La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha celebrado una reunión urgente en Ginebra (Suiza) para discutir la viabilidad de probar las vacunas contra el virus de Marburgo que se encuentran en diversas etapas de desarrollo. Las ‘prisas’ vienen desencadenadas por el brote detectado en Guinea Ecuatorial el 13 de febrero, un repunte que ya ha acabado con la vida de al menos 9 personas de 25 casos sospechosos.

Este virus causa fiebre hemorrágica vírica de gravedad en el ser humano, pudiendo llegar a ser mortal. Según la OMS, la tasa media de letalidad de la enfermedad oscila en torno al 50 por ciento. En concreto, estas tasas han oscilado entre el 24 por ciento y el 88 por ciento en función de la cepa vírica y del tratamiento de los casos durante los últimos brotes.

Aunque los virus de Marburgo y del ébola son virus distintos, ambos pertenecen a la familia Filoviridae y ocasionan enfermedades con características clínicas similares. Ambas son raras, pero las tasas de letalidad de sus brotes pueden ser elevadas.

Las vacunas candidatas

Las candidatas a vacunas analizadas en la reunión de Ginebra utilizan todas vectores virales similares a la vacuna COVID-19 desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, según ha destacado Nature.

El Instituto de Vacunas Sabin en Washington DC tiene en desarrollo una vacuna de adenovirus de chimpancé modificado para que las células del organismo produzcan una proteína del virus de Marburgo, mientras que la vacuna candidata fabricada por Janssen en Beerse (Bélgica) utiliza el adenovirus humano con que la compañía desarrolló con éxito la COVID-19.

Por su parte, las candidatas de Public Health Vaccines (PHV) en Cambridge (Massachusetts), International Aids Vaccine Initiative (IAVI) (Nueva York) y de Auro Vaccines en Pearl River (Nueva York) se basan en formas debilitadas del virus de la estomatitis vesicular: el vector que se utiliza en la primera vacuna aprobada contra el ébola.

Sin embargo, como señala el artículo de la publicación científica, ninguna de las vacunas está disponible en grandes cantidades. Como contrapunto positivo, los estudios en animales sí sugieren que las principales candidatas ofrecen una fuerte protección contra la enfermedad.

“Si se llevara a cabo un ensayo de una vacuna en Guinea Ecuatorial, un grupo independiente de expertos que asesora a la OMS tomaría decisiones sobre qué vacunas probar”, ha explicado en declaraciones a Nature Ana Maria Henao-Restrapo, quien codirige el esfuerzo de R&D Blueprint de la OMS.

Plan de contingencia

A pesar de que la maquinaria de vacunas está en marcha, la OMS ha especificado que si se llevan de forma adecuada las medidas de control, como la cuarentena, el brote podría terminar antes de que se pueda administrar una sola dosis de la vacuna.

La enfermedad por el virus de Marburgo es extremadamente rara. Desde su descubrimiento en 1967, cuando ocurrieron dos brotes simultáneamente en los laboratorios de Marburg y Frankfurt en Alemania, y en Belgrado, Yugoslavia (ahora Serbia), causando 31 casos y siete muertes, ha provocado 16 brotes conocidos con un total acumulado de menos de 500 casos reportados, tal y como señala The Lancet.

Inicialmente, la infección humana por este virus se debe a la estancia prolongada en minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus. La transmisión entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.


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