29 de marzo de 2019. Ese es el plazo máximo que fija la legislación para que se haga efectiva la salida de Reino Unido de la Unión Europea (siempre que no se produzca la marcha atrás que ya insinúan algunas voces autorizadas). No cabe duda que un movimiento así repercute a todos los sectores. Pero, cuando de salud pública se trata, desde el sector farmacéutico se insta a asegurar la menor ‘desconexión’ posible.
Así lo reclama la industria farmacéutica internacional y, en el caso de España, la patronal del ramo Farmaindustria. En palabras de su directora del departamento internacional, Iciar Sanz de Madrid, “la Unión Europea y el Reino Unido deben tener en cuenta la singularidad del sector farmacéutico, y adaptar medidas transitorias en el ámbito regulatorio y comercial que eviten cualquier disrupción en suministro y acceso a medicamentos”. El objetivo es “que no se altere el normal funcionamiento del sector y la relación comercial en materia de medicamentos entre Reino Unido y Unión Europea, porque de no hacerlo más riesgo correrá la salud pública”.
Durante su análisis del proceso del ‘Brexit’ en el seminario “Industria Farmacéutica y medios de comunicación” que celebra Farmaindustria este 24 de octubre en Sigüenza (Guadalajara), Sanz de Madrid ha enumerado cuáles serían las peticiones de este sector en el proceso de salida de Reino Unido. Así las cosas, de forma prioritaria se deberían “negociar acuerdos específicos en materia de investigación y propiedad intelectual”. Todas ellas encaminadas a la coordinación y el reconocimiento mutuo en aspectos como autorizaciones, ensayos clínicos y vigilancia de los medicamentos. Una vez se concretase el Brexit “para los medicamentos ya existentes pedimos que se mantengan en ambos territorios las autorizaciones de comercialización, y, tras él, apostar por el reconocimiento mutuo de los nuevos fármacos”.
Asimismo, también en ámbitos como la propiedad intelectual y las patentes se insta a aplicar estándares semejantes. En este segundo caso, lo deseable (a juicio de Farmaindustria) sería que Reino Unido pudiera sumarse al derecho único de patentes ejecutable en toda Europa. “Su participación es básica para garantizar el buen funcionamiento de este nuevo sistema de patentes”, ha expuesto la directora del departamento Internacional de la patronal española.
Mientras, en el campo de la investigación, Sanz de Madrid considera positivo el mantenimiento de la “colaboración” entre Unión Europea y Reino Unido, dadas las “instalaciones únicas” que tiene éste último. Y, respecto a los investigadores, “acordar un sistema de migración simple y directo que facilite a los trabajadores cualificados el movimiento por Europa, así como a las compañías captar talento”, ha detallado.
El objetivo, en resumen, pasa por seguir garantizando el acceso de los ciudadanos europeos a medicamentos seguros (manteniendo la vigencia de las autorizaciones y el correcto suministro), así como, una vez ejecutado el Brexit, mantener la cooperación a fin de evitar efectos negativos en todo el proceso de ‘vida’ de un fármaco. Es decir, desde la investigación a su puesta en el mercado.