Desde la llegada de la COVID-19, las lecciones han sido constantes para la comunidad científica. Dentro de una carrera “sin precedentes”, el objetivo primordial fue sacar una vacuna con la que inmunizar a la población y conseguir que la palabra ‘pandemia’ se transformara a ‘endemia’ lo antes posible, pues el virus estaba dejando estragos en todos los aspectos de la vida de millones de personas. De hecho, los datos apuntan a que no se realizaron 150 millones exámenes de cáncer por la pandemia de la COVID-19 y millones de casos de cáncer que no se detectaron en este periodo. Un ejemplo entre cientos de enfermedades que se vieron afectadas.
Con estas reflexiones, la presidenta del Comité Especial sobre la COVID-19 en la Eurocámara, Kathleen Van Brempt, ha dado comienzo al ‘Comité especial sobre la pandemia de COVID-19: lecciones aprendidas y recomendaciones para el futuro‘ (COVI), al que también han acudido representantes de la industria farmacéutica, como el vicepresidente ejecutivo de vacunas de Sanofi, Thomas Triomphe; Rudolf Ertl, vicepresidente senior de operaciones comerciales, Gilead; Iskra Reic, vicepresidenta ejecutiva para vacunas e inmunoterapia de AstraZeneca; y Stéphane Bancel, director ejecutivo de Moderna. Con este comité, ha explicado Van Brempt, “no solo queremos aprender del pasado, sino que también queremos preparar el futuro“.
Tras dos años de convivencia con la COVID-19, la comunidad científica continúa destacando e insistiendo en ciertos aprendizajes que “deben extrapolarse” más allá de la pandemia, pues el impacto directo e indirecto que ha dejado la COVID-19 en la Unión Europea (UE) “va a perdurar años”.
Durante la pandemia, 150 millones exámenes de cáncer no se realizaron y millones de casos de cáncer que no se detectaron en este periodo
Inversión y cooperación
Para los cuatro representantes ha quedado una cosa clara tras esta experiencia -que aún no ha terminado-: la inversión en I+D y la cooperación público-privada es esencial, con o sin COVID-19, pues “la salud debe verse como un activo estratégico en el que conviene invertir“.
Tal y como ha detallado Thomas Triomphe, en la actualidad, sólo el 22 por ciento de los tratamientos mundiales vienen de Europa, frente al 47 por ciento que son de Estados Unidos. Una situación que era al contrario hace 25 años. Y esto se ha visto reflejado durante la pandemia, cuando “la mayoría de la financiación pública en I+D provenía de Estados Unidos“.
“Estados Unidos invirtió cerca de 13.000 millones de dólares para acelerar el desarrollo y la fabricación de vacunas. La Unión Europea no financió estos planes de ensayos clínicos”, ha rememorado Triomphe.
Ante esta situación, y tras la creación de la Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) tras la pandemia, Triomphe ha expresado su esperanza por que este nuevo grupo “sea lo suficientemente ambicioso como para proporcionar una financiación adecuada en I+D en las primeras fases para que las vacunas lleguen rápido en tiempos de crisis“.
“La salud debe verse como un activo estratégico en el que conviene invertir“
Iskra Reic, vicepresidenta ejecutiva para vacunas e inmunoterapia de AstraZeneca
En cuanto a la colaboración público-privada en materia de I+D y capacidades industriales, el vicepresidente ejecutivo de vacunas de Sanofi ha señalado que se debe reforzar con una inversión pública, con contratos flexibles, con condiciones de propiedad intelectual viables para contar con unas vacunas “bien financiadas” en Europa.
“Si no hay un marco de apoyo a la propiedad intelectual, no habrá innovación sostenible. El diálogo continuo debe seguir su curso y la forma más eficaz para conseguir que así sea es crear un grupo de trabajo conjunto”, ha determinado Triomphe.
Flexibilidades normativas y vía acelerada
Hasta el final de la pandemia y también después de ella. En ello han coincidido los expertos que han acudido a la reunión en base a las ‘lecciones’ de mantener las flexibilidades normativas y la vía acelerada con las que consiguieron sacar al mercado una vacuna en tiempo récord.
“La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) nos permitió agilizar el proceso para la aprobación final, reduciendo el tiempo a una tercera parte (de 210 días a 70). El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) también redujo el plazo de aprobación, pasándolo de 65 a 8 días. Hubo un auténtico espíritu de cooperación, algo en lo que queremos mantenernos”, ha ejemplificado Rudolf Ertl.
En esta línea, Iskra Reic ha insistido en que el proceso regulador, el cual fue un factor de éxito durante la pandemia para este cometido, “debe estar en funcionamiento durante una urgencia”. Y, puesto que los expertos prevén que la COVID-19 no será la última pandemia, también se debe conservar e, incluso, mejorar para aumentar la velocidad y la capacidad para una futura adquisición de vacunas.
Se debe reforzar la colaboración público-privada en materia de I+D y capacidades industriales con inversión pública, contratos flexibles y con condiciones de propiedad intelectual viables
“Hace falta una mayor armonización de las normas para que haya un acceso todavía más rápido. También sería necesario la definición por adelantado de las flexibilidades regulatorias en los procesos a nivel internacional con la coalición internacional de autoridades reguladoras de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud, para ayudarnos a los fabricantes a diseñar planes de desarrollo acelerados”, ha aportado Triomphe a la intervención de Reic.
Además de acortar los procesos a través de las normativas, los expertos también han observado cómo las herramientas digitales han tenido un papel clave a la hora de acelerar la llegada de la vacuna. Sin embargo, esto también les ha hecho ver que se necesita una “mejor infraestructura digital”.
En esta línea, Triomphe ha añadido que, para producir una variedad de tecnologías, la UE debe desarrollar redes sostenibles de capacidades industriales flexibles que se puedan movilizar rápidamente.
“Hace falta una mayor armonización de las normas para que haya un acceso todavía más rápido”
Thomas Triomphe, vicepresidente ejecutivo de vacunas de Sanofi
Entre retos y lecciones
Por último, los representantes de la industria farmacéutica han apuntado a que uno de los retos a los que se presenta este sector es la capacidad de llevar a cabo el suministro de las vacunas, ya que, actualmente, “la capacidad de producción de vacunas supera el número de dosis que se puede administrar”.
La capacidad es de 12,1 billones frente a 9,2 billones que podemos administrar. Por lo tanto, el reto ya no es el suministro de las vacunas, sino la capacidad de llevar a cabo con éxito las campañas nacionales de vacunación, sobre todo entre adultos y ancianos“.
En este aspecto, Triomphe ha señalado que Europa tiene que tratar el tema de la cadena de suministro y las barreras comerciales que afectan negativamente a la totalidad de los procesos de producción, incluyendo suministro de materias primas y otros productos consumibles.
Por eso, el camino a seguir, tal y como dice la OMS, debería contar con una inmunización rutinaria, con suficientes recursos y bien financiada en todas las edades.
Las herramientas digitales han tenido un papel clave a la hora de acelerar la llegada de la vacuna
Así, Triomphe ha concluido que, pensando en el futuro, “si queremos ser más eficaces, recomendamos condiciones de compra genéricas de compras con todos los fabricantes, incluyendo temas de propiedad intelectual, responsabilidad de producto e indemnizaciones”.