El número de desabastecimientos de medicamentos en Estados Unidos continúa en aumento, y en la actualidad ya se notifican más de los que se resuelven. De hecho, el 58 por ciento de las carencias actuales se prolongan durante más de dos años. Así se constata en el informe ‘Drug Shortages in the U.S. 2023’, elaborado por la consultora IQVIA, que evalúa las faltas notificadas por la FDA junto con los datos de ventas y volumen de estos fármacos en el mercado americano.

Otro de los datos relevantes que recoge el documento es que en los últimos cinco años y medio se han producido tres veces más desabastecimientos de nuevas moléculas de los que se han resuelto, y los desabastecimientos suelen durar más de un año. Esta problemática tiende a producirse en medicamentos genéricos (84 por ciento) e inyectables (67 por ciento), a la vez que con mayor frecuencia son de múltiples fuentes.

Si se compara la situación actual con la de 2011, se observa que los desabastecimientos fueron más frecuentes en genéricos de una sola fuente, lo que refleja los esfuerzos de los reguladores y la industria para aumentar las aprobaciones de genéricos. “A pesar de que las moléculas desabastecidas son predominantemente multifuente, los mercados siguen estando muy concentrados en unos pocos proveedores, lo que afecta a la capacidad de resolver fácilmente los desabastecimientos cuando un proveedor líder se ve afectado”, reitera el informe.

Muchos desabastecimientos afectan a medicamentos con procesos de fabricación complejos. Mientras que algunas carencias son a corto plazo y pueden estar relacionadas con una demanda estacional inesperada, otras son más sistémicas y sugieren causas más complejas”, precisa el documento. Por otra parte, las faltas de medicamentos son más frecuentes a precios más bajos. Esto se apoya en que el 56 por ciento de los fármacos con este tipo de problemas tienen un precio inferior a un dólar por unidad.

Áreas terapéuticas afectadas

En el pasado mes de junio notificaron 132 moléculas con desabastecimientos activos. Estos afectaban a diversas áreas terapéuticas, como el dolor y la anestesia, la oncología, el sistema nervioso central y las enfermedades infecciosas. Aunque en el área de oncología sólo han afectado a una pequeña parte del volumen total, las interrupciones ocasionadas por las inspecciones y las salidas del mercado han provocado desabastecimientos significativos de quimioterapéuticos genéricos más antiguos y, en particular, de quimioterapéuticos a base de platino. “El tratamiento de los pacientes con cáncer se ve muy afectado y puede retrasarse por la escasez de quimioterapéuticos, dado su uso como terapias de base en múltiples indicaciones y las limitadas opciones de intercambiabilidad terapéutica”, sostiene el informe.

Las medidas de salud pública adoptadas durante la pandemia de COVID-19 alteraron el patrón estacional de las infecciones bacterianas, sobre todo en niños. En este escenario, la vuelta a los niveles históricos de infección a finales de 2022 provocó un desabastecimiento de antibacterianos líquidos orales pediátricos, como consecuencia de la alta demanda. Por el contrario, la escasez de antibacterianos inyectables comenzó a finales de 2021, cuando los líderes de cuota de mercado experimentaron retrasos en la fabricación, mientras que el volumen global de antibacterianos inyectables ha ido disminuyendo.

La escasez de anestésicos ha persistido desde 2017, en particular en anestésicos locales, impulsada por la escasez de lidocaína. Los anestésicos generales y los relajantes musculares han sufrido desabastecimientos relacionados con la pandemia, ya que estos medicamentos se utilizaron en pacientes hospitalizados por COVID-19. No obstante, aunque sigue habiendo escasez de anestésicos generales y relajantes musculares, el impacto ha disminuido a medida que las oleadas pandémicas han remitido.

Los medicamentos psiquiátricos han experimentado aumentos significativos de volumen en los últimos años tras una mayor concienciación entre el público en general y el aumento de los modos de accesibilidad a los proveedores. Por otra parte, los agonistas del GLP-1, un mecanismo novedoso que han demostrado ser prometedores en diabetes y obesidad, sirven para ilustrar que la escasez también puede afectar a los nuevos medicamentos antes de la expiración de la patente, a pesar de los fuertes incentivos de los innovadores para tener siempre un exceso de existencias disponibles.

Las partes interesadas han recomendado varios enfoques para mitigar los desabastecimientos, como priorizar los medicamentos esenciales, hacer acopio de existencias y realizar cambios en los reembolsos o en los descuentos legales. “Los desabastecimientos parecen obedecer a diversas causas que es preciso conocer mejor, ya que pueden influir en las soluciones más adecuadas para hacerles frente”, concluye el informe.


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