con terapias para Hemofilia A y Hemofilia B, así como distrofia muscular de Duchenne. Por todo lo que suponen las terapias génicas en cuanto a avance científico y lo que va a suponer para los pacientes en enfermedades que no tienen cura, enfermedades crónicas o enfermedades raras, se esperan hitos importantes.

P. ¿Qué nuevos planes se han previsto para esta planta?

R. Se está haciendo una inversión importante de más de 70 millones en un edificio nuevo, se va a modernizar toda la tecnología y maquinaria, se va a contar con una nueva zona aséptica, se va a aumentar la capacidad de producción y además se van a incorporar las terapias génicas. Hemos seguido mejorando, apostando por la ciencia en España, que creo que es algo por lo que nos debemos felicitar y todo es gracias al trabajo que se está haciendo y los profesionales que hay en España, tanto en Pfizer como a nivel general. España es uno de los países donde más ensayos se desarrollan, tanto en fases tempranas como hasta llegar a la de registro. Esto avala que se haya tomado la decisión de apostar por medicamentos de alta tecnología en la planta de San Sebastián de los Reyes.

P. Teniendo en cuenta los buenos resultados que han dado alianzas como la que mantenéis con BioNTech, ¿qué importancia dais en Pfizer a este tipo de uniones?

R. Creo que toda la colaboración es esencial, sobre todo en investigación. Nosotros no tenemos todo el conocimiento y hay uniones con universidades u otras empresas en las que ambas hemos desarrollado medicamentos de manera conjunta; esto se da, por ejemplo, en oncología, medicina interna o cardiología y vamos a seguir. Se trata de aunar esfuerzos y lo que realmente es importante es que el conocimiento científico y la colaboración son la llave para acelerar en la medida de lo posible el desarrollo de nuevos medicamentos y terapias, lo que es positivo.

En este sentido, nuestra línea de acción va a seguir siendo la misma. Tenemos políticas de desarrollo conjuntas en áreas en las que la alianza en I+D puede ser realmente fructífera, y en otras en las que necesitamos unir fuerzas para hacer que lleguen cuanto antes los medicamentos a los pacientes.

En muchas ocasiones, tenemos vías de investigación propias y vemos que se complementan muy bien con las que están desarrollando otras compañías o entidades que facilitan conseguir mejores medicamentos o acelerar los procesos. Si se sigue ahondando en todo este entorno de colaboración, vamos a beneficiarnos todos y fundamentalmente el paciente.

P. Más allá de la I+D en sí misma, ¿cómo trabaja Pfizer para garantizar que la innovación está disponible para todos los pacientes que lo necesitan? ¿Es necesario seguir impulsando políticas o reformas que contribuyan a mejorar el acceso?

R. En Pfizer trabajamos desde el punto de vista de innovación científica pero también de la innovación tecnológica e innovación social y ligados a una perspectiva de medio ambiente. Hablamos últimamente del concepto de innovación sostenible, tratando de que toda esa innovación llegue al paciente y trabajando para garantizar que es sostenible en el tiempo. También, que se cumple con los objetivos que tenemos todos como sociedad, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU.

Por otra parte, colaboramos cada vez más con los pacientes para entender los problemas que hay en cada área. Queremos seguir cada vez más en líneas de innovación social para hacer que la sanidad sea mejor. Cuanto mejor sea y más consolidada esté, mejor acceso va a haber para los pacientes a la innovación, lo que a su vez repercutirá en una mejor salud para todos.

P. A raíz de la pandemia, ¿se ha intensificado la relación con la Aemps y la administración para garantizar que no hubiera problemas de acceso?

R. La industria, por donde estamos, tiene siempre una relación muy estrecha con la administración. Lógicamente, este periodo ha sido muy intenso con la Aemps, que ha tenido un papel central en la aprobación y distribución con la vacuna. Esto se dio en el momento que logramos la vacuna y en los previos también, para asegurar que hubiera medicamentos donde se necesitaba, en un momento de colapso para toda la sociedad. Todo lo que ha ocurrido ha puesto de manifiesto que trabajamos para mejorar la salud y ayudar a la sanidad; hemos trabajado con la urgencia del momento y considero que se ha logrado una colaboración con la administración muy fructífera. Esta situación se extiende a la Aemps, como decía, pero también a hospitales o administraciones regionales.

El objetivo final era colaborar desde la industria tanto con el sector privado como con el público para atender a un problema que afectaba a toda la sociedad. Este método ha funcionado y espero que se mantenga en el tiempo porque los resultados han sido muy positivos en muchos ámbitos.

P. ¿Qué objetivos se marca la compañía a corto, medio y largo plazo?

P. Los objetivos que nos marcamos son seguir innovando, seguir investigando y seguir desarrollando nuevos medicamentos. Pfizer se está convirtiendo en una compañía más biofarmacéutica y biotecnológica, con medicamentos que llegan a necesidades que no están cubiertas en todas las áreas en las que trabajamos.

Para orientarnos a este objetivo, estamos invirtiendo mucho en innovación tecnológica y científica; también para acercar los medicamentos y que sean accesibles a los pacientes en todo el mundo. Afortunadamente, las líneas de investigación en las que trabajamos están dando sus frutos, lo que nos afecta de manera positiva a todos. Por ello, el objetivo final es seguir avanzando en innovación a nivel científico, tecnológico, social y medioambiental y en ello estamos trabajando.


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